Éxito y fracaso en épocas de vacas gordas y en épocas de vacas flacas

Por Francisco R. Villatoro, el 14 diciembre, 2008. Categoría(s): General • Política ✎ 5

Permitidme que extraiga unos recortes del artículo de un catedrático de Economía de la Universitat Pompeu Fabra, José García Montalvo, «Empresarios y relojes,» Mercados, Suplemento dominical de El Mundo, 14 dic. 2008 , y del artículo del Presidente de ERNST & YOUNG, José Miguel Andrés Torrecillas, «Fin de fiesta,» Negocios, Suplemento dominical de El País, 14 dic. 2008 .

«Ojo con los empresarios visionarios porque incluso un reloj parado da la hora correctamente dos veces al día.»

«Imaginemos que tenemos un millón de empresarios visionarios que toman decisiones de fusiones o adquisiciones de manera totalmente aleatoria (a cara o cruz). Si aciertan, su empresa se dobla de tamaño (pueden conseguir todo el crédito que deseen). Si fracasan, desaparecen. Supongamos que empiezan con un capital de un millón de euros. Después de la primera decisión quedan medio millón de empresarios; después de dos decisiones quedan un cuarto de millón. Después de quince decisiones quedan 30 empresarios y cada uno de ellos tiene una empresa de 32.768 millones de euros. Estos triunfadores no han necesitado saber nada sobre gestión empresarial: han llegado a tener una empresa gigantesca simplemente por suerte.»

«Un observador externo que quiera racionalizar esa suerte siempre encontrará (…) la explicación: una visión. (…) El problema (…) es que no tiene en cuenta que, en el proceso, casi un millón de visionarios se han quedado en el camino. (…) ¿Cómo se distingue al empresario visionario del empresario profesional? (…) En una fase de expansión es muy difícil.»

«Si tienes una deuda de 100.000 euros y no puedes pagar, tienes un problema; si la deuda es de 20.000 millones de euros y no puedes pagar, el problema es del banco.»

«Se acabó la fiesta. Parecía que no iba a pasar nunca, que tras quince años de robusto crecimiento (…) la economía española había encontrado el secreto para crecer. Crecíamos y crecíamos para sorpresa y envidia de nuestros vecinos europeos y mientras las economías de Alemania, Francia, Italia y Portugal languidecían, la española batía récords de PIB, de creación de empleo, de construcción de viviendas, de entrada de turistas de multitud de países y de inversión en el extranjero por parte de nuestras empresas líderes.»

«Pero la dura realidad ya está aquí (…) la recesión más grave que hemos conocido en los últimos 60 años. (…) (España) se adentra en este bache, con serios riesgos de acarrear una depresión cuya duración nadie se atreve a predecir.»

«La (…) crisis, dure lo que dure, terminará. (…) Hay una posibilidad de salir de este estado mejor posicionados de lo que nos encontrábamos antes de que éste tuviera lugar, siempre y cuando sepamos aprovechar las oportunidades que los cambios de los mercados nos pueden ofrecer. (…) Es momento de aprovechar la oportunidad que la situación ofrece para ejecutar decisiones incómodas que en periodos de bonanza económica son fácilmente obviadas.»

«Confianza es la palabra clave. (…) Para recuperar la confianza, es condición necesaria la transparencia. (…) Si hay un efecto positivo derivado de esta crisis, éste es el aumento de la cooperación entre instituciones, bancos y Gobiernos (la necesidad obliga) en busca de una respuesta coordinada entre todos. Dicha respuesta incluye (…) la necesaria eliminación de los agujeros negros del sistema.»

«Es el momento de trabajar juntos, y no unos contra otros, para limpiar los desperfectos de la fiesta, arreglar desaguisados y ponernos en la mejor posición para la próxima fiesta, que seguro que vendrá.»



