El vino tinto, el ácido tartárico y la superconductividad en pnicturos basados en hierro

Por Francisco R. Villatoro, el 25 marzo, 2012. Categoría(s): Ciencia • Física • Noticias • Physics • Science ✎ 5

«El año pasado un grupo de físicos japoneses acaparó los titulares al anunciar que podían inducir conductividad en una muestra de teluro de hierro al sumergirlo en vino tinto. Funciona también con otras bebidas alcohólicas pero el mejor sin duda era el vino tinto. La pregunta, por supuesto, es ¿por qué? ¿qué tiene el vino tinto que hace que funcione mejor?

Los investigadores al fin han encontrado la respuesta, al menos en parte. Keita Deguchi, del Instituto Nacional para la Investigación de los materiales en Tsukuba, Japon, junto con algunos compañeros, afirman que el ingrediente misterioso es el ácido tartárico y que tienen los datos que demuestran de que desempeña un papel muy importante en el proceso. De los vinos que han probado el mejor es un vino elaborado con uva Gamay. Para los entendidos en vino es un Beajoulais del 2009 de la bodega Paul Beaudet de Francia.»

Traducción de mandelbr0t para Menéame de KFC, «Red Wine, Tartaric Acid, and the Secret of Superconductivity,» The Physics arXiv Blog, Mar. 22, 2012. El nuevo artículo es Keita Deguchi, Tohru Okuda, Yasuna Kawasaki, Hiroshi Hara, Satoshi Demura, Tohru Watanabe, Hiroyuki Okazaki, Toshinori Ozaki, Takahide Yamaguchi, Hiroyuki Takeya, Fumie Saito, Masashi Hisamoto, Yoshihiko Takano, «Tartaric acid in red wine as one of the key factors to induce superconductivity in FeTe0.8S0.2,» arXiv:1203.4503; y el artículo del año pasado era K Deguchi, Y Mizuguchi, Y Kawasaki, T Ozaki, S Tsuda, T Yamaguchi, Y Takano, «Alcoholic beverages induce superconductivity in FeTe1-xSx,» arXiv:1008.0666. Permíteme copiar aquí mi comentario en Menéame.

«Tras fabricar el material (FeTe0.8S0.2 tras un proceso de calentamiento a 600 ºC durante 10 horas) se sumerge una pequeña pastilla (pellet) en una botella de 20 ml rellena con el vino (o con otras bebidas alcohólicas), que calientan a 70 °C durante 24 horas. Después sacan la muestra (pellet) de la botella y estudian sus propiedades superconductoras cuando la enfrían a pocos grados sobre el cero absoluto (suben la temperatura desde 2 K hasta unos 10 K para determinar la temperatura crítica a la que deja de ser superconductora). El nuevo artículo ha observado que los vinos que tienen más ácido tartárico logran dotar a la muestra de FeTe0.8S0.2 de una temperatura crítica más grande. Para verificarlo, en lugar de vino han sumergido el material en ácido tartárico y han verificado su hipótesis, pero la temperatura crítica que se observa es menor que la observada con vino tinto, por lo que debe haber otros factores que influyen.»

El primer artículo fue muy popular en la web, por ejemplo, Maikelnai, «De vino y superconductores,» Amazings.es, 13 enero 2011; Miguel acaba magistralmente con un «¡Qué ironía! A algunos superconductores parece sentarles bien el vino, mientras que los conductores no deberían ni probarlo.»

En aquella ocasión, yo hice unas breves aclaraciones, que copio aquí.  «El material utilizado es FeTe0.8S0.2 policristalino, que no es superconductor sin impurezas. Hay que exponerlo a algún tipo de impureza. Basta exponerlo al aire o a agua para volverlo superconductor, pero lo mejor es calentarlo primero. La mejor manera de volver superconductor a este material es calentarlo en una atmósfera de oxígeno a 200 ºC. La temperatura de transición es de 8’5 K y se alcanza una fracción de volumen superconductor de casi el 100%.

Los japoneses (quizás buscando un IgNobel) han expuesto el material a bebidas alcohólicas calentadas a 70 ºC durante 24 horas. Y luego han medido la superconductividad, descubriendo que la temperatura de transición al estado superconductor es casi la misma en todos los casos (entre 7’1 K y 7’8 K), pero el porcentaje de material que logra ser superconductor (del que depende la conductividad eléctrica) es más alto con vino tinto (62’4%), seguido de vino blanco (46’8%), cerveza (37’8%), sake (35’8 %), whisky (34’4 %), shochu (23’1 %), y finalmente etanol mezclado en agua en diferentes proporciones (que solo logra hacer superconductor alrededor del 10 % del material).

Obviamente, el etanol no es el responsable del incremento de la superconductividad, sino otras substancias que se encuentran en las diferentes bebidas. ¿Cuál es la causa? Los autores del estudio creen que la causa es el contenido de oxígeno en la bebida… pero no están seguros. La verdad sea dicha, no creo que se molesten en averiguarlo…»

Por lo que parecen, sí se han molestado en averiguarlo. Y más aún, sin la respuesta definitiva, seguirán trabajando en ello.

«Habrá un nuevo artículo en los próximos meses sobre este mismo tema con una nueva substancia química «responsable» del efecto observado.»



5 Comentarios

  1. Hola.

    Tengo una duda sobre el primer gráfico. No entiendo por qué separan el vino tinto del vino blanco, cuando también se hace vino blanco con todas esas variedades de uva, y el volumen de alcohol es muy parecido. En La Rioja, donde el vino blanco se cría en barrica igual que el tinto, el volumen de alcohol llega a un 13, un 13.5 e incluso un 14% igual que en cualquier vino tinto. Y con el ácido tartárico pasa un poco lo mismo.

    ¿Será que las propiedades que buscan, a parte del ácido tartárico, están en los taninos de los hollejos? Porque esa es la única diferencia sustancial que hay entre un vino blanco y uno tinto… Me refiero en su elaboración…

    Saludos.

  2. “Habrá un nuevo artículo en los próximos meses sobre este mismo tema con una nueva substancia química “responsable” del efecto observado.”

    Pues podrían haberlo juntado con este, que para el caso…

  3. Tercera contribucion cientifica del vino en menos de quinientos años. La primera fue el estudio de Kepler «sobre el volumen de las barricas de vino», que le permitio desarrollar el calculo de areas y de ahi la segunda ley. Luego estuvo el analisis de Pasteur del acido tartarico, que llevo al descubrimiento de la quiralidad de las moleculas organicas. Y ahora esto.

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