Francis en #rosavientos: Por qué algunas caras te parecen más atractivas

Por Francisco R. Villatoro, el 4 octubre, 2015. Categoría(s): Ciencia • Eureka (La Rosa de los Vientos) • Noticias • Psicología • Science ✎ 3

Dibujo20151004 rate this face - from unattractive to very attractive - current biology - sciencedirect com

Ya está disponible el audio del podcast de Eureka, mi sección en La Rosa de los Vientos de Onda Cero. Como siempre, una transcripción, unos enlaces y algunas imágenes.

Un estudio con más de 35.000 voluntarios ha probado por primera vez que nuestras preferencias estéticas no están marcadas por los genes sino por nuestras experiencias. Nos encantan determinadas caras en función de nuestras vivencias. Hay rasgos generales cuya preferencia tenemos codificada en los genes (como nuestro gusto por las caras más simétricas). Pero nuestras preferencias estéticas están basadas principalmente en nuestras experiencias y éstas son altamente específicas en cada individuo. Este trabajo tiene implicaciones en el estudio de la evolución y arquitectura del llamado «cerebro social.»

El artículo es Germine et al., «Individual Aesthetic Preferences for Faces Are Shaped Mostly by Environments, Not Genes,» Current Biology, AOP 01 Oct 2015, doi: 10.1016/j.cub.2015.08.048.

Más información en español en Antonio Martínez Ron, «Por qué solo algunas caras nos parecen atractivas,» Next, Voz Pópuli, 01 Oct 2015; «La ciencia explica por qué la belleza está en los ojos del que mira,» Agencia SINC, 01 Oct 2015; Javier Sampedro, «La belleza está en los ojos de quien la contempla,» Materia, El País, 01 Oct 2015; Nuria Ramírez de Castro, «La percepción de la belleza depende de los ojos de quien la mire,» Ciencia, ABC, 02 Oct 2015.

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¿Quién es más guapa Emma Watson o Scarlett Johansson? ¿Quién es más guapo Pablo Iglesias o Pedro Sánchez? En una reunión de amigos o amigas seguro que hay diferentes opiniones. ¿Depende la belleza de los ojos de quien la mire? Los estudios psicológicos sobre la belleza de los rostros humanos indicaban que los rostros más simétricos resultan más atractivos para el sexo opuesto. Esta hipótesis de la simetría parecía tener una justificación genética. Para los psicólogos evolucionistas la preferencia por un rostro simétrico se asociaba a una mejor dotación genética. Sin embargo, los estudios más modernos parecen ir en contra de la tesis de la simetría. Algunos estudios apuntan a que recordamos más fácilmente los rostros asimétricos porque nos cuesta más trabajo procesarlos. Y como los recordamos mejor nos resultan más bellos. Esta semana se ha publicado un nuevo estudio que va más allá. Un grupo de psicólogos de la Universidad de Harvard y del Wellesley College de Massachusetts en Estados Unidos ha estudiado las preferencias estéticas con una cohorte de 35.000 voluntarios. El resultado es sorprendente, la percepción de la belleza depende de los ojos de quien la observa. Los rostros preferidos dependen de las experiencias y las vivencias personales. Este estudio que se ha publicado en la revista Current Biology nos confirma que hay tantos gustos como colores en cuanto a la belleza de los rostros humanos.

