«La «democratización» de la ciencia conduce a que no se investigue para conocer, sino para publicar. Si no hay publicación, no hay carrera científica. El lema publish or perish como esencia de la labor del científico.» Nos lo cuenta Félix M. Goñi, «Publicar a cualquier precio,» Revista SEBBM, Sep 2013, que edita un dossier con cuatro artículos titulado «Publicar a cualquier precio.» Recomiendo a todos que lean dichos artículos, merece la pena. Permíteme un breve resumen de cada uno.
«En España somos campeones en eso de publicar y no hacer descubrimientos [Alonso Rodríguez-Navarro, «Sound Research, Unimportant Discoveries: Research, Universities, and Formal Evaluation of Research in Spain,» Journal of the American Society for Information Science and Technology 60:1845–1858, 2009]. La mayor parte de las evaluaciones se basan en el número de trabajos publicados. Para nuestros políticos, todas las publicaciones españolas tienen exactamente el número de citas que corresponde al factor de impacto de la revista. Suena raro, pero está publicado en el BOE. En España el objetivo es publicar a cualquier precio y descubrir, que lo hagan otros. ¿Cuál es la causa? Por un lado, la falta de compromiso económico y político con la investigación. Y por otro, el diseño de una estructura universitaria y un sistema científico [de tal] dimensión que no es financiable, incluso invirtiendo mucho más de lo que España invierte en investigación. Un sistema de investigación mal financiado y mal gestionado, dedicado a publicar a bajo coste, conduce a descubrir poco. Y ese es el precio de publicar a cualquier precio.»
Nos lo cuenta Alonso Rodríguez Navarro, «El precio de publicar a cualquier coste,» Revista SEBBM, Sep 2013, que también nos cuenta que «en investigación, el peor de los precios de publicar a cualquier precio es no descubrir nada. Y esto puede ocurrir porque publicar no es descubrir, aunque muchos lo confunden. La participación real de muchos investigadores en el progreso del conocimiento es casi nula. Parece que si muchos investigadores hubieran tenido otro oficio, nada habría cambiado, la ciencia estaría donde está. Pero esto es una verdad a medias. Todos los investigadores que lo son de verdad tienen una cierta probabilidad de hacer descubrimientos importantes, dependiendo de su capacidad y de su entorno. Pero los que no lo consiguen también fueron útiles, ya que sin sus exploraciones fallidas, el que acertó también habría fallado. En otras palabras: muchos tienen que fallar para que muy pocos acierten.»
«Publicar miles de trabajos y descubrir poco es el resultado de una mala política científica, no de la mala suerte. En Europa la Comisión Europea se enamoró de los análisis bibliométricos y arrastró a muchos países en el enamoramiento. Y como prueba fehaciente queda la paradoja europea, que dice que «Europa es mejor que Estados Unidos en ciencia pero no sabe aprovecharla». [Se trata de] la consecuencia de contar publicaciones en lugar de descubrimientos. La suma de mil trabajos normales no se convierte en un descubrimiento. Los descubrimientos son hechos de baja frecuencia en todos sitios, pero su frecuencia no es la misma en todos los países o instituciones, por eso unos tienen mejor investigación que otros. Por ejemplo, la ratio de trabajos publicados por premio Nobel en Química, Física y Fisiología o Medicina es de 80.000 en Estados Unidos y alrededor de 300.000 en Europa.»
Oscar Millet, «Verdad y método. La tortuosa relación entre los científicos y las revistas,» Revista SEBBM, Sep 2013, nos recuerda que «la ciencia es infinitamente más estimulante que el mero proceso de publicación y que la curiosidad es la verdadera maravilla que debe guiar el alma de todo el que se decide a emprender o pretende continuar en la actividad investigadora. [Pero] el desarrollo científico como las conclusiones obtenidas son muy dependientes de la relación que los investigadores entablan con las revistas científicas donde acaban publicados los trabajos. Las revistas científicas ejercen una labor promocional en el prestigio de los científicos y las del máximo prestigio tienden a seleccionar los artículos en base a criterios de interés para la comunidad científica. Pero esto genera dos problemas: la polarización de las líneas de investigación que se acaban cultivando y una cierta reducción de la calidad de los trabajos publicados.»
