John Maddox falleció el domingo pasado (12 de abril de 2009). La mula Francis lamenta la pérdida de quien le hizo pasar tan buenos ratos. Conocí la existencia de Maddox en agosto de 1991, cuando recibí el primer número de mi primera suscripción a Nature, vol. 352, no. 6333, 25 de julio de 1991. John fue editor principal de esta revista desde 1966 a 1973 y desde 1980 hasta 1995. Fue el responsable de la revisión por pares de los artículos científicos en Nature. Quizás parezca impensable que hubiera una época en la que no se hiciera. A John le gustaba contar que el artículo de Watson y Crick con la estructura del ADN publicado en Nature en 1953 quizás nunca hubiera pasado un proceso de revisión por pares. ¿Qué hubiera pasado si Rosalind Franklin o Maurice Wilkins hubieran sido los revisores?
John Maddox era, sobre todo, un periodista. No un periodista científico, sino un periodista, a secas. Sus editoriales no glosaban las maravillas que contenía el correspondiente número de Nature. Todo lo contrario. Hablaba de lo que quería, con énfasis en política y política científica.
El primer editorial suyo que yo leí fue «Summit gets something done,» Nature 352, 265-266, 25 July 1991 . Trataba sobre la importancia de la reunión del G7 de la semana anterior en Londres. Empezaba con la opinión de los londinenses sobre la reunión: «G7 consists of a group of politicians so important that they have a license to cause traffic chaos by travelling everywhere with motorcycle outriders or, otherwise, by helicopters.» Continuaba con los buenos propósitos de la reunión sobre cambio climático, agricultura en la Comunidad Europea, sobre el papel de Mikhail Gorbachev y sus problemas, etc. Buenos propósitos también ha tenido la reunión del G20.
En el mismo número de Nature presentaba un segundo editorial, de corte completamente diferente, «Milk and coffee,» Nature 352, 266, 25 July 1991 . El resumen lo deja claro «The British Anglican plan to boycott Nestlé coffee leaves much logic by the wayside.» La iglesia anglicana estaba en contra de que Nestlé vendiera leche en polvo a los niños africanos porque las madres dejaban de amamantar a sus niños y recomendó no beber café de dicha marca. ¡Increíble! En el país del té. Os transcribo literalmente «The essence of the case is that Nestlé continues to sell dried milk supplemented by vitamins for infant feeding in many of the poor countries of the world, that many of the mothers there thus deprive their children of the even more nutritious food they themselves secrete naturally.» Igualito que Ratzinger y los condones.
Así era Maddox. Por cierto, su libro en español «Lo que queda por descubrir: una incursión en los problemas aún no resueltos por la ciencia, desde el origen de la vida hasta el futuro de la humanidad,» Debate, Madrid 1999, 375 pp.,
es muy interesante, aunque he encontrado una crítica a las opiniones expresadas en el libro sobre la iglesia por parte del Opus Dei, qué tendrán que ver las churras con las merinas (unas dan buena carne, las otras buena lana).
Por último, os muestro un vídeo en el que John habla de la imposibilidad de la «fusión fría,» que acaba con su famosa frase en 1990 «Cold fusion, broadly speaking, its dead and it’ll remain dead for a long, long time.»
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PS (17 abr 2009): Obiturario a Maddox en el El País (visto a través de Menéame).