Falsos mitos sobre Bolonia y el Espacio Europeo de Educación Superior

Por Francisco R. Villatoro, el 19 enero, 2009. Categoría(s): Docencia • General • Política

Me ha sorprendido leer por casualidad el siguiente artículo de José Manuel Bayod, «Mitos sobre Bolonia,» El Mundo, Campus, 14 de enero de 2009 , que, en mi opinión, da exactamente en el grano. Lo resumo brevemente (con ligeros cambios).

«En la universidad española se nos han ‘colado’ algunas ideas que podríamos llamar impostoras, porque no pertenecen genuinamente a los objetivos del Proceso de Bolonia.1. No es cierto que toda Europa vaya a tener los mismos títulos universitarios. Lo normal es que las universidades ofrezcan títulos con los nombres que consideren oportunos. Sólo se propone que haya tres niveles de formación (llamados en español Grado, Máster y Doctorado) y que cada título esté encuadrado en uno de esos niveles.

2. Bolonia no exige que dejemos de hacer evaluaciones a través de un único examen y pasemos a la evaluación continua. Para medir ciertos resultados del aprendizaje será más útil una evaluación continua, pero para otros lo serán las pruebas finales.

3. El EEES no ha originado todos los cambios que están sucediendo en la docencia en la universidad española. Ni mucho menos. Desde antes de que los ministros se reunieran en Bolonia, ya existían motivos de tipo social que obligaban a poner en cuestión los viejos modos de gestionar la universidad, de elaborar planes de estudios y de impartir la docencia.

4. Tampoco pide la convergencia europea que los títulos universitarios se limiten a la formación para el empleo, y menos a la formación para el primer empleo. Aunque entre los objetivos de la convergencia son promover la posibilidad de trabajar en otro país europeo y favorecer la empleabilidad a largo plazo.

El proceso de convergencia europea ha promovido que la docencia se enfoque sobre las necesidades de los estudiantes. Un estudiante precisará una formación básica y amplia que le dote de capacidad para aprenden nuevos conceptos y nuevas técnicas de forma autónoma.

Éstas y otras cuestiones se han convertido en mitos de Bolonia. Muchos universitarios dan por hecho que se deben al movimiento renovador de Bolonia, pero en realidad ni tienen su origen en él ni las respuestas a las cuestiones que plantean son iguales en toda Europa. Cuanto antes desmontemos los mitos, mejor.»



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