Atención, pregunta: ¿Todo lo que comemos causa cáncer?

Por Francisco R. Villatoro, el 1 diciembre, 2012. Categoría(s): Ciencia • Medicina • Noticias • Recomendación • Science ✎ 12

Dibujo20121130 Nutrition Ingredients - Cancer effect - estimates from meta-analysis and individual studies

Los aficionados a la buena mesa tenemos miedo al leer nuevos estudios que relacionan dieta y cáncer, porque nos parece que todos acaban afirmando que tomar esto o lo otro incrementa el riesgo de padecer esta grave enfermedad. ¿Todo lo que comemos causa cáncer? No, en realidad, un consumo moderado y una dieta equilibrada no provocan cáncer. Así lo afirma un nuevo meta-análisis que ha estudiado cientos de estudios epidemiológicos que relacionan los ingredientes habituales de nuestra dieta y el desarrollo de tumores malignos. Este estudio afirma que los artículos pioneros en la relación entre cierto ingrediente alimentario y algún tipo de cáncer suelen presentar resultados más sesgados que los estudios posteriores, utilizando además muestras estadísticas más pequeñas; por ello, su interpretación y su metodología son pobres, y sus conclusiones deben ser tomadas con mucha precaución. Según el nuevo artículo, en los meta-análisis estudiados los resultados positivos y negativos se distribuyen en forma de campana gaussiana centrada en el resultado nulo; además, la dispersión es mucho más pequeña en los meta-análisis que la reportada en los estudios individuales (como muestra la figura que abre esta entrada). Más aún, muchos de los resultados pioneros se obtienen gracias al uso de modelos animales y dosis  muy por encima de lo habitual en la ingesta regular humana. Por tanto, no debemos «demonizar» ingredientes habituales en una dieta equilibrada en función de los resultados de estudios pioneros, aunque copen titulares sensacionalistas en los medios. Más aún, las autoridades sanitarias a la hora de publicar recomendaciones nutricionales deberían preferir los resultados de meta-análisis, evitando exagerar los resultados individuales pioneros o más recientes. Todo esto ya nos lo recordaba Ben Goldacre en «Mala Ciencia.» El nuevo artículo técnico es Jonathan D. Schoenfeld, John P.A. Ioannidis, «Is everything we eat associated with cancer? A systematic cookbook review,» The American Journal of Clinical Nutrition, AOP November 28, 2012; me he enterado gracias a Marc Abrahams, «Is everything we eat associated with cancer?,» Improbable Research, Nov. 30th, 2012.

Dibujo20121130 Effect estimates reported in the literature by ingredient with at least 10 studies

Los autores tomaron de forma aleatoria recetas de un libro de cocina («The Boston Cooking-School Cook Book«) y seleccionaron los 50 ingredientes más utilizados. Luego, buscaron en PubMed los 10 estudios más recientes y el último meta-análisis que investigaron la relación entre estos ingredientes y el riesgo de padecer cáncer. Tras estos preliminares realizaron un análisis estadístico de todos los datos. Para 40 ingredientes encontraron al menos un artículo que indicaba cierto riesgo de padecer cáncer (ternera, sal, pimienta, harina, huevo, pan, carne de cerdo, mantequilla, tomate, limón, pato, cebolla, apio, zanahoria, perejil, nuez moscada, vino de jerez, aceitunas, champiñones, callos, leche, queso, café, tocino, azúcar, langosta, patatas, carne de buey, carne de cordero, mostaza, frutos secos, vino, guisantes, maíz, canela, pimiento, naranja, té, ron y pasas); no la encontraron para los restantes 10 ingredientes (hoja de laurel, clavo, tomillo, vainilla, nuez, melaza, almendras, bicarbonato sódico, jengibre y tortuga). Los primeros 20 ingredientes entre los 40 con riesgo documentado que han sido estudiados en al menos 10 artículos aparecen en esta tabla. Lo más llamativo es la gran dispersión de la mayoría de estos resultados.

Dibujo20121130 Effect estimates reported in the literature by malignancy type

Esta tabla muestra los tipos de cáncer en los que influyen (o no) estos 20 ingredientes. Tomados de forma conjunta (pensando en una dieta equilibrada y variada), lo que se observa es que la dispersión es muy grande y el valor medio es muy próximo a la hipótesis nula (es decir, que una dieta equilibrada y variada no incrementa el riesgo de padecer cáncer). Resultados similares, aunque con mucha menor dispersión, se obtienen tras estudiar los meta-análisis asociados a cada ingrediente por separado. En general, estos meta-análisis muestran una distribución normal (o gasussiana), centrada en el valor nulo, con una dispersión menor que la observada en los análisis individuales.

Dibujo20121130 strength - direction - associations effect nutrition on cancer risk

En resumen, aunque parezca que me repito, a la pregunta ¿todo lo que comemos causa cáncer?, la respuesta más adecuada es que no, que un consumo moderado y una dieta equilibrada no incrementan el riesgo futuro de padecer cáncer.