«El indicador más utilizado para medir la calidad de una revista es el índice de impacto, que contabiliza las citas recibidas por la revista en un período de dos años, dividido por el número de artículos publicados en el mismo período. El índice de impacto es el activo más valioso de una revista y el editor en jefe hará todo en cuanto esté en su mano por mantenerlo y/o elevarlo. Se ha llegado a decir que si se cambiara a todos los editores del Journal of the American Chemical Society (la revista más influyente en química, con un índice de impacto de 10,6), la propia percepción de la química de aquí diez años sería totalmente diferente. El problema de solo considerar el índice de impacto es que este no se sustenta exclusivamente en la originalidad o la novedad de los artículos publicados. Por numerosas razones los intereses de las revistas científicas parecen entrar en conflicto con la labor de los investigadores.»
Pere Puigdomènech, «El vértigo del científico ante la tentación del atajo,» Revista SEBBM, Sep 2013. «La profesión de científico depende de los resultados que obtiene de su investigación y los resultados no existen hasta el momento en que se publican. [Por ello] la carrera y el reconocimiento de un científico dependen de las publicaciones en las que pueda demostrar su autoría. Los jóvenes que están aprendiendo el oficio [deben saber que] el único atajo que existe para finalizar un trabajo y llegar a publicarlo es realizarlo con el rigor y la honestidad que son inherentes al trabajo científico. [Hay que evitar] la tentación de tomar atajos, las malas conductas científicas como la fabricación de datos, su falsificación y el plagio. Hace unos años me tocó intervenir en un caso que se había producido tras la retractación de un artículo por parte de un profesor de universidad. Una de las estudiantes nos dijo que no comprendía qué había de malo en escoger la mejor figura para una publicación, aunque no fuera del mismo experimento. Nos vino a decir que su jefe les decía siempre que el experimento no tenía importancia, que lo que había que hacer era tener las figuras más hermosas posible para la publicación. A veces el trabajo que se plantea en el laboratorio es difícil y el camino hacia el resultado que tiene la calidad suficiente para ser publicado implica un esfuerzo importante.»
Juan Aréchaga, «Open Access, un arma de doble filo para las revistas científicas,» Revista SEBBM, Sep 2013, discute un asunto polémico, el pay to publish. «El fin altruista de difundir y conservar el conocimiento no puede ir nunca en contra de las propias revistas mediante su estrangulación económica o la falta de libertad académica. ¿Qué biblioteca se va a suscribir a una publicación periódica que será de acceso libre en internet en pocos meses? El prestigio futuro y la viabilidad económica de las revistas científicas estará solo en las que se editen simultáneamente en papel y electrónicamente, con Open Access (OA) pagado por los autores a precios razonables. Las revistas que aparecen exclusivamente en internet, sin costo o a precios muy bajos, serán siempre sospechosas de mala selección de originales y/o de tener repositorios inexistentes o no fiables. [Por cierto] conviene resaltar que no se debe confundir OA con Free Access (FA), sinónimo de gratis total para autores y lectores, mientras que el OA tiene un coste económico asociado y sus precios suelen variar entre 1500 y 5000 $US. Los más fanáticos defensores del OA en realidad se refieren al FA (OA-FA), lo cual será siempre una utopía.»
«La publicación electrónica PLOSone (me niego a llamar revista a lo que es simplemente una página web) es un buen ejemplo que está afectando a la supervivencia de muchas revistas serias por la extraña seducción que ejerce sobre multitud de autores incautos que envían allí, actualmente en tropel, sus manuscritos. La filosofía que subyace a este popurrí editorial es muy simple: publiquen ustedes lo que quieran (el reciente premio satírico Ig Nobel lo consagra), rápido y con peer review muy leve, pues nuestros referees solo van a revisar que la metodología empleada sea la correcta. Pero ¡ojo! paguen ustedes una media de 1350 dólares por artículo. ¡23 406 artículos en 2012 con unos ingresos teóricos de más de 30 millones de dólares! Un explosivo número de artículos anuales favorece algunos indicadores bibliométricos como el eigenfactor score o el índice h. Ignoramos cuánto durará este lucrativo fenómeno de masas que está desvirtuando el concepto tradicional de especialización de las revistas científicas, pero mi consejo es que no se contribuya a financiar este engendro editorial. Por favor, ¡no enviad jamás manuscritos a PLOSone! Por el bien de la ciencia, con mayúsculas, este tipo de publicaciones electrónicas debiera desaparecer a la mayor brevedad posible.»
