En 2005, el grupo de Sidney R. Nagel (Univ. Chicago) descubrió que bajando la presión ambiental se puede conseguir que una gota que impacte en una superficie no salpique (splash). Aún se ignora la explicación de este fenómeno. Quizás, al bajar la presión, la viscosidad controla la dinámica. El grupo de Nagel ha estudiado esta cuestión y sus experimentos indican que la clave podría ser el retraso (o el adelanto) en el momento de eyección de una hoja líquida (una fina capa de líquido) que forma una corona de gotas.
A veces, para resolver un problema hay que mirar con los ojos de un niño. Todavía no tenemos la respuesta, pero la pasión que algunos físicos le ponen a los detalles acabará siendo fructífera. El nuevo resultado nos lo cuentan Cacey S. Stevens, Andrzej Latka, Sidney R. Nagel, «Comparison of splashing in high and low viscosity liquids,» arXiv:1402.6718 [cond-mat.soft], 26 Feb 2014. El artículo que descubrió este fenómeno es Lei Xu, Wendy W. Zhang, Sidney R. Nagel, «Drop Splashing on a Dry Smooth Surface,» PRL 94: 184505, 2005; arXiv:physics/0501149 [physics.flu-dyn]. Debo confesar que soy fiel seguidor de los nuevos resultados del grupo de Nagel.
En muchas ocasiones, los problemas más sencillos son los más complicados de explicar. La ciencia avanza paso a paso, a su ritmo, sin importar lo rápido que a los divulgadores nos gustaría que transcurriera. Hace cuatro años («Fotos del impacto de una gota de líquido viscoso sobre una superficie lisa,» LCMF, 16 Ago 2010) la respuesta parecía cercana. Pero aún se resiste.
La física de las gotas de agua está entre mis pasiones («El curioso baile de las gotas de agua en una superficie de líquido que vibra al ritmo de un altavoz,» LCMF, 16 Oct 2012). Parece tan fácil entenderla. Pero muestran comportamientos «endiablados» que desafían la intuición y al mismo tiempo parecen obviamente intuitivos. La cercanía del fenómeno nos hace pensar que ya hemos visto lo que hasta ahora ningún experto había reportado en un artículo científico. Simplicidad y complejidad extrema combinadas para el disfrute de los aficionados a la divulgación.
Para tratar de comprender la física de un problema, a veces, hay que mirarlo con los ojos de un niño. El nuevo artículo del grupo de Nagel nos lo recuerda a la perfección. Lo que un niño vería al estudiar este problema con una cámara de alta velocidad sería la hoja líquida que se eyecta en el impacto de la gota líquida (el fenómeno más vistoso). Lo que un niño trataría de entender es el momento en el que dicha eyección se produce (si se produce). El nuevo artículo de Nagel nos muestra que la relación entre el momento de la eyección y la presión ambiental parece lineal; y además su pendiente decrece conforme crece la viscosidad del líquido.
Quizás los ojos de un niño han dado con la clave de este problema. Por muy sugerente que sea la idea, todavía habrá que esperar a una formulación teórica. Pero sin lugar a dudas el nuevo articulo (que acabará publicado en PRL por el prestigio de Nagel), abre una vía (la búsqueda de soluciones autosemejantes) que muchos seguirán. Un niño apunta con el dedo y muchos adultos dirigen su mirada en la dirección apuntada por el dedo. Quién es más importante, el niño o el primer adulto que alcanzó el lugar al que apuntaba su dedo.
Por cierto, no sé cuál de los tres autores del artículo habrá tenido la idea. Quizás haya sido Casey, una jovencita que podría retener cierta dosis de niñez. Pero me atrevo a conjeturar que ha sido el propio Nagel. Cuando le conocí en una conferencia me pareció un «niño adulto». No importa. Lo único importante es que no debemos olvidar que muchos científicos tienen éxito porque aún retienen las pautas de sorpresa/indagación de su niñez.