La respuesta de D-Wave a la crítica a sus ordenadores «cuánticos»

Por Francisco R. Villatoro, el 7 febrero, 2014. Categoría(s): Ciencia • Computación cuántica • Noticias • Personajes • Prensa rosa ✎ 4

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El desarrollo de un modelo clásico que explica el supuesto comportamiento cuántico del ordenador de D-Wave, cuando el número de cubits es grande, ha abierto llagas en la compañía. Geordie Rose, padre de la criatura, afirma que dicho modelo no explica el funcionamiento de sus cubits individuales, ni de sus enlaces entre dos cubits. Tampoco explica los resultados de sus máquinas con 8 cubits y con 16 cubits. Por tanto, Rose concluye que el nuevo artículo de Umesh Vazirani y sus colegas no es un modelo clásico de sus máquinas. Su compañía no ha sufrido ningún varapalo.

Sin embargo, esto es obvio, como nos recuerda el propio Vazirani en el blog de Aaronson. El nuevo modelo clásico de la máquina de D-Wave está diseñado para probar que el algoritmo con 108 cubits publicado en 2013 no implementa el algoritmo de recocido cuántico, como afirma Rose, sino el algoritmo de recocido simulado. Nada más y nada menos. El artículo de Vazirani y sus colegas no pretende modelar los cubits individuales, ni los enlaces entre parejas de cubits, ni las máquinas de D-Wave con pocos cubits. El nuevo modelo clásico hace referencia a las máquinas de D-Wave con muchos cubits. Y ahí, D-Wave ha recibido un duro varapalo.

Rose y sus investigadores en D-Wave deben centrarse en demostrar que su máquina con muchos cubits es cuántica. Mientras no lo hagan, en este blog debemos ser fieles a la verdad. Y la verdad es que las máquinas de D-Wave con muchos cubits se comportan como máquinas clásicas.

La máxima que he repetido por doquier en este blog es que efectos cuánticos locales (entre pocos cubits) no implican efectos cuánticos globales (entre muchos cubits). La teoría de la decoherencia cuántica y, de hecho, todo lo que sabemos sobre física cuántica así lo afirman.

D-Wave tiene que realizar avances conceptuales muy importantes para desarrollar máquinas que sean cuánticas. Deseo que lo logren, por el bien de la ciencia y la tecnología, pero mientras tanto, la respuesta de Rose al artículo de Vazirani ha de ser calificada como la rabieta de un niño pequeño. Un niño pequeño que ha encontrado como regalo de Navidad un calcetín de Navidad, que estaba dentro de una caja en su calcetín de Navidad al lado de la chimenea.

Si quieres leer más: Geordie Rose, «The recent “How Quantum is the D-Wave Machine?” Shin et.al. paper,» Hack The Multiverse, 04 Feb 2014; Scott Aaronson, «Umesh Vazirani responds to Geordie Rose,» Shtetl-Optimized, 06 Feb 2014.



4 Comentarios

    1. JuanMartin, los dispositivos con fotones nunca serán rivales de los microelectrones para realizar la misma función (sea la que sea); el mayor problema es la escala de integración (su tamaño es enorme en comparación). Aún así, tendrán su hueco para sustituir la optoelectrónica (que requiere pasar lo óptico a electrónico y viceversa) y en aplicaciones de óptica cuántica (porque entrelazar fotones con electrones es muy difícil y entrelazar fotones con átomos fríos tiene otros inconvenientes).

    1. Curioso, Google lleva apoyando económicamente la compañía desde que anunció la primera máquina. A fondo perdido. Lo hace con muchas compañías pequeñas (desgrava fiscalmente). Además, han creado un centro de investigación en computación cuántica, junto con la NASA y otras instituciones, y para el anuncio de la creación montaron la noticia de la compra de una máquina a D-Wave, pero fue más bien una cuestión de propaganda más que otra cosa.

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