Boyas oceanográficas, corrientes submarinas y cambio climático

Por Francisco R. Villatoro, el 24 mayo, 2009. Categoría(s): Cambio climático • Ciencia • Science

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En la película «Buscando a Nemo,» el papá de Nemo utiliza la Corriente del Sur de Australia, acompañado de un grupo de tortugas marinas, para alcanzar Sidney, donde Nemo se encuentra encerrado en una pecera. ¿Cómo se estudian las corrientes submarinas en los océanos? Una boya flotante no se puede colocar una cierta profundidad en el océano y pretender que siempre permanezca a dicha profundidad conforme se mueve en una gran corriente. Se utilizan boyas isobáricas que se mantienen a una presión constante. La profundidad está relacionada con la presión, aproximadamente en el oceáno cada metro de profundidad supone un incremento aproximado de presión de 1 decibar (dbar). En un estudio reciente sobre la Corriente Fía del Labrador (LSW), en el oeste del Atlántico Norte, se han utilizado boyas a 700 dbar (unos 700 m. de profundidad) y 1500 dbar (unos 1500 m.). Las boyas tienen medidores de velocidad, presión, temperatura, etc. Periódicamente ascienden a la superficie del mar y envían la información que han registrado hacia satélites, como el sistema Argos, para luego descender y continuar con su misión.

¿Cuántas boyas se suelen utilizar en un estudio de las corrientes? En reciente estudio de Amy S. Bower, M. Susan Lozier, Stefan F. Gary, Claus W. Böning, «Interior pathways of the North Atlantic meridional overturning circulation,» Nature 459: 243-248, 14 May 2009 , se usaron 76 boyas RAFOS (Range and Fixing of Sound), que fueron colocadas en ristras de 18 durante 4 años sucesivos (2003-2006). La siguiente figura muestra las trayectorias seguidas por 40 de estas boyas en un periodo de 2 años, indicando con colores la temperatura estimada del agua y con un círculo negro su posición final. La pequeña figura insertada indica la trayectoria en línea recta recorrida por cada boya.

Dibujo20090516_Two-year_trajectories_40_acoustically_tracked_RAFOS_floats_released_at_700_1500_m

Los resultados de las medidas se insertan en simuladores por ordenador que simulan el campo de velocidades tridimensional en las corrientes. Resultando en la figura siguiente, que muestra las trayectorias hacia adelante y hacia atrás de las corrientes marinas estudiadas en el océano atlántico. Comentar cómo se interpretan estas figuras (yo preparé simulaciones de figuras parecidas hace años aunque sólo para el Mar de Alborán, entre Andalucía y el Norte de África) nos llevaría lejos. Así que trataré de ir al grano.

Dibujo20090516_Simulated_trajectories_from_FLAME_computed_using_3D_model_velocity_fields_during_15_years

¿Para qué sirven este tipo de estudios de las corrientes en el oceáno? Por ejemplo, para conocer la influencia antropogénica en el clima de la Tierra. El océano es una reserva enorme de energía, calor y dióxido carbónico (absorbe gran parte del dióxido de carbono de origen antropogénico). Su efecto sobre el cambio climático cada día se considera más importante. Recientemente se reunieron en Indonesia líderes políticos y científicos para estudiar en la Conferencia Mundial sobre Océanos. Ver por ejemplo «El papel de océanos en el cambio climático,» AFP, 12 de mayo 2009, o «Inicia Cumbre Mundial de los Océanos en Indonesia,» Emiliano Crespo, Ecosistemas, 11 Mayo 2009 . «Los océanos y el cambio climático

Dibujo20090515_climate_science_knowns_unkonwns_caricature_by_marc_robertsEl año 2008 ha sido un año clave en nuestra comprensión del efecto del océano en el cambio climático y del efecto del cambio climático en el océano. Parece claro que la temperatura superficial del oceáno crecerá en el próximo siglo, aunque algunos investigadores creen que no se notará este efecto en la próxima década debido las oscilaciones naturales de su temperatura (como Noel Keenlyside, del Leibniz Institute of Marine Sciences, Alemania, publicado en Nature).

Como ocurre en toda la Ciencia en general, cada vez que sabemos más nos damos cuenta de lo poco que sabemos. Por cada pregunta contestada surgen varias nuevas preguntas por contestar. Lo ilustra muy bien esta caricatura de Marc Roberts publicada en «Nature Reports Climate Change,» 18 December 2008 .

Viñeta 1. «Hola, esta noche trataremos de los avances del Cambio Climático en 2008. Lo qeu sabemos, lo que sabemos que desconocemos y lo que desconocemos que desconocemos.»

Viñeta 2. «Así que, Doctor, centrémonos en lo que desconocemos que desconocemos. ¿Cuáles son y cuántos hay?»

Viñeta 3. «Er… ¡no lo sé!»

Viñeta 4. «¿Y usted se llama experto?»

El cambio climático como ejemplo ideal del socrático: «Sólo sé que no sé nada» («y me queda mucho por saber,» de Enrique Vilchez).



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