El informe sobre el sistema universitario español … a Wert (III). La evaluación externa de la universidad

Por Francisco R. Villatoro, el 18 febrero, 2013. Categoría(s): Ciencia • Noticias • Política ✎ 2

Hace unos años, en el Rectorado de la Universidad de Málaga, el provost de la Universidad de Berkeley, California, impartió una conferencia sobre excelencia universitaria. Para mi sorpresa, lo primero que dijo fue que aunque le hubiera presentado la Vicerrectora de Profesorado y Ordenación Académica, la excelencia universitaria no tenía nada que ver con la docencia. Su charla sólo discutió la excelencia investigadora, la selección de profesorado y la transferencia de los resultados de investigación. Recuerdo que comentó que el Estado de California les obligaba a admitir en los grados un alto porcentaje (algo así como el 80%) de alumnos nacidos en California y que por tanto en los grados no podían elegir los mejores alumnos del mundo. Sin embargo, en el postgrado tenían libertad absoluta y sólo una minoría (algo así como el 10%) eran alumnos californianos (y muchos menos de sus propios grados). La excelencia universitaria empezaba en el postgrado con una selección de los mejores alumnos de postgrado del mundo. A mí me sorprendieron sus palabras y la cara de asombro de la vicerrectora.

El informe de la comisión de expertos me ha recordado esta anécdota. «La evaluación de la calidad de las universidades debe ser por razones de investigación e innovación. Introducir una supuesta «calidad de la docencia» en la evaluación como criterio fundamental sólo contribuiría a fomentar e incrementar muchos de los excesos supuestamente amparados por las reformas del Plan Bolonia. [Pero] el segundo principio fundamental de la Magna Carta Universitatum, suscrita en Bolonia en 1988 por más de 750 universidades del mundo, establece que «en las universidades, la actividad docente es indisociable de la actividad investigadora.» Tratar de separar la transmisión de conocimientos de la generación de otros nuevos no sólo es erróneo sino contraproducente, pues no favorece ni la docencia ni la investigación: la investigación acumula conocimientos y, por tanto, mejora la docencia. Es frecuente mencionar que muchos investigadores no son buenos profesores y que, por tanto, priorizar la investigación y el trabajo original no es un buen criterio de selección del profesorado universitario. La realidad es que la recíproca (que los profesores universitarios que no investigan son peores docentes) es la cierta y que, como es natural, la investigación mejora muy considerablemente la docencia. 36 y que hoy pasan.» Muchos lectores de este blog estarán en desacuerdo con estas palabras, pero yo coincido plenamente con esta opinión de los expertos de la comisión nombrada por el Ministro Wert. «Hay que identificar la investigación excepcional («world leading»), que es la que distingue las universidades excelentes.»

Estoy de acuerdo con los expertos en que es falso que «la creación repetida de centros que imparten iguales enseñanzas es socialmente buena per se. Fomenta la errónea creencia de que lo mejor es tener la Facultad o la Escuela tan próxima como sea posible, obviando que lo más importante no es el lugar donde se estudia, sino la calidad de la enseñanza que se recibe.» Me ha resultado curiosa la «analogía [con] un partido de fútbol; lo que cuenta para decidir el partido no es el número total de pases entre jugadores de un equipo (universidades donde se publican muchos trabajos), sino los goles que mete (universidades donde se realizan trabajos excelentes que hacen avanzar el conocimiento y que producen tecnología y patentes innovadoras).»

No tengo ninguna crítica a este apartado del informe. Comparto la mayoría de las opiniones expresadas por la comisión y sus recomendaciones, aunque obviamente requieren una inversión en financiación. A coste cero son imposibles de implantar. Sólo unos breves extractos. «Toda evaluación de la calidad de las universidades debe ser: a) completamente externa; b) lo más objetiva posible; c) lo más sencilla y económica posible; d) pública, con gran difusión del resultado; y, finalmente, e) debería tener consecuencias para la financiación de las universidades y de sus centros (Facultades, Escuelas, Institutos, etc.). La calidad de una universidad favorece la empleabilidad de sus egresados, información que se recomienda dar a los estudiantes, por lo que se recomienda establecer un «observatorio nacional de empleo de los egresados universitarios.» [Más aún] no es recomendable que todas las universidades sean generalistas y reproduzcan el mismo patrón. La especialización debería ser una de las claves de la sostenibilidad, buen funcionamiento y mejora de las universidades. Se recomienda evitar la duplicación innecesaria de centros y títulos reorganizando, y en su caso suprimiendo, centros y departamentos si fuera conveniente. Se requiere una racionalización de la oferta académica bajo criterios de mayor calidad y eficiencia.» Yo hubiera comentado también la reorganización del listado de áreas de conocimiento.