«Las revistas españolas profesionales tienen muchos problemas de renovación, prestigio, competitividad y financiación ante el nuevo panorama de la edición científica. Carecen de valores bibliométricos suficientes y contrastables internacionalmente, hay una hipersaturación de títulos en algunas áreas, pero se desprecian habitualmente en la evaluación individual de investigadores (concursos, sexenios, etc.) y las sociedades científicas que habrían de promoverlas o nuestras propias bibliotecas (soporte esencial actualmente para la financiación de las revistas) han tirado la toalla ante la dura competencia internacional o pasan de ellas. Todo esto ha llevado a que representemos aún menos del 1 % de la prensa científica mundial y nuestro IF medio no llegue a la unidad en el Journal Citation Report/Science Edition de los últimos 16 años. Las editoriales académicas –y la Unión de Editoriales Universitarias Españolas, UNE, en particular– están malgastando actualmente sus beneficios económicos en revistas que debieran cerrar o fusionar, en vez del absurdo de poner sus modestos contenidos en FA. No debemos olvidar que la gratuidad indiscriminada de contenidos de las revistas en internet (FA) será siempre sinónimo de mala calidad de las publicaciones, un dislate económico y un desprestigio para sus entidades editoras. [Por desgracia] muchos abogados del movimiento OA-FA lo hacen por motivos políticos y no por buscar la mejor vía de comunicación académica.»
«Internet está empezando a crear un cambio de paradigma editorial en la prensa científica profesional. El tráfico de datos en internet [está creciendo sin límite aparente]; se estima que pasaremos de 0,8 zetabytes (ZB) en 2009 a los más de 35 ZB en 2020 (1 ZB = 1021 bytes). El panorama editorial de las revistas exclusivamente electrónicas se ha visto invadido en los últimos años por una serie de compañías editoriales y revistas individuales que han venido a corromper el sistema OA, al igual que el spam lo hace con el correo electrónico. Estas revistas fraudulentas que plagian artículos de otras, editan múltiples revistas realmente inexistentes, carecen de los más mínimos niveles de selección de originales mediante revisión por pares o no cuentan con repositorios adecuados. Jeffrey Beall, bibliotecario de la Universidad de Colorado en Denver, Estados Unidos, le ha dedicado mucha atención a este problema y suele publicar todos los años un listado de compañías editoras o de revistas individuales identificadas por él como depredadoras del OA. El correspondiente a 2013 incluye nada menos que 242 compañías editoras y 126 revistas individuales [Beall’s List of Predatory Publishers 2013].»
«Prácticamente, la totalidad de los artículos científicos españoles de calidad se publican actualmente en el extranjero, con el perjuicio económico y el desprestigio que ello significa para el país (el gasto medio de las bibliotecas españolas en suscripciones a revistas científicas extranjeras se acerca ya a los 200 millones de euros anuales, sin contar los varios centenares de millones que desembolsan los investigadores españoles por gastos de edición y pagos por OA a las compañías editoriales extranjeras). ¡Hay que promocionar la existencia de revistas internacionales de calidad y rentables en España, particularmente en ciencias experimentales, e invertir con urgencia en ello! Solo existen tres formas posibles y serias para financiar una revista:o pagan sus autores por publicar (OA), o lo hacen las bibliotecas con sus suscripciones (con ventajas interesantes para las instituciones suscriptoras, como reducción en los precios por OA a sus investigadores), o una combinación de ambos procederes. Quizá, la última opción es la más juiciosa y ecuánime para todos. Regalar lo que aquí hacemos bajo la forma de intercambios o de FA, mientras nos explotan las multinacionales de la edición científica, es un suicidio académico y un despropósito económico. La calidad editorial tiene su precio y es antitética del buenismo universal.»