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El nuevo estudio contradice lo que afirmaban los psicólogos evolucionistas, ¿significa esto que la genética no importa en nuestras preferencias estéticas? Los psicólogos Laura Germine, del Hospital General de Massachusetts y la Universidad de Harvard, y Jeremy Wilmer, del Wellesley College, ambos en Massachusetts, EEUU, se han basado en cuestionarios online a través de su web www.TestMyBrain.org, que presenta diferentes tests psicológicos y entre ellos uno para valorar la belleza de 200 rostros en el que participaron más de 35.000 voluntarios. Para estudiar el efecto de la genética usaron el método estándar y más eficaz para determinar el grado de heredabilidad de un rasgo físico o psicológico. Se realizó la misma prueba con 547 parejas de gemelos (clónicos, con genes idénticos) y 214 parejas de mellizos (que solo comparten la mitad de los genes como cualquier par de hermanos). Las respuestas de los gemelos solo fueron un poco más similares entre sí que las ofrecidas por los mellizos. Por tanto, el resultado ha sido que la genética de cada individuo no interfiere en la decisión sobre la belleza de los rostros. Los investigadores lo interpretan como que nuestras preferencias estéticas no están predeterminados por los genes. Los medios de comunicación, las redes sociales, nuestro círculo de amigos, o incluso el rostro de nuestra primera pareja son más importantes que la genética a la hora de valorar un rostro como más bello que otro. La belleza incluye aspectos generales (como el gusto por la simetría, la juventud y los rasgos asociados a la salud), que están influidos por los genes y nos permiten afirmar que Paul Newman es más guapo que, por ejemplo, Santiago Segura. Pero a la hora de elegir entre dos caras que ya son guapas estos rasgos genéticos prácticamente no influyen, el resultado parece depender de si los rasgos faciales se parecen a la cara de alguien que nos importa o con quien pasamos mucho tiempo, como una pareja o el círculo de amigos más cercano.

Dibujo20151004 Reliability and specificity of individual preferences for faces - current biology - sciencedirect com

La experiencia personal determina las preferencias por uno u otro rostro según este estudio. ¿Para qué sirven estos estudios psicológicos? Muchos estudios de psicología experimental realizados en las últimas décadas parecen indicar que casi todas las características psicológicas medibles, como la agresividad, la habilidad matemática o musical, la inteligencia general, muestran un peso genético cercano al 50%. Sin embargo, el nuevo estudio psicológico liderado por Laura Germine, de la Universidad de Harvard (EE UU), publicado en la revista Current Biology, apunta a que la evaluación de la belleza podría ser la primera cualidad psicológica conocida que no cumple con esta regla del 50%. Depende de las experiencias personales de cada uno, que no están relacionadas con el entorno que comparten dos personas que han crecido en la misma familia o en el mismo lugar, sino con detalles mucho más sutiles e individuales, cosas como las experiencias únicas e íntimas con los amigos y los colegas, así como las imágenes y la información que recibimos de los medios de comunicación y las redes sociales. Este nuevo estudio psicólogico se enmarca en los estudios del llamado «cerebro social», un campo de investigación que pretende saber cómo nuestra experiencia personal e íntima modula nuestras preferencias por las cosas, desde el gusto por el arte, la música o las mascotas, hasta nuestras preferencias en cuanto a productos de consumo. Este tipo de información es muy relevante para las empresas de marketing y publicidad. Para empresas como el buscador Google nosotros somos su producto, la información sobre nuestras preferencias, incluyendo las preferencias estéticas, es recabada por Google para confeccionar una publicidad personalizada que es su principal fuente de ingresos. Todos debemos ser conscientes de que para Google y otras empresas online nosotros somos sus usuarios y su producto.

Dibujo201401004 google - busqueda-avanzada-form

Cuando buscamos información, Google nos devuelve lo que cree que buscamos, incluyendo lo que le conviene que busquemos, ¿existe alguna forma de rebelarse contra Google para encontrar lo que realmente buscamos y no lo que Google cree que buscamos? Hoy en día Google es la herramienta búsqueda de información de mayor valor tanto para los usuarios como para las empresas. Aunque los resultados de las búsquedas dependen mucho del usuario que busca. Basta hacer una sencilla prueba: buscar la misma información en dos ordenadores de dos de nuestros amigos o conocidos. Mucha gente se llevará una sorpresa, Google no nos da la información que buscamos, sino la que él cree que va a ser más relevante para nosotros. Dicha decisión está afectada por sus políticas comerciales y por el perfil que tiene de nosotros, lo que podría incidir de forma negativa en la pertinencia de los resultados que obtenemos en las búsquedas. Lo que Google llama la “experiencia Google para los usuarios” tiene una fuerte componente mercantil. ¿Qué podemos hacer los usuarios para rebelarnos contra esta política mercantil de Google? Hay varias medidas sencillas que podemos recomendar a los oyentes. Lo primero, buscar de forma anónima, sin sesiones abiertas con cuentas de Google (GMail, Google+, Youtube, etc.). Lo segundo, usar los formularios de búsqueda avanzada, son más incómodos, pero facilitan que encontremos lo que realmente queremos. Lo tercero, aprender a usar toda la potencia de Google, tanto búsquedas literales (con el texto entre comillas), como consultas en servidores concretos (usando el formato site:servidor, p.ej. site:uma.es para buscar en la Universidad de Málaga), o eligiendo los formatos de archivo (usando el filetype:tipo de archivo), o excluyendo términos (usando el operador «menos», con -término1 -término2). Y por último usar los filtros avanzados de Google para seleccionar páginas alojadas en servidores de un área geográfica, o en una lengua, o en una fecha concreta. Por defecto, se nos ofrecen datos cercanos a nuestra ubicación, o próximos en el tiempo, que no siempre son los que más nos interesan. Aprender a realizar búsquedas avanzadas en Google es algo fácil para la mayoría de los usuarios y creo que merece realmente la pena el tiempo que se invierte en ello.

