«En 1994 el Gobierno [de España] estableció un incentivo para aumentar la producción científica de calidad. Y los sexenios de investigación (llamados así porque la evaluación se efectúa por periodos de seis años) surtieron efecto. La actividad investigadora se disparó y España ha escalado hasta el noveno puesto mundial en producción científica. Un profesor titular [de universidad] gana 1.456 euros más al año por tener un sexenio, 121 euros brutos al mes. Un universitario debe reunir en seis años cinco aportaciones científicas entre las que figuren, al menos, tres artículos en revistas de impacto medio o alto. Juan Juliá, rector de la Universidad Politécnica de Valencia, está convencido de que el despegue investigador no se ha debido a esa retribución, sino a un efecto positivo de la vanidad universitaria: «Los sexenios de investigación funcionan más por el reconocimiento que suponen dentro de la universidad que por el dinero que llevan aparejado, que no es mucho.».» Nos lo recuerda Ignacio Zafra, «Objetivo: que el profesor genere negocio para su universidad,» El País, 19 nov. 2010.
¿Ha influido el sexenio de investigación en la mejora de la investigación en la universidad española? ¿Ha tenido algo que ver o es pura casualidad? ¿Qué opináis?
Hola Francis,
en este caso creo que el incentivo sí ha tenido que influir en el número de artículos publicados positivamente. Sin embargo, como contrapunto , y desde el punto de vista de un doctorando, me pregunto si no habrá acarreado consecuencias no esperadas. Por ejemplo,
(i) hay profesores (unos pocos espero) de Universidad que tienen a su cargo unos cuantos doctorandos a los que no dirigen de manera práctica, simplemente funcionan como avalistas (por decirlo de alguna manera). Si bien, puede ser una forma válida de dirigir una tesis (al final la tesis debe ser un trabajo del doctorando), la curva de aprendizaje puede ser muy dura y poco efectiva. Me pregunto si el incentivo económico no habrá forzado un poco las cosas, creando una simbiosis artificial.
(ii) hasta donde yo he visto (que no mucho la verdad), parece ser que las tesis doctorales en España tienden a alargarse un poco más de los cuatro años. Mientras que en otros países (sin contar el primer año de máster) se suelen ceñir a los tres (3 + máster) años. En unas cuantas tesis que he estado se le ha felicitado al doctorando por el extenso trabajo (y también llamado la atención), y a veces sospecho de si no habrá influido la falta de interés del director/a de cortar el grifo de publicaciones. He llegado a escuchar incluso que con unos
4-5 artículos debería ser suficiente para presentar una tesis. ¿Acaso con un solo trabajo, pero bien elaborado, no podría ser suficiente?.
(iii) Las desventajas de una política tipo «publish or perish» también se contempla en este tipo de incentivos como daño colateral.
Hola a todos:
A mi entender el sistema de sexenios tal y como se plantea actulmente tiene dos efectos perversos. Vaya por delante que me parece una buena manera de incentivar la productividad, pero creo que tras casi 30 años, habría que plantearse una reforma seria del mismo.
Uno de los efectos perversos es el de limitar la productividad. Realmente, una vez conseguido el mínimo, no resulta necesario producir mas, lo cual induce un estado continuo de stand-by: publicar lo minimo para el sexenio y punto.
El otro efecto perverso es el de «matar» la pequeña ciencia. Según el campo, sólo se consideran artículos del 1er tercio, sin tener en cuenta el impacto o o la productividad media. Esto puede llevar a concentrar los esfuerzos en publicar poco y selecto, dejando en el tintero muchas ideas que, si bien no son gran ciencia, si crean un caldo de cultivo y unos cimientos para el futuro desarrollo. ¿cuantas ideas se han tirado a la basura simplemente por que no son del 1er tercio?
Una posible reforma sería financiar la productividad pura y dura sin restricciones de tiempo o de tramo en la lista. ME explico: se premiaría cada vez que se consiguiera un indice de imapcto acumulado de X. ASí un Nature daría lugar a un «tramo» y equivaldría a 10 o 15 publicaciones de menor calidad. De este modo premiariamos la ciencia de alto impacto (muchos natures=muchos tramos) y los trabajos técnicos (toda contribución es válida).
Evidentemente, los sexenios han contribuido a que los investigadores quieran publicar. Lo que no tengo muy claro es que estos investigadores publiquen realmente cosas «de calidad». Además, cualquier científico conoce colegas que aparecen de autores en trabajos de otros sin haber aportado nada, con lo que se falsea la lista de autores, para conseguir sexenios fácilmente.
El comentario anterior acaba diciendo que «toda contribución es válida»… y yo no puedo negarlo, categóricamente, pero aceptar eso es peligroso porque publicar «algo» en «algún sitio» es extremadamente fácil. Cualquier tontería te la pueden aceptar en congresos «serios»… y no digamos en congresos «menos serios».
Yo creo que debería limitarse mucho-mucho el dinero destinado a publicar cosas en «congresos» habida cuenta la escasa calidad de los mismos (del 99% por lo menos) y que muchos aprovechan para hacer turismo. Si se tiene en cuenta que los organizadores de los congresos quieren, casi siempre, ganar dinero… eso implica que se benefician si aceptan muchos trabajos, y no por la calidad de los mismos.
