La neurociencia del arte y la belleza

Por Francisco R. Villatoro, el 15 octubre, 2009. Categoría(s): Cerebro • Ciencia • General • Poesía • Science ✎ 3

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La belleza y el arte absolutos no existen para los historiadores del arte que los contextualizan, deconstruyendo socialmente la obra y su contexto para lograr entender por qué una obra es bella, es arte, y otra no, en palabras de Martin Kemp, historiador del arte emérito de la Universidad de Oxford, GB. ¿Tiene algo que aportar la neurociencia al respecto? Kemp colabora con Mengfei Huang y Andrew Parker, neurocientíficos de su universidad, en un estudio sobre la percepción neuronal de la belleza en obras de arte. Presentan pares de obras similares (autorretratos de Rembrandt y versiones de los mismos por pintores de su escuela) a grupos de personas no expertos en arte y estudian su actividad neuronal con objeto de determinar si su respuesta cerebral es diferente ante la obra auténtica o ante una buena copia. Muchos de estos retratos son desconocidos para los sujetos estudiados. Martin Kemp no nos desvela los resultados de este estudio (actualmente en desarrollo y que será publicado en un futuro cercano), pero se sorprende por el interés que despierta la historia del arte en los neurocientíficos en su artículo «Art history’s window onto the mind,» Nature 461: 882-883, 15 October 2009.

El artículo, contar cuenta pocas cosas, pero me ha resultado curioso. Según Kemp, los investigadores también están estudiando la respuesta neuronal de obras de arte abstracto, como las obras de Mark Rothko, que aunque hoy nos parezcan bellas y artísticas, hace siglos parecerían «basura.»

Por cierto, ¿cuál de las dos obras que abren esta entrada te parece más bella, más artística? ¿Cuál de las dos obras crees que es de autoría del maestro? Por supuesto, contesta sólo si ya no sabes la respuesta correcta sólo con verla, este autorretrato es bastante famoso.



3 Comentarios

  1. Pero, pero, pero… ¿es que cualquier experimento chorras que genere dibujillos del celebro en falso color merece ser publicitado en Nature? Pero, pero, pero… si ni los expertos pueden generalmente distinguir los originales «del gran maestro» de las obras «de escuela», y las polémicas entre eruditos son inacabables, ¿como c.ñ. pretende ese Kemp que las neuronas de sus ingenuos sujetos noten la diferencia? O falta algo en la noticia, o es para creer cada día menos en la seriedad de estas revistas.

    Y sobre el par de imágenes que se exhiben en el post, sería imposible saber cuál reproduce un original de Rembrandt, suponiendo que alguna lo hiciera: ¿cómo distiguir los matices de color, la iluminación, la pincelada? ¿No veis que una imagen ha salido más verde que otra?

    1. Ya, pero se puede hacer algo tan subjetivo y de poco rigor científico como opinar … 🙂
      Y como para gustos hay colores, mi intuición me dice que el de la derecha es el original y el de la izquierda una copia (te lo dice uno que copió mucho … 🙂 ).

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