¡Qué dura es la vida de un candidato al Premio Nobel! Si no te lo dan en tu momento, ya no te lo darán nunca

Por Francisco R. Villatoro, el 17 enero, 2009. Categoría(s): Astrofísica • Astronomía • Ciencia • Física • Historia • Mujeres en la ciencia • Noticias • Personajes • Physics • Science

Hay muchos candidatos vivos al Premio Nobel de Física que se lo merecen. La mayoría se muere sin recibirlo nunca. Algunos pudieron recibirlo un año concreto, pero se tuvieron que conformar con un premio de consolación. Edwin Ernest Salpeter, que falleció el 26 de Noviembre de 2008, con 83 años, se encuentra entre estos últimos. Fred Hoyle o incluso él podrían haber recibido el Premio Nobel de Física de 1983, que la Academia Sueca concedió a Subramanyan Chandrasekhar y William Alfred Fowler. Fred Hoyle y Edwin E. Salpeter se tuvieron que conformar con el Premio «de consolación» Crafoord de 1997, también concedido por la Academia Sueca. Los cuatro merecían el Nobel. Sólo lo podían recibir tres. Al final sólo lo recibieron dos. ¡Cosas del Nobel!

dibujo20090117salpeterphotoemiliosegrearchivesandtriplealphaprocesswiki¿Quién es Edwin E. Salpeter? ¡Y tú me lo preguntas! Obituario en Nature. Obituario en Time.

Salpeter con más de 350 artículos publicados y un índice-h de 69 es uno de los astrofísicos más relevantes de la segunda mitad del s. XX. Su artículo más citado, una «cuenta de la vieja» (ley de lo potencia) que funciona de escándalo, es E.E. Salpeter, «The Luminosity Function and Stellar Evolution,» Astrophysical Journal 121: 161-167, 1955 , citado más de 2425 veces en el ISI WOS y gratis gracias a NASA, trata una cuestión clave: cómo el gas interestelar se enriqueció de de elementos químicos pesados (ya que la Gran Explosión sólo permite explicar la producción de hidrógeno y helio). La respuesta está en cómo nacieron las primeras estrellas con una masa dada, la «función de masa inicial,» para la que Salpeter encontró una ley de potencia, que actualmente se usa. El siguiente artículo de revisión, de acceso gratuito, puede ser un buen punto de partida a quien no conozca este trabajo: E.E. Salpeter, G.L. Hoffman, Jr. «The galaxy luminosity function and the redshift-distance controversy (A Review),» PNAS 83: 3056-3063, 1986 .

Su segundo artículo más citado es E.E. Salpeter, H.A. Bethe, «Relativistic Equation for Bound-State Problems,» Physical Review 84: 1232-1242, 1951 , citado más de 1080 veces en  el ISI WOS, es el artículo más importante de su primera etapa investigadora, en Cornell, junto a Bethe, quien ya había realizado en 1939 el trabajo que le llevaría al Premio Nobel en 1967. Este artículo de Salpeter presenta la famosa ecuación de Bethe-Salpeter (llamada así, porque el resumen del artículo se publicó (con el mismo título) como H.A. Bethe, E.E. Salpeter, Physical Review 82: 309-310, 1951, cuando todavía no existía Physical Review Letters, que nació en 1958 ). La ecuación de Bethe-Salpeter, que se estudia en todos los cursos de teoría cuántica de campos (o de electrodinámica cuántica), describe el estado ligado de dos fermiones. Salpeter abandonó esta línea de trabajo con Bethe para dedicarse a un tema «más controvertido, más novedoso y abierto de miras,» la naciente, en aquella época, astrofísica nuclear, de la mano del genial Willy Fowler (Premio Nobel de 1983, como ya hemos mencionado en el primer párrafo). Su tercer artículo más citado es continuación «natural» del anterior, E.E. Salpeter, «Mass Corrections to the Fine Structure of Hydrogen-Like Atoms,» Physical Review 87, 328-343, 1952 , citado más de 572 veces en el ISI WOS.

La figura que acompaña a la foto de Salpeter presente el proceso triple-alfa que resolvió uno de los problemas más importantes en su época, cómo los elementos más pesados que el helio (He-4) se formaban en las estrellas gigantes que habían consumido todo su hidrógeno para formar helio. Se sabía que los núcleos de los elementos atómicos con una masa superior a 4, como 5 u 8, no eran estables, luego no era posible que se formaran por la fusión de dos núcleos de H-1 y He-4 o He-4 y He-4. Además, la probabilidad de la interacción entre 3 núcleos de He-4 para formar Carbono (C-12) es demasiado pequeña. Usando datos experimentales de Fowler, Salpeter se dió cuenta que el berilio (Be-8 ) era metaestable y podría existir en bajas concentraciones en el interior de las estrellas rojas gigantes. Este berilio podría capturar núcleos de helio y formar carbono. Este proceso en dos etapas lo publicó Salpeter en «Nuclear Reactions in Stars Without Hydrogen«, The Astrophysical Journal 115: 326-328, 1952 , artículo citado más de 100 veces en el ISI WOS (acceso gratuito). Por este trabajo Salpeter recibió el premio Crafoord.

Una de las predicciones más famosas de Salpeter, de 1964, que también realizó independientemente Yakov Zel’dovich en la Unión Soviética) fue que los agujeros negros podrían ser detectados gracias a la radiación (rayos X)emitida por la materia en sus discos de acreeción, la materia que es aborbida por ellos. Este es el método estándar para detectar agujeros negros en la actualidad (desde la aparición «estelar» del telescopio espacial Hubble). Se publicó en E.E. Salpeter, «Accretion of Interstellar Matter by Massive Objects,» Astrophysical Journal 140: 796-800, 1964 (artículo de acceso gratuito), que ha recibido más de 267 citas en el ISI WOS. Esta radiación permitía entender el origen de la energía en los cuásares (la explicación fue aceptada 15 años más tarde). Debes recordar que los agujeros negros recibieron este nombre en 1967 (se lo dió Wheeler). Era una época en la que los agujeros negros todavía eran objetos excesivamente exóticos para los astrofísicos de entonces.

La parte final de su vida, tras el fallecimiento de su primera esposa en 2000 y contraer nupcias de nuevo, la dedicó a la biología y la medicina. Por un lado, con su segunda esposa, Miriam M. Salpeter, eminente profesora de neurobiología y comportamiento en la Universidad de Cornell. Por otro lado, con su hija Shelley R. Salpeter y su nieto Nicholas S. Buckley, ambos médicos especializados en epidemiología y análisis estadístico de datos clínicos. Han tenido cierto éxito. Por ejemplo, con su hija (la de la foto de la izquierda) tienen un índice-h de 11, que no está mal (ella sola tiene un índice-h de 16). Su artículo más citado es Salpeter SR, Buckley NS, Ormiston TM, Salpeter EE, «Meta-analysis: Effect of long-acting beta-agonists on severe asthma exacerbations and asthma-related deaths,» Annals of Internal Medicine 144: 904-912, 2006 . Un astrofísico de Cornell que ha dado lugar a noticias científicas tan curiosas (para un astrofísico) como «Hormone replacement therapy may prevent heart attacks in women under 60, analysis of 23 studies concludes,» de Krishna Ramanujan, en Cornell News, April 4, 2006 .

Curiosa trayectoria científica para un astrofísico, de físico nuclear a epidemiólogo.



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