También «es imprescindible mejorar la internacionalización de las universidades en todas sus facetas (profesorado, estudiantes, investigación, doctorados, convenios de cooperación, parques tecnológicos, etc.). [Además, hay que] recordar lo importante de la relación con las universidades de Iberoamérica, un factor adicional en la internacionalización de las universidades españolas.»

PS (18 Feb 2013): Supongo que muchos ya conocerán el U-Multirranking creado por la UE para medir la calidad de las universidades, que ha nacido con muchas críticas. «Su idea es crear un ranking con información en cinco áreas distintas: la reputación de la investigación, la calidad de la enseñanza y el aprendizaje, la internacionalización, el éxito en la transferencia de conocimiento (por ejemplo, asociaciones con empresas y start-up), y la contribución al crecimiento regional. Esperan que se inscriban en el proyecto unos 500 campus de Europa y de todo el mundo y que la primera edición se publique en 2014.» Críticas en J.A. Aunión, «Un grupo de presitigiosas universidades rechaza el ‘ranking’ impulsado por la UE. La Comisión Europea lanza un proyecto para competir con la clasificaciones más famosas,» El País, 17 Feb. 2013.



2 Comentarios

  1. Congresso de Comunicação de Ciência
    SciCom PT 2013

    :: Envolver o público
    :: Envolver os cientistas
    :: Envolver os media

    27 e 28 de Maio de 2013 | Pavilhão do Conhecimento, Lisboa

    O Congresso de Comunicação de Ciência 2013 pretende ser um ponto de encontro e discussão para todos os que trabalham e se interessam pela comunicação e divulgação da Ciência.
    A comunidade de profissionais que se dedicam à investigação, promoção, comunicação e disseminação de ciência em Portugal tem-se desenvolvido consideravelmente nos últimos anos, com o correspondente aumento na quantidade e qualidade do trabalho realizado nestas áreas. Paralelamente a este crescimento, o interesse pelas questões científicas e tecnológicas e a procura de informação científica aumentou de forma sensível nos diferentes sectores do público. Com esta evolução, também amplificaram as oportunidades e a necessidade de actualização, de debate e de interacção na comunidade de profissionais de comunicação de ciência. O Congresso de Comunicação de Ciência – SciCom PT 2013 pretende ser uma plataforma ao serviço desses objectivos.

    Data limite para submissão de propostas: 26 de Março de 2013
    Data de anúncio das propostas aceites para comunicação: 22 de Abril de 2013
    Data limite para inscrição: 20 de Maio de 2013

  2. Yo creo que todo el mundo puede estar de acuerdo que en la actividad universitaria, la actividad investigadora (generación de conocimiento) y la actividad docente (transmisión del conocimiento) tienen un carácter indisociable. Otra cosa diferente es que a la actividad investigadora se le de un peso considerablemente mayor, y que se parta de la idea de la que la persona que es una gran investigadora puede ser un gran docente. Lo siento, pero día a día, convivo con casos de investigadores que no son grandes docentes (quizá más preocupados de sus papers que les proporcionan los sexenios necesarios) y de docentes que sin bien no tienen una gran actividad investigadora, si son extraordinariamente valorados por el alumnado en función de la actividad que realizan.
    Sin duda la valoración de la calidad docente es compleja (y arriesgada ya que no existe tradición, y la evaluación por pares en este caso no está bien vista) pero no por ello nos tenemos que dejar llevar por la premisa de que la persona que haya publicado una serie de artículos en revistas internacionales tiene unas inmejorables capacidades docentes. Quizá en el equilibrio está la virtud.

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