Simplemente una estupidez…

Por Francisco R. Villatoro, el 16 agosto, 2010. Categoría(s): Cine • General ✎ 2

Mucha gente piensa que el cine en 3D es «simplemente una estupidez» [1]. El séptimo arte es complicidad, una historia que nos entretiene, unas emociones que nos excitan y unas imágenes que nos seducen. «Quien es sincero consigo mismo debe admitir que regresa al cine para seguir maravillándose de lo que ve, para mantener intacta la capacidad de asombro. Uno ve cine por entretenimiento, por simple y llana diversión. […] Aunque todo cinéfilo sabe que 95% del cine que se hace en el mundo es un producto espurio, técnicamente pobre, mal concebido y mal realizado» [2]. El cine 3D todavía no es el sensorama de Aldous Huxley en «Un mundo feliz» en el que los espectadores sienten las sensaciones físicas de los actores en pantalla (sobre todo en películas X) [3]. Pero ha llegado para quedarse. La discusión sobre el cine 3D siempre me recuerda a la maravillosa obra maestra de Victor Fleming «Lo que el viento se llevó» (1939).

«Lo que el viento se llevó» fue una de las primeras películas realizadas en color con (casi) la primera técnica de color de la historia, el Technicolor. Era un procedimiento muy caro y con los años fue substituido por otras técnicas peores pero mucho más baratas (como el Eastmancolor). La pureza de colores del Technicolor era maravillosa, comparable a la que se obtiene en la actualidad. El Technicolor surgió alrededor de 1920, pero no fue conocido por el gran público hasta que Walt Disney lo utilizó a principios de los 1930 (en cortometrajes de animación tan famosos como «Los tres cerditos»). Mucha gente decía en aquella época que el «color» solo servía para películas «infantiles» y que era «simplemente una estupidez…»

Las primeras películas de acción real en Technicolor se rodaron entre 1934 y 1935. Los buenos aficionados al cine afirmaban que el color no aportaba nada a una película y que solo servía para encarecer el precio de la entrada. Solo era recomendable para producciones infantiles como «El Mago de Oz» (1939), dirigida por Victor Fleming, que tuvo gran éxito. Los directores de cine serio debían basar sus películas en la la trama y en las actuaciones… el color era «simplemente una estupidez…»

Todo cambió con la película más cara y más larga de la historia (hasta aquel año). Una de las mejores películas de la historia. «Lo que el viento se llevó»  se estrenó en diciembre 1939. El color tiene una importancia capital en esta película. El color de cada vestido, de cada detalle del escenario, fue elegido con absoluta precisión para adecuarse a la trama. Los colores van cambiando conforme las escenas así lo demandan. Para Victor Fleming el color era una herramienta más en la película, igual que lo eran la trama, los actores, el escenario… El público en las salas se quedó alucinado. Era la primera película de la historia que utilizaba el color «de verdad» como parte íntegra, indisoluble de la película. ¿Recuerdas alguna escena de «Lo que el viento se llevó»? ¿Te la puedes imaginar en blanco y negro? Es imposible. Imposible. «Lo que el viento se llevó» demostró que el color no era «simplemente una estupidez…»

En los premios Oscar de 1939, «Lo que el viento se llevó» arrasó con 10 estatuillas (tenía 13 nominaciones). Fue la primera ocasión en la que el Óscar a la Mejor Fotografía se separó en dos categorías «Blanco y negro» y «Color» (en 1967 se unificaron de nuevo). El color fue poco utilizado durante los 1940. Sobre todo por la guerra, porque era caro y porque la mayoría de los directores no sabían explotarlo. Pero durante los 1950 el color se convirtió en algo necesario y obligatorio. Solo los directores de películas de autor siguieron usando el blanco y negro. Pocos de los que usaron el color llegaron a ser maestros en el uso del color. Pero hay muchas películas que tenemos grabadas en nuestra memoria en color. En las que el color es fundamental. Imprescindible. Sin el color serían otra película diferente. Durante los 1960 la diferencia más importante entre el cine y la televisión era que el cine era en color. Los que veían «Lo que el viento se llevó» en la televisión sabían que no estaban viendo «Lo que el viento se llevó» faltaba algo muy importante, el color. Sabían que el color no era «simplemente una estupidez…»

¿Qué pasará con el 3D? En mi opinión todavía no hay directores y profesionales del cine que sepan usar el 3D como debe ser usado, que exploten todo lo que puede ofrecer. Yo vi «Avatar» (2009) de James Cameron en 3D (la película más cara de la historia y la película de mayor recaudación). Volví a verla en el cine, por razones que no vienen al caso, en 2D. También la he visto en vídeo en casa (en 2D). En mi opinión, en la película «Avatar» el 3D está «forzado» y la película cambia muy poco si la ves en 2D. La trama argumental es sencilla y la película es previsible. Los efectos especiales en «Avatar» son muy espectaculares pero, en mi opinión, el 3D no es parte íntegra de la película, indisoluble a ella. Algún día veremos en el cine una película que vista en 2D ya no sea la misma película. Una película en la que cada detalle, cada minucia en 3D esté perfectamente elegida para la trama y las actuaciones de los actores. Una película en 3D cuyo impacto en el cine 3D iguale al impacto de «Lo que el viento se llevó» en el cine a color. Así lo creo. Aunque quizás me equivoque, porque el «3D es simplemente una estupidez…»

[1] Yo odio el cine en 3-D…,» Manuel moore’s Blog, Julio 28, 2010.

[2] Gabriel Trujillo Muñoz, Cine eres y en cine te convertirás,» Estudios sobre las culturas contemporáneas, 2: 125-136, 1996.

[3] Aldous Huxley en Un mundo feliz» (1932).



2 Comentarios

  1. Si para que el 3D tenga éxito hay que hacer una película como Lo Que El Viento Se llevó, (la primera parte, que la segunda baja mucho) creo que deberemos esperar siglos antes de que ocurra.

    Es para mi la mejor película de todos los tiempos. Repito que la segunda parte deja mucho que desear.

    De hecho el 3D se estrenó en 1953 (http://www.youtube.com/watch?v=mFiXQo9w-FU) con una película simplemente bastante buena (Los Crímenes Del Museo De Cera), y no logró que nos aficionáramos al 3D

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Por Francisco R. Villatoro, publicado el 16 agosto, 2010
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