Quienes viven en primera persona una emergencia, lo primero que hacen es llamar por teléfono móvil a sus familiares o amigos; estos contactan con terceros o con las autoridades para recabar ayuda y devolver la llamada a los primeros para darles consuelo y apoyo moral. Así lo indica un estudio realizado por el experto en teoría de redes Albert-Laszlo Barabási tras un análisis automatizado de las llamadas de voz y los mensajes de texto de unos 10 millones de usuarios durante 4 años. Su objetivo es cuantificar el flujo de información a través de la red de telefonía móvil para buscar patrones que puedan ser relevantes para las autoridades y que permitan diferenciar entre las emergencias y otros eventos que generan gran tráfico (eventos deportivos o espectáculos). El artículo técnico es Liang Gao et al., «Quantifying Information Flow During Emergencies,» Subm. Scientific Reports, arXiv:1401.1274 [physics.soc-ph].
Los testigos de la emergencia (grupo G0) se comunican con sus «vecinos» en la red (grupo G1), normalmente familiares o amigos no afectados por la emergencia, que les sirven de puente bidireccional para canalizar la información relevante del suceso hacia el resto de la red (grupo G2), en especial quienes deben gestionar la emergencia. Ciertos miembros del grupo G1 retornan las llamadas al grupo G0, produciendo un intenso tráfico bidireccional. El pico característico de actividad en las comunicaciones por teléfono móvil en caso de emergencia se caracteriza por un 25% de comunicación C01 (entre los grupos G0 y G1), un 5% de C11 y un 70% de C12 (entre los grupos G1 y G2). Un patrón realmente curioso que demuestra que somos animales sociales.
El estudio se ha basado en analizar de forma automática buscando ciertas palabras clave (emergency, disaster, concert, etc.), geolocalizando cada llamada telefónica usando la posición de la antena de telefonía móvil que la ha gestionado. Lo más característico es el comportamiento de los usuarios G1 que, aunque no están directamente involucrados en la emergencia, son los responsables de la mayor parte del tráfico en el red en caso de emergencia. Uno puede esperar que los usuarios G1 le comuniquen a otros usuarios G1 la existencia de una situación de emergencia de un usuario G0, sin embargo, el estudio indica que los usuarios G1 prefieren comunicarse con usuarios G0 y G2.
Barabási y sus colegas han introducido una medida de la reciprocidad (R) en la comunicación, la tendencia de dos nodos en la red A y B a una comunicación bidireccional (R=1) o unidireccional (R=0). No entraré en los detalles matemáticos, pero como muestra este histograma, la reciprocidad en las llamadas a móvil desde un testigo de la emergencia (G0) a un «vecino» (G1) crece en varias desviaciones estándares en caso de emergencia grave (aunque el estudio no analiza la correlación entre este incremento y la gravedad del incidente).
Como no podía ser de otra forma, se ha estudiado la influencia del género de los interlocutores en la reciprocidad. Como se observa en esta figura, y como es de esperar en caso de emergencia, no hay ningún sesgo de género en la reciprocidad de las llamadas. En este histograma se consideran de tipo hombre a hombre (MM), hombre a mujer (MF), mujer a hombre (FM), mujer a mujer (FF), entre diferente género (CG = (MF+FM)/2) y entre el mismo (SG = (MM+FF)/2).
Serán necesarios futuros estudios para poder extraer información realmente útil para las autoridades de este tipo de análisis automatizado de las llamadas con teléfonos móviles. Aún así, me parece un tema muy interesante y prometedor.
«Los testigos de la emergencia (grupo G1) se comunican con sus “vecinos” en la red (grupo G0), normalmente familiares o amigos no afectados por la emergencia, que les sirven de puente bidireccional …»
será al revés …
Gracias, arreglado.
No comprendo muy bien el significado de los grafos
Y me intriga el gráfico del concierto ¿ G0 llama para que les vayan a buscar al final del concierto y G1 tiene un comportamiento pasivo ? ¿ por qué la gente llama una vez empezado el concierto ?