Hannibal Lecter, experto en teoría de cuerdas según Thomas Harris, pero experto en «teoría coherente» según el traductor al español

Por Francisco R. Villatoro, el 7 abril, 2010. Categoría(s): Ciencia • Cine • Física • General • Historia • Libros • Personajes • Physics • Prensa rosa • Science • Termodinámica

La mayoría de las conferencias divulgativas sobre teoría de cuerdas nos recuerdan que Hannibal Lecter, el caníbal, es experto en teoría de cuerdas, según el libro de Thomas Harris, «Hannibal,» Delacorte Press, 1999, capítulo 89: «Lecter sits and… repeat efforts with the symbols of string theory.» El traductor al español de este libro, ignorando lo que significa «string theory» y pensando que el lector también lo ignorará, lo tradujo como «Se sienta … repite una y otra vez los esfuerzos por encadenar los símbolos en una teoría coherente.» ¿Es lo mismo teoría de cuerdas que teoría coherente? Abajo tenéis los párrafos completos. Lecter es un psiquiatra loco inventado por Thomas Harris, que se hizo famoso gracias al gran papel de Sir Anthony Hopkins en la película «El silencio de los corderos.» En la precuela «Hannibal» aparece Lecter leyendo sobre teoría de cuerdas y criticando los artículos de Stephen Hawking en relación al origen de la flecha del tiempo. Para Lecter la flecha del tiempo no tiene su origen en la segunda ley de la termodinámica, que la entropía no puede decrecer, y busca una formulación matemática alternativa basada en teoría de cuerdas. Lo sorprendente es que en la traducción al español, editada por Mondadori, reeditada por Círculo de Lectores, etc., no aparece mencionada la teoría de cuerdas, aunque sí Stephen Hawking y la entropía. ¿Por qué? ¿Licencia poética del traductor? ¿Piensa el traductor que un lector de novelas de Harris es incapaz de conocer lo que es la teoría de cuerdas?

Harris quiere hacernos ver que Lecter tiene dotes de superdotado, por eso le describe leyendo y criticando las teorías de Stephen Hawking y peleándose con la matemática de la teoría de cuerdas. «Los pocos matemáticos que podrían seguirle [a Lecter] podrían decir que sus ecuaciones iniciales son brillantes, pero que decaen lastradas por su propio deseo: el doctor Lecter está empeñado en invertir la flecha del tiempo, en demostrar que el aumento de la entropía no es el origen de la flecha del tiempo

Thomas Harris, «Hannibal,» Delacorte Press, New York, 1999; Chapter 89; página 490.

Lecter sits in his armchair with a big pad of butcher paper doing calculations. The pages are filled with the symbols both of astrophysics and particle physics. There are repeated efforts with the symbols of string theory. The few mathematicians who could follow him might say his equations begin brilliantly and then decline, doomed by wishful thinking. Dr. Lecter wants time to reverse — no longer should increasing entropy mark the direction of time. He wants increasing order to point the way.”

Thomas Harris, «Hannibal,» Mondadori, 1999; Capítulo 89 [traducido por José Antonio Soriano, de la edición original de Delacorte Press, Nueva York, 1999 ]

«Se sienta en el sillón con un fajo de papel basto, haciendo cálculos. Las hojas están llenas de símbolos, tanto de astrofísica como de física subatómica. Se repiten una y otra vez los esfuerzos por encadenar los símbolos en una teoría coherente. Los pocos matemáticos que podrían conseguirlo dirían que sus ecuaciones comienzan con brillantez y luego decaen, lastradas por una quimera: el doctor Lecter está empeñado en hacer revertir el tiempo, en lograr que la entropía en aumento deje de marcar la dirección del tiempo. En vez de eso, quiere que un orden en aumento señale el camino. Quiere que los dientecillos de leche de Mischa regresen del pozo ciego. Tras sus cálculos febriles hay un deseo desesperado de hacer sitio en el mundo para Mischa, tal vez el sitio ocupado hasta ahora por Clarice Starling.»

La parte en la que ve un documental sobre las teorías de Hawking y critica el origen termodinámico de la flecha del tiempo [página 410 en el original en inglés].

«El doctor Lecter estaba viendo una película titulada «Breve historia del tiempo,» sobre el gran astrofísico Stephen Hawking y su obra. La había visto muchas otras veces y aquélla era su parte favorita, el momento en el que la taza de té se cae de la mesa y se hace añicos contra el suelo.

[…] El doctor Lecter sentía gran admiración por la obra de Hawking y la seguía tan de cerca como le era posible a través de las revistas especializadas en matemáticas. Sabía que Hawking había creído en sus comienzos que el universo dejaría de expandirse y volvería a encogerse, y que la entropía podría dar marcha atrás. Más tarde Hawking afirmó que se había equivocado.

Lecter era bastante competente en el área de las ciencias exactas, pero Stephen Hawking se encuentra en un plano inalcanzable para el resto de los mortales. Durante años Lecter le había dado mil vueltas al problema deseando con todas sus fuerzas que Hawking hubiera estado en lo cierto al principio; que el universo dejara de expandirse, que la entropía se enmendara a sí misma, que Mischa, devorada, volviera a estar entera.

El tiempo. El doctor Lecter detuvo la cinta de vídeo y puso las noticias.»



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