1 ZB = 10^21 bytes
Se ha perdido un superíndice en el espacio…
No estoy de acuerdo con el hecho de que el FA signifique necesariamente una mala calidad de artículos (igual que cualquier F*, en general). Como mucho, lo que se puede decir es que no hay ninguna garantía de que los artículos tengan cierto nivel de calidad. Actualmente con el software libre pasa otro tanto y, si bien es cierto que hay mucho programa chorra y tonto por ahí, al basarse en una «meritocracia» los productos buenos afloran y ganan un estátus que les reporta mayor visibilidad (véase el caso de Apache, LibreOffice, Blender o Ubuntu, cada cual en su área). De hecho, incluso creo que el problema de la pérdida de prestigio de las publicaciones desaparecería (al menos en parte) cuando el baremo de publicación o selección se basara en su importancia real, que es justo de lo que se queja el artículo.
De todas formas, Roma no se construyó en un día, y los modelos nunca son excluyentes. Todo es caso de que se evolucione en este ámbito y se generen nuevas técnicas o se hibriden las ya existentes para eliminar la «burocraciedad» que siempre emerge de cualquier sistema regido por humanos y que distorsiona el objetivo original de las reglas que lo hicieron emerger en primer lugar.
No se que tiene que ver el pagar con la calidad de los artículos, parece que lo haya escrito algún jefe de Elsevier xD.
Lo importante es revisar la metodología, lo demás viene solo.
Me encanta, y me impresiona, este blog. Gran cantidad de artículos, muy variados, y muy detallados. Lo recomiendo siempre…
Salvo, cuando sale un articulo sobre las publicaciones. Ahi siempre me deja un sin-sabor en la boca. Mas de una vez quise expresar mi desacuerdo, pero usualmente intento usar el xkcd http://xkcd.com/386/ para motivarme en hacer otra cosa. Esta vez, el articulo citado de Juan Aréchaga pasó el límite. Cito, textual:
«[el free access] FA (OA-FA), […] será siempre una utopía.»
«Actualmente, las publicaciones de editoriales tradicionales […] serán siempre más serias y valiosas por sus contenidos.»
«Por el bien de la ciencia, […] este tipo de publicaciones electrónicas debiera desaparecer a la mayor brevedad posible.»
«El fin altruista de difundir y conservar el conocimiento no puede ir nunca en contra de las propias revistas»
Frases totalmente ideológicas (de alguien que critica cuando puede en su articulo a los ideólogos del FA), sin ningún argumento que las apoye.
Mas de la mitad de los artículos que leo están en arXiv, y ahi encontraran todos los que escribo. Me parece un ejemplo muy exitoso de publicación FA, que no reemplaza las revistas pero se hace a la par. Tal vez valdría la pena mirar también la idea de los epijournals, como se menciona en http://episciences.org/
Hay mucho para debatir sobre las publicaciones, con argumentos.
Y mas importante que todo, cuando nos toca evaluar candidatos o proyectos, tenemos que tomarnos el tiempo de hacer una buena evaluación, sin mirar indices (y excusarnos si no tenemos el tiempo de hacerlo). Y si alguien nos evalúa solo con indices, debemos pedir otra evaluación y pedir que se recuse a futuro al evaluador. Lo que esta en juego es mucho mas importante que un paper o una carrera. Es el sistema científico. Se puede cambiar, para mejor.
El artículo de Aréchaga me ha dejado estupefacto. ¿qué piensa este hombre de que toda la ciencia financiada por la UE a partir de 2014 deba ser en OA? ¿qué le parece que Elsevier, McMillan, Springer…tengan el mismo proceso de cobro al autor si son en OA? ¿por qué critica a Plos (todas sus revistas en el primer decil de sus categorías y no a Scientific Reports? ¿cómo explica el importante número de highly cited articles publicados en Plos One? Tiene toda la razón algún comentarista anterior. Parece escrito por un directivo de Elsevier o Springer que ve que se le cae el negocio…
Que interesante este espacio, no conocia el blog, y he caido de rebote desde «cuentos cuanticos». En cuanto al campo de la investigación n sabia que estuviera tan «jocoso» ^^ Me pasaré más a menudo a cotillear y ponerme un poco al día (sobre todo de fisica cuantica). FA files 4sure ¥RESPECT¥ Me ha recordado al tema de la pirateria y la campaña que hizo el gobierno en su dia cuando les molestaba q la gente se descargara cosillas ( a modo de simil, me ha hecho gracia ) y pega bastante que alguien como los d elservier esten detras. Y realmente descubrimientos en este paīs……… …… ……. ……… publicaciones si, eso si y muchas h de trabajo y dedarle a la sesera (pero no había reflexionado sobre ello la verdad). Felicidades y un placer conocer el lugar.
