2009 Ig Nobel, Física: Por qué las mujeres embarazadas no se caen al caminar

Por Francisco R. Villatoro, el 2 octubre, 2009. Categoría(s): Ciencia • Física • Mecánica • Medicina • Mujeres en la ciencia • Noticias • Physics • Prensa rosa • Science ✎ 3

Dibujo20091001_Bipedal_human_female_Nontypical_Pregnant_human_famele_and_Typical_pregnant_human_female

La columna vertebral de una mujer embarzada, durante los meses de gestación, se va curvando de tal forma que corrige la posición del centro de gravedad de la mujer y lo recoloca en una posición muy próxima a la que tiene cuando la mujer no está preñada. Esta curvatura hacia adentro de la columna vertebral es llamada lordosis lumbar. Los ganadores del Premio Ig Nobel de Física de este año, los norteamericanos Katherine K. Whitcome, de la Universidad de Cincinnati, Daniel E. Lieberman, de la Universidad de Harvard, y Liza J. Shapiro, de la Universidad de Texas, han realizado un análisis biomecánico alimentado por datos de medidas morfométricas de esta adaptación evolutiva de los homininos. Su artículo demuestra que sin esta corrección caminar de forma erguida sería mucho más difícil debido al momento de fuerzas (torque) introducido por el peso del feto en la articulación de la cabeza del fémur y el hueso de la cadera (en el acetábulo). Su artículo técnico es «Fetal Load and the Evolution of Lumbar Lordosis in Bipedal Hominins,» Nature 450: 1075-1078, December 13, 2007 [versión gratis en Harvard].

El artículo además busca las raíces evolutivas de este proceso, encontrando indicios evolutivos de la adaptación de las vértebras humanas para permitir esta lordosis durante la gestación también aparece en homininos más primitivos. Sin embargo, no aparece en los homínidos cercanos a los homininos, como los chimpancés.

Dibujo20091001_Quadrupedal_chimpanzee_non-pregnant_and_pregnant

A veces es sorprendente como un hecho científico sobre la evolución de los homínidos y homininos es aprovechado por los defensores del creacionismo para su propios argumentos. Como curiosidad os remito al artículo de Carl Wieland, «Curved spines and pregnant primates,» Journal of Creation 22: 9-11, 2008, que afirma que el hecho de que los Australopithecus africanus no presentan una adaptación vertebral tan clara como la de la especie Homo es un indicio de que no caminaban erguidos, utilizando como argumento fundamental el artículo que ha recibido el Premio Ig Nobel de este año y que no afirma nada al respecto.

Este tipo de argumentos se caen por su peso con la nueva evidencia publicada en Science esta semana de que los Ardipithecus ya caminaban erguidos, en ocasiones, hace 4,4 millones de años. Una hembra, Ardi, sustituirá a Lucy (de sólo 3,2 millones de años) como el hominino más antiguo, ya separado de la línea evolutiva de otros homínidos (entre ellos los chimpancés).



3 Comentarios

Deja un comentario