5 Comentarios

  1. Desde mi punto de vista, no se está identificando el principal motivo de la crisis en España: el demográfico. La generación del baby-bom de los 60 (de la que formo parte) hemos ido colapsando consecutivamente: los colegios (entonces no había guarderías y nos cuidaban entre nuestras madres y abuelas), los institutos y la universidad. A partir de los 90 poco a poco fuimos encontrando nuestro nicho laboral y consiguiendo nuestra independencia económica. Formamos nuestras familias y compramos casas y coches hipotecándonos. Debido a nuestro gran número, se produjo el bom inmobiliario e industrial, lo que provocó la llegada de la inmigración que aumentó la demanda de viviendas. Ahora, ese ciclo ha terminado, la generación del baby-bom ya tiene su/s vivienda/s y ya hemos cambiado de coche al menos una vez (los más «austeros» hemos tirado 15 años con el 1º, hasta que hace un año hizo crakc definitivamente). Así que ahora, la construcción masiva de viviendas y de vehículos se encuentra de golpe con el agujero demográfico que dejamos tras nosotros. Resultado: la construcción arrastra en su caída a la banca, y ésta al resto de la economía y por lo tanto al consumo.
    No hay que ser entendido economista para prever lo que pasará con nuestras pensiones, cuando nuestros poquísimos hijos tengan que mantener a sus numerosísimos padres.

  2. Pvl no estoy de acuerdo contigo. El problema demográfico no es relevante en esta crisis. Recuerda que en España el número de viviendas por familia es de 1.5. Cada 3 familias tienen 2 viviendas. No ha sido la inmigración (sólo 1 de cada 20 familias que reside en España es inmigrante, incluye ilegales solteros). Se han construido muchos más casas de las necesarias porque la inversión más «cómoda» para muchas familias es la vivienda, cuando el precio del dinero es barato. Recuerda que hace 20 años tipos de interés hipotecario del 15% eran la norma. Ahora nos «escandalizan» tipos del 6% (euribor máximo este verano más 1.5%). Hemos tenido un boom inmobiliario porque el dinero para hipotecas era extremadamente barato y la inversión inmobiliaria era (y quizás sigue siendo) la más segura de todas. Los bancos se han aprovechado del boom y han concedido hipotecas muy ajustadas y ahora muchas familias necesitaban el «respiro» de una bajada de tipos y del euribor. Creo que el problema demográfico puede haber influido, pero poco.

  3. Yo opino que el efecto demográfico aún tenderá a ser menor. Pensad que se ha producido un efecto tampón de las mujeres (y hombres) que han decidido esperar más a tener hijos que nuestras madres. Antes, a los 18-25 se creaba toda la descendencia. Ahora, hasta los 30-40 la gente no decide tener sus hijos.

    Menos que antes, eso sí. Pero ese retraso es difícil verlo reflejado en estadísticas demográficas.

    Y claro, está el haber vivido como nuevos ricos en los últimos años y haber criado a nuestros (perdón, vuestros) hijos, como si fueran todos príncipes o princesas.

  4. Emulenews:Por poner un ejemplo de la importancia de la evolución demográfica: Cuando estudiaba educación básica en un colegio público(la E.G.B.)éramos más de 60 en cada clase. Aún así, en el entorno de mi barrio (clase media-baja) existían al menos tres colegios privados (muy típicos de aquellos años) que acogían a los hijos de los más «pudientes» de la zona. 40 años después no solo han cerrado todos los colegios privados sino incluso alguno de los públicos, y de los públicos que sobreviven, las clases apenas llegan a los 20 alumnos, hasta el extremo de que se disputan los alumnos entre ellos para no tener que echar el cierre . No niego que otras razones también han influido, pero para mí es innegable que el factor demográfico es esencial para comprender lo ocurrido. La masificación de los colegios de hace 40 años, se corresponde demográficamente con el bom inmobiliario de los años anteriores, y la actual caída del sector de la construcción es el equivalente a la desaparición de los colegios privados de barrio: ¿a quien van a seguir vendiendo casas si los que las necesitabamos ya hemos comprado las nuestras y detrás de nuestra generación hay un vacío demográfico?.

  5. Esta es la pirámide de población en España en 1960 (los años del nacimiento de la generación del baby-bom)
    http://www.ced.uab.es/jperez/PDFs/Piramides/Esp1960.pdf

    y esta es la pirámide de población en España en 2005 (cuando la generación del baby-bom ha alcanzado la “madurez”)
    http://www.ced.uab.es/jperez/PDFs/Piramides/Esp2005.pdf

    Comparando ambas se pone en evidencia el vacío demográfico que deja tras de sí la generación del baby-bom de los 60. Yo no soy experto en la materia, pero opino que es imposible que de este hecho no se deriven implicaciones socio-económicas de importancia para nuestra sociedad.

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