Si un trabajo es bueno… ¿porqué enviarlo a un congreso en vez de a una revista? Pues porque o bien el trabajo no es bueno, o bien se envía a ambos sitios y así se hace turismo a costa del Estado.
Yo tengo una duda desde hace tiempo, que no sé si me podréis responder: ¿rentabilizan las universidades las patentes o conocimientos que generan? Porque tengo entendido que los derechos de los «inventos» y conocimientos obtenidos, pertenecen a la Universidad donde se realiza la investigación, pero me temo que se suelen quedar así, como patentes sobre el papel. Sería bueno, y mejoraría la tecnología y ciencia del país, que se incentivasen más las spin-off y la explotación de las patentes. Además del beneficio económico que redundaría en una mejor universidad (habida cuenta de lo mal que andan económicamente). ¿Sabéis algo sobre el tema?
Un saludo!
G De Galleta, [ver más abajo] según parece todas las licencias de patentes de universidades españolas durante 2002 y en 2003 (unas 300) produjeron 1 millón y 1’7 millones de euros por facturación en contratos de licencia. Comparado con el presupuesto de cualquier universidad, la cifra es ridícula. No sé si habrá mejorado mucho desde entonces.
G De Galleta, [versión previa] no tengo datos estadísticos fiables, solo te puedo hablar de los múltiples casos que conozco. Muchos de mis compañeros tienen patentes (porque da cierto caché que un investigador universitario tenga una o varias patentes), sin embargo, ninguno explota esta patente gracias a una empresa creada por ellos, ni gana dinero con la patente, y todos se quejan de que no hay empresas interesadas en explotar sus patentes. Primero patentan y luego buscan la empresa, cuando debería ser al revés (en EEUU no buscas una empresa, creas tu propia empresa y luego patentas). Patentar es barato (a nivel Nacional unos 1100 €, fáciles de sacar de cualquier proyecto público de I+D); explotar una patente es muy caro. No sé si lo sabes pero si una patente no se explota en unos pocos años (¿cinco?) queda liberada y cualquier empresa puede explotar el producto/invento sin pagar derechos.
Este artículo parece interesante, aunque no contesta tu pregunta: Ángeles López, «El coladero de las patentes españolas. El importante avance en la ciencia no se traduce en riqueza,» El Mundo, 12 Julio 2010.
«¿Por qué, a pesar del gran número de publicaciones que hacen nuestros científicos, sus resultados no generan productos y las empresas españolas no salen a flote? Los científicos no saben cómo proteger sus resultados. «Muchos investigadores desconocen que si dan un seminario en Europa y cuentan sus resultados ya no los pueden patentar. En EEUU sí, en Europa no (la legislación es diferente). Además, las oficinas de patentes en las universidades tampoco son ‘para echar cohetes’. Hacen lo que pueden», afirma Luís Serrano, biólogo molecular del Centro de Regulación Genómica de Barcelona (CRG), uno de los centros españoles con mayor fama internacional.»
Este artículo es interasnte para contestar tu pregunta, pero antiguo: Sara Fernández López, «El desarrollo de patentes en las universidades públicas españolas,» Universidad de Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, 2004.
«Las Universidades españolas están cada vez más concienciadas de la importancia de una
adecuada protección de los resultados de la investigación y en el año 2003, han solicitado más de 300
patentes. Este instrumento de transferencia de tecnología se ha consolidado, confirmando su progresión
respecto al periodo anterior, en el que se obtuvo alrededor de 1millón de euros por facturación en
contratos de licencia frente a los 1,7 millones de euros € de 2003 (Red OTRI, 2004).»
Suscribo la frase:
“Los sexenios de investigación funcionan más por el reconocimiento que suponen dentro de la universidad que por el dinero que llevan aparejado, que no es mucho.”
Me importaría un bledo que no me pagasen por los sexenios. Efectivamente, lo importante es el reconocimiento.
Creo que el sistema de sexenios es positivo, y que la gente los quiere conseguir más por el prestigio que por el dinero. Pero es cierto que, ahora que están implantados y con bastante rodaje, cabría modificarlos. Hay áreas donde es muy difícil llegar a la cifra que se pide, y otras muy sencillas (en la mía se podría conseguir un sexenio por año), valorar más la calidad y cantidad de los trabajos (y también buscar un modo más eficaz de ponderar por áreas de conocimiento) sería un primer paso. Después se podría pensar en subir la cuantía de los mismos (algo hoy poco factible, pero que se podría conseguir bajando otros complementos y subiendo los sexenios, de modo que el coste salarial global no variase, pero sí se premiase a los más productivos) o en aspectos más factibles, y baratos, como valorizar los sexenios dentro de la propia universidad (que sean requisito para promocionar, ser miembro de tribunales, director, etc).
Fomentan la producción científica de baja calidad. Cantidad y no calidad. Es como un autoengaño colectivo. La investigación de calidad se está haciento en USA, Korea, Canadá, Alemania…… pero España está muy lejos. La Universidad pública, tal y como está planteada no puede convertirse en un instituto de investigación. Además se mezclan cosas muy distintas dentro de un saco común, como es la investigación científica con la propia de las ciencias sociales y con ramas del conocimiento muy heterogéneas. Mal presente y peor futuro……