Lecturas para el verano: Nobeles españoles, Cajal, Ochoa y de la neurona al ADN

Por Francisco R. Villatoro, el 18 agosto, 2010. Categoría(s): Biología • Cerebro • Ciencia • General • Historia • Libros • Personajes • Redes de Neuronas • Science

Todos los veranos hay que aprovechar los días de vacaciones para leer y en este blog aprovechamos para recomendar algunas lecturas. Me gustaría destacar un libro breve pero interesante en el que Alfredo Baratas nos presenta una breve biografía de Santiago Ramón y Cajal, y María Jesús Santesmases, quizás con menor acierto, nos presenta otra de Severo Ochoa de Albornoz, editado por Nivola en su serie novatores. A la izquierda tenéis la portada del libro. La biografía de Severo incluye al final un apéndice sobre «La imagen pública de Ochoa en España» en la que se presentan y comentan recortes de prensa durante el franquismo desde 1958 a 1975. El libro es cortito, bien ilustrado y se lee fácil. En mi opinión es un buen punto de partida para incentivar al lector a recurrir a textos biográficos de mayor entidad sobre los dos únicos científicos españoles que han logrado un Nobel. Como me ha gustado el trabajo de Baratas me centraré en él.

Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) es el único Premio Nobel científico obtenido por un español para España (Severo Ochoa lo obtuvo para EE.UU.). Los que tenemos cierta edad recordamos la serie de RTVE «Ramón y Cajal» dirigida por José María Forqué con Adolfo Marsillach en el papel de Santigo (los que no la conozcan la pueden ver aquí). Con los tiempos que corren recomendar la lectura de su autobiografía «Recuerdos de mi vida. Santiago Ramón y Cajal,» yo le leído la edición de Juan Fernández Santarén para Crítica, que incluye el texto del discurso de Cajal, «Reglas y consejos sobre investigación científica,» muy recomendable para todos los estudiantes de disciplinas científicas.

Cajal estudió medicina en la Universidad de Zaragoza e hizo el servicio militar obligatorio como médico militar en plena guerra de Cuba (1874). Sus primeros pasos como investigador los dio en la Universidad de Zaragoza entre 1875 y 1883. Se presentó a tres plazas de catedrático y a la tercera fue la vencida. Catedrático de Anatomía por la Universidad de Valencia entre 1883 y 1887 fue allí donde orientó su investigación como micrografista hacia la neurohistología. Fue en 1887 cuando descubrió las impregnaciones de Camillo Golgi, su competidor en lo científico y con quien compartió el Nobel. Catedrático de Histología por la Universidad de Barcelona entre 1888 y 1892  fue allí donde realizó los grandes descubrimientos científicos que le llevaron al Nobel.

España no existía para la ciencia europea. Los artículos de Cajal en español no tenían repercusión alguna a nivel europeo. Cajal decidió traducir algunos de dichos artículos al francés y logró publicarlos en revistas francesas y alemanas. El hito histórico que le abrió a Cajal las puertas de la fama europea ocurrió en 1889. Cajal decidió asistir por sus propios medios al Congreso Anual de la Sociedad Anatómica Alemana para presentar sus preparaciones micrográficas. El histólogo Van Gehuchten lo recuerda así (extracto de la biografía de Alfredo Baratas):

«La desconfianza era tal, que en el Congreso de Anatómicos celebrado en Berlín en 1889, Cajal […] encontrábase solo, no suscitando en torno suyo sino sonrisos incrédulas. Todavía creo verlo tomar aparte a Kölliker, entonces maestro incuestionable de la histología alemana, y arrastrarlo a un rincón de la sala de demostraciones, para mostrarle en el microscopio sus admirables preparaciones y convencerle al mismo tiempo de la realidad de los hechos que pretendía haber descubierto. La demostración fue tan decisiva que algunos meses más tarde el histólogo de Wüzburgo confirmaba todos los hechos afirmados por Cajal.»

Como nos recuerda Baratas, «el aval de Kölliker y el examen a que éste sometió las conclusiones de Cajal contribuyeron a dar credibilidad a las aportaciones científicas del español, convirtiéndole en un referente principal en el panorama internacional de la neurohistología.» El episodio de Kölliker aparece reflejado al final del capítulo 7 de la serie de RTVE. Recomiendo la lectura de Javi Peláez, «Albert Kölliker, el suizo que descubrió al mundo a Santiago Ramón y Cajal,» La Aldea Irreductible, 6 de abril de 2010.

Cajal, ya como científico de reconocido prestigio nacional e internacional, logró una Cátedra en Madrid que ocupó de 1892 hasta que se jubiló con 70 años en 1922. Algunos de los trabajos que Cajal publicaba en español en los Anales de la Sociedad Española de Historia Natural fueron traducidos directamente al alemán por Albert Kölliker (que dicen que aprendió español para poder hacerlo). En febrero de 1894 Cajal fue invitado a impartir una conferencia en la Royal Society londinense y fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Cambridge. Entre 1897 y 1904 publicó su manual «Textura del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados,» obra que está considerada como el texto científico en español más importante de nuestra historia (este texto fue traducido al francés en 1909).

Cajal recibió en 1905 la medalla helmholtz de la Real Academia de Ciencias de Berlín y en 1906 el Premio Nobel de Medicina, junto a Camillo Golgi. El discurso Nobel de de Cajal elogiaba las contribuciones de Golgi, no así el del italiano, que lo citó solo de pasada. Más tarde Cajal afirmó sobre el sabio de Pavia: «¡Cruel ironía de la suerte, emparejar, a modo de hermanos siameses unidos por la espalda, a adversarios científicos de tan antitético carácter.»

Os recomiendo escuchar la biografía de Cajal en La Aldea Irreductible, su Podcast, Capítulo 6, «Santiago Ramón y Cajal,» 8 agosto 2008 (incluye la voz del propio Cajal y recortes de una entrevista en RNE a Teófilo Hernando, compañero de investigaciones y médico personal de Cajal hasta el momento de su fallecimiento).



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