Cuándo se recuperará Galicia del desastre ecológico del Prestige

Por Francisco R. Villatoro, el 21 marzo, 2009. Categoría(s): Ciencia • General • Noticias • Science

dibujo20090320prestigedisastercaricature¿Quién se acuerda ahora, después de 6 años, del desastre del Prestige en las costas gallegas? ¿Cuándo se recuperará el ecosistema de estas costas del efecto del vertido de unas 40000 toneladas de fuel pesado? Difícil saberlo tras sólo 6 años. ¿Qué ha pasado en el caso del Exxon Valdez en Alaska ocurrido hace 20 años?  Todavía los investigadores no saben si el ecosistema afectado se ha recuperado o no. De hecho, todavía emana fuel en algunas en las playas de Prince William Sound. Nos lo cuenta Lila Guterman, «Exxon Valdez Turns 20,»  Science 323: 1558 – 1559, 20 March 2009 .

Los investigadores siguen estudiando los efectos del desastre del Exxon Valdez. Muchas especies parece que se han recuperado (lo mismo se ha afirmado del mejillón en las costas gallegas en varios estudios científicos y hay especies de peces cuya población ha crecido, pero otras han disminuido), pero otras todavía siguen afectadas. De hecho, algunas especies siguen en contacto con el fuel en la superficie de las rocas. Antes del incidente, poco se sabía sobre los efectos a largo plazo de las grandes manchas de crudo en los ecosistemas. Los estudios del desastre del Valdez son los más extensos y costoso de todos los realizados. Un resultado obtenido es que los efectos del crudo son mucho más persistentes en el tiempo de lo que se pensaba, produciendo efectos crónicos en el ecosistema incluso ante exposiciones a nivel bajo. La complejidad de los ecosistemas costeros impide valorar con precisión todas las consecuencias del desastre.

El desastre del Exxon Valdez ocurrió tras la medianoche del 24 de marzo de 1989 con el vertido al mar de unos 40 millones de litros de crudo (el mayor vertido en aguas de EE.UU.). El impacto inmediato fue dramático: unas 250 mil aves murieron, unos 22 orcas, unas 2800 nutrias marinas, unas 300 focas, y número difícil de determinar de huevos y alevines de peces. Las investigaciones científicas sobre el desastre han producido más de 400 artículos en revistas internacionales impactadas. Desafortunadamente al contrastarlos se descubre que la mayoría son contradictorios entre sí, quizás por la gran complejidad de este tipo de estudios. La mayoría ha sido subvencionado por el gobierno de EE.UU., aunque muchos también lo han sido por la propia compañía ExxonMobile.

dibujo20090320prestigedisasteratwork1Los estudios científicos indican que muchas especies en Prince William Sound se han recuperado del desastre, como las águilas de cabeza blanca o americanas, los cormoranes, los salmones y las nutrias de los ríos cercanos. Sin embargo, el impacto ha sido muy severo en dos animales «fotogénicos»: las orcas y las nutrias de mar. Ahora sólo se observan el 40% de las orcas y los científicos creen que se extinguirán en esta zona con el tiempo. Peor lo llevan las nutrias de mar, sólo queda el 15% de las que había. No todos los científicos achacan este descenso al desastre. Algunos (de ExxonMobile) aluden también a un empobrecimiento en el plankton en la zona desde 1992, que ha reducido el número de peces de los que se alimentan las nutrias.

Cuando se recuperará la zona de las consecuencias del desastre. No se sabe. Pero se cree que se requerirá mucho tiempo. La paciencia es necesaria, 20 años es poco tiempo para que todo un ecosistema se recupere de un desastre ecológico de tal magnitud, como afirma un investigador.

«In rebuilding natural systems, the main ingredient is patience and the other one is protection.»

Todo esto, salvadas las distancias, creo que es aplicable al caso del Prestige. Sólo la paciencia y el tiempo permitirá que el ecosistema de las costas gallegas (más del 70% de sus playas fueron afectadas) se recupere por completo. Algunas especies podrían desaparecer pero otras ocuparán los nichos ecológicos que queden abandonados. Esperemos que «Nunca mais» y «chapapote», palabros que aprendimos hace 6 años, desaparezcan de nuestro lenguaje común y se reduzcan a una historia que contaremos a nuestros nietos cuando seamos abuelos.



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