12 Comentarios

  1. Respuesta: No todo lo que comemos es un factor asociado que cause cáncer tal y como se evidencia en esta investigación, pero si hay sospecha y estudios actuales en favor de una alimentación lo menos procesada posible, fibra, frutas y verduras, pues sabemos que algunos alimentos por ejemplo los ahumados correlacionan de forma alta con el cáncer de estómago o digestivo, el alcohol o el tabaco asimismo correlacionan. Así que no todo es alegría.

  2. ¿Cual sería la razón de que un meta análisis de menos dispersión que un estudio de análisis individuales si ambos se basan en estudiar análisis individuales? ¿Que el primero solo considera los resultados y el segundo los pondera en función de la metodología? ¡Gracias! Me ha parecido interesantísimo.

      1. Entonces no se entiende bien. Daría igual estudiar un meta análisis de 500 análisis que 500 análisis individuales con que lo de que sean meta análisis no es un dato importante.

        1. Alberto, un meta-análisis es un análisis conjunto de muchos estudios individuales. Un meta-análisis no puede aportar información nueva (datos nuevos) como tal, solo analizar e interpretar de forma comprensiva múltiples estudios previos bajo un criterio común.

  3. Lo que más me llama la atención, más que el resultado del estudio que en gran parte puede ser intuitivo y razonable, es que incluso en el sector científico o bien el sensacionalismo, o bien la mala praxis, o bien la necesidad de publicar papers distorsione tanto el conocimiento que tenemos. Gracias a dios los físicos no suelen pecar de lo mismo.

  4. Bien Croccam, en efecto, nada tiene que ver abordar la investigación del cáncer con la cantidad de espárragos trigueros y no trigueros en la ingesta. Me ha gustado tu intervención pero podrías ser un poco más explícito en «lo que sabemos».

  5. Pese a que no pude leer el pdf de Jonathan D. Schoenfeld y John P.A. Ioannidis supongo que no explican de qué modo uno o varios alimentos producen o pueden producir tumores. Al parecer, los radicales libres pueden influir en la aparición de tumores, aunque los estudios realizados al respecto concluyen con resultados contradictorios. Para unos autores la ingesta de alimentos con antioxidantes previene el cáncer y para otros es irrelevante. En lo que parece haber más acuerdo es en considerar que los radicales libres son más decisivos en la génesis de otras patologías: problemas cardiocirculatorios, enfermedades neurogenerativas, degeneración muscular, etc. La oxidación es una reacción química de transferencia de electrones de una sustancia a un agente oxidante, las reacciones de oxidación pueden producir radicales libres que comienzan reacciones en cadena que dañan y matan las células. Los oxidantes son los responsables de la putrefacción de las frutas y la corrosión de los metales.

    El que el simple hecho de respirar causa la oxidación celular se compensa de algún modo con una batería de protectores naturales contenidos en los alimentos: glutatión, vitaminas A, C y E y enzimas como la catalasa, la superóxido dismutasa y varias perodixasas. También hay minerales como el selenio y el zinc que favorecen la defensa metabólica ante los radicales libres, pero ambos minerales son tóxicos consumidos en dosis superiores a las recomendadas. El estudio tiene un sesgo estadístico particularizado en alimentos individuales que no lo hace fiable. No sé de donde obtienen el dato que dice que alimentos que poseen vitaminas antioxidantes y fenoles pueden causar cáncer: limón, perejil, naranjas, cebollas, té, pimiento. Por el contrario, estos alimentos contienen nutrientes que amortiguan la oxidación celular. Me llama la atención que se mencione la cebolla y no el ajo, que es de la misma familia que la anterior, las liliáceas, que son plantas con heterósidos sulfurados. Lo mismo ocurre con la mostaza, que es una planta medicinal de la misma familia de las liliáceas. La esencia de mostaza, el isotiocianato de alilo, tiene acción antibiótica por sus derivados sulfurados. Como dice el proverbio, en la dosis está el veneno, la ingesta de picantes o irritantes de la mucosa digestiva puede ser dañina a la larga hasta producir cáncer, pero también es un hecho que alimentos como la cebolla y el ajo, y condimentos como la mostaza, son vegetales sanos consumidos con mesura y preparados al gusto de cada comensal.

  6. Tengo que corregir uno de mis datos porque no es correcto, las enzimas antioxidantes catalasa, superóxido dismutasa y varias perodixasas se producen de modo endógeno, no se ingieren con los alimentos. Pero al menos varios fermentos contenidos en frutas y ensaladas, yogur y kéfir ayudan a metabolizar a los alimentos junto con los ácidos biliares y las enzimas estomacales, intestinales, hepáticas y pancreáticas. Además, las enzimas endógenas necesitan minerales que proceden de los alimentos. Es notoria la relación que hay entre una dieta equilibrada que aporta nutrientes protectores, por ejemplo las vitaminas que cooperan con las enzimas endógenas, hacer buenas digestiones y el estado óptimo del sistema inmunológico.

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