«La ciencia, además de una pasión, es un trabajo. Los científicos, como casi todo el mundo, odiamos las fechas tope, los deadlines, pero son parte de nuestro día a día. Esta presión la sienten con más fuerza los miembros de las grandes colaboraciones científicas que trabajan con instrumentos únicos. Los investigadores principales se comprometen con las agencias que los financian a publicar resultados en ciertas fechas (los llamados entregables). Pero en ocasiones cumplir dichos plazos se convierte en toda una odisea.»
«En ciencia siempre se debe primar la calidad y el rigor, aunque conlleve retrasos en los compromisos. Un buen ejemplo es el estudio del conocido como “eco del Big Bang”, que investiga la polarización de la radiación de fondo de microondas por el telescopio espacial Planck de la Agencia Espacial Europea (ESA). El proyecto prometió resultados en 2013, 2014 y 2015, y les dio pomposos nombres que incluían la fecha Planck Results 2013, Planck Results 2014 y Planck Results 2015. Estamos en enero y los resultados de 2014 aún no se han publicado, ¿Llegarán a tiempo? Las últimas noticias los prometen para este año 2015, así que debemos ser pacientes.»