Me uno a los comentarios anteriores. Me iba gustando lo que leía pero cuando llegué a lo de Aréchaga no daba crédito. Soy editor de PLOS ONE y me parece manifiestamente mejorable y me pregunto muchas veces a dónde va el dinero (en realidad a mantener el resto de publicaciones de PLOS, con parámetros de impacto mucho mayores y otras políticas editoriales). Pero de eso a pedir que no se manden artículos a PLOS ONE hay un abismo. Como decían antes, lo mismo se puede decir de muchas otras revistas. Y sí, lo que hay que mirar es si el artículo y la investigación están bien hechos, y el resto, la importancia, que la juzgue la comunidad.
En realidad, lo que tendría que ocurrir es que desaparecieran todas las revistas. Deberíamos publicar en arXiv, sólo working papers, es decir, modificables según avancemos en la investigación y también de acuerdo a los comentarios de la comunidad. El resto son medias tintas.
Totalmente de acuerdo con Anxo Sánchez, pero quien paga el arXiv?, alguien lo tiene que pagar, porque vale publiquemos en el arXiv es gratis, mola. Pero hay que pagar para que siga funcionando la revista. Eso si, podría ser más barato.
Maria, Cornell University Library (CUL) paga 75.000 $US al año, Simons Foundation paga 50.000 $US al año, y unas 126 instituciones pagan entre todas unos 300.000 $US al año. Fuente http://arxiv.org/help/support/faq#3B
Ya, eso lo se. Pero son instituciones públicas o sin animo de lucro
Un Zettabyte 1 ZB = 10^21 bytes (Faltó el exponente en el artículo)
Está claro que las «discográficas» de la Ciencia están dando sus últimos coletazos, pues ellos saben, y todos sabemos, que el presente/futuro de la publicaciones científicas pasa por Internet, y además en formato «gratis total».
Lo que a mí me sigue sorprendiendo de estas cosas, especialmente porque ocurren entre científicos, supuestos especialistas en el pensamiento crítico, es que se vea como algo normal el que un autor, que genera el contenido que da beneficio económico a una empresa privada (la editorial) PAGUE de alguna forma a esa misma empresa para publicar, cuando en todo caso debería ser exactamente al contrario. En serio, eso mismo en el ámbito no científico (editoriales no científicas) se considera una estafa en el mejor de los casos, así que sigo alucinando cuando veo que en ciencia no sólo se considera normal, o no se discute lo más mínimo, o incluso se ve como algo innovador y deseable respecto a la edición tradicional (que también tiene sus cosas), si no que cada vez se apuntan más instituciones públicas al carro para «hacerse la foto» con la cosa de lo open… :-O
Plos no es una empresa, es una fundación sin ánimo de lucro. De hecho, si donas dinero a Plos, te lo puedes deducir de la declaración de la renta de USA, así como si hubieses donado a médicos sin fronteras.
No conozco Plos y no lo sabía, Alejandra, pero si es una fundación sin ánimo de lucro, sigue cobrando de un autor que ADEMÁS le regala su trabajo. No sé, no lo veo claro (en cualquier caso lo que comentaba antes no se refería a Plos, sino a las open que son empresas -y legión- ).
Bueno, lo de que paga el autor es muy relativo. Creo que deben ser muy pocos que paguen de su propio bolsillo. Lo que antes se iba a lo tonto en material informático (se necesitase o no), ahora va para las Open, una forma más segura de hacer CV, a golpe de talonario (público)
Precisamente eso de pagar a las open con dinero público tiene el peligro de pagar por tu CV, otra de las grandes barbaridades que no sólo pasan desapercibidas (o al menos ninguna institución responsable del asunto dice nada) sino que, como las open molan de por sí, está genial que lo hagas…
«Working Papers», por definición en ciencia todo es «provisional» y refutable. 😉
Se ha desviado la atención hacia las revistas. Aquí el problema es que se publica mucho pero se inventa nada. A mitad de artículo ya hay uno disculpando la mediocridad española. Cobras para investigar no para publicar cualquier cosa.
Encima se pica por lo del índice de impacto… increíble HOYGAN.