Recomiendo consultar, por ejemplo, José-Antonio Merlo-Vega, «Rebelarse contra la relevancia: cómo encontrar lo que buscamos y no lo que Google cree que buscamos,” Anuario ThinkEPI 06: 293-296 (2012), PDF gratis.

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Estos consejos están bien, pero muchos usuarios quieren saber si existe alguna forma de eliminar la información que tiene Google sobre nosotros. ¿Podemos limpiar nuestro perfil personal en Google? Por la ley de protección de datos, Google debe ofrecer un servicio de eliminación de la información personal que dispone de nosotros a través de nuestras cuentas de usuario. Podemos eliminar la información que almacena sobre nuestras preferencias personales a la hora de ofrecernos anuncios usando la dirección web http://www.google.es/ads/preferences. También conviene borrar de forma periódica nuestro historial de consultas entrando en la dirección web http://www.google.es/dashboard (que requiere que nos identifiquemos como usuario). Además, yo recomendaría eliminar de forma periódica el historial de nuestro navegador favorito: el historial, la caché, las cookies, las preferencias, la opción autocompletar, etc. En muchas ocasiones el anonimato en la recuperación de la información es el mejor medio para conseguir los resultados más objetivos. Y ya que estamos también conviene vaciar la memoria caché para eliminar toda la información personal, datos de páginas visitadas o cualquier otra actividad realizada con los dispositivos que empleemos para buscar información. Y para acabar me gustaría recordar a los oyentes que existen otros buscadores aparte de Google. A veces creemos que todo está en Google, pero no es verdad. Google nos ofrece lo que cree que nos conviene. Muchas veces probar a cambiar de vez en cuando de buscador puede hacer que descubramos que hay mucho más en la web de lo que nos ofrece Google en sus primeras páginas. Debemos ser usuarios responsables y tomar un papel activo en cómo accedemos a la web. Nuestras preferencias estéticas y de todo tipo son el producto que estas compañías ofrecen como mercancía. Nosotros somos su producto y debemos ser conscientes de ello.

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3 Comentarios

  1. «La belleza incluye aspectos generales (como el gusto por la simetría, la juventud y los rasgos asociados a la salud), que están influidos por los genes y nos permiten afirmar que Paul Newman es más guapo que, por ejemplo, Santiago Segura. Pero a la hora de elegir entre dos caras que ya son guapas estos rasgos genéticos prácticamente no influyen»
    Haber empezado por ahí. Entre dos caras atractivas las dos obviamente influirán ya experiencias personales etc. a la hora de escoger una u otra, pero lo atractivo sigue siendo universal en la especie humana y EVOLUTIVO. No hay más que ver la historia del cine, que es el mejor ejemplo de juicio de masas, ¿qué estereotipos masculinos y femeninos se escogen siempre como protagonistas, desde el comienzo del cine hasta hoy, y encualquier país? Da la impresión de que el estudio en cuestión es un trabajo de numerología.

  2. Entiendo que la muestra está compuesta de individuos adultos. En edades tempranas, o incluso muy tempranas (de pocas semanas de vida, cuando el sentido de la vista ya está formado), y por tanto sin «experiencia» visual, ¿las conclusiones serían coherentes? Respecto a la selección de la muestra (un formulario web), ¿no introduce el sesgo de que todos ellos tienen destrezas en el uso de internet, que es proclive a un mayor número de experiencias visuales en dos dimensiones (a través de las pantallas de ordenador), que una experiencia física real?

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