PLoS ONE sigue siendo la revista científica más grande del mundo (por número de artículos publicados al año). En el año 2013 publicó 31509 artículos y en 2015 ha publicado 28107 artículos, un descenso de 3402 (el 10,8%). ¿Por qué decrece esta revista? Quizás por la tendencia de su factor de impacto, en descenso continuo desde que lo obtuvo por primera vez en el JCR 2009. Logró IF=4,351 y ahora en el JCR 2014 tiene IF=3,234. ¿Sus editores podrán revertir la tendencia?
PLoS ONE es enorme comparada con las otras revistas de PLoS. Además, es la de menor factor de impacto en el JCR 2014. La de mayor factor de impacto es PLoS Medicine, que obtuvo en el JCR 2014 un estupendo IF=14,429, pero que sólo publicó 75 artículos en 2015. El prestigio de la editorial PLoS es gracias a sus revistas más pequeñas (con una revisión por pares convencional). Pero dichas revistas son mantenidas con los beneficios de PLoS ONE, que cobra 1495 dólares por artículo. La reducción de tamaño de PLoS ONE implica una reducción de beneficios (aunque siguen siendo millonarios). ¿Cómo afectará a sus revistas más pequeñas?
Te recomiendo leer a Phil Davis, «PLOS ONE Shrinks by 11 Percent,» The Scholarly Kitchen, 06 Jan 2016 (la figura de arriba está extraída de dicha entrada).
¿Por qué ha reducido su tamaño PLoS ONE desde el pico de 2013? Phil Davis opina que podría estar relacionado con el descenso continuo de su factor de impacto. Su actual editoria (Managing Editor), la española Iratxe Puebla, trató de endurecer un pelín la política de revisión por pares, aunque siguió siendo muy laxa. Ahora mismo, sólo se exige que el artículo esté bien escrito y merezca ser publicado. En otras revistas científicas se exige que la contribución del artículo sea relevante; dicha relevancia no se exige en esta revista.
«Unlike many journals which attempt to use the peer review process to determine whether or not an article reaches the level of ‘importance’ required by a given journal, PLOS ONE uses peer review to determine whether a paper is technically sound and worthy of inclusion in the published scientific record.» Guidelines for reviewers.
Phil Davis ya predijo el descenso del número de artículos publicados por PLoS ONE en el año 2012 debido a su bajada de índice de impacto («The Rise and Fall of PLOS ONE’s Impact Factor (2012 = 3.730),» The Scholarly Kitchen, 20 Jun 2013). Con seguridad tiene que haber otras causas, como la competencia de otras revistas similares cuyo tamaño está creciendo año a año (BMJ Open, SAGE Open, Scientific Reports, Open Biology, PeerJ y SpringerPlus).
Michael Eisen, biólogo de la Universidad de California en Berkeley, fundó en el año 2000 la iniciativa PLoS (Public Library of Science) junto al bioquímico Patrick Brown y al biólogo Harold Varmus (Premio Nobel en Medicina 1989). Luego se separó de ellos y fundó una editorial sin ánimo de lucro con el mismo nombre en 2003, año en el que nació PLoS Biology. En 2004 nació PLoS Medicine y en 2006 la megarevista PLoS ONE. La política editorial de PLoS ONE fue muy novedosa en su momento (publica más del 65% de los artículos que recibe). Gracias al prestigio de las otras dos revistas, logró un buen factor de impacto y la editorial PLoS obtuvo beneficios económicos por primera vez en el año 2010.
Como editorial sin ánimo de lucro, PLoS tiene la obligación de publicar sus cuentas. Según los formularios Form 990 (2013) y Form 990 (2014) los beneficios de la editorial PLoS en 2012 fueron de 6,8 millones de dólares (34,2 de ingresos y 27,4 de gastos), en 2013 de 10,0 millones de dólares (47,1 de ingresos y 37,1 de gastos) y en 2014 de 4,8 millones de dólares (45,6 de ingresos y 40,8 de gastos). La infraestructura necesaria para sostener una editorial que publica online más de 30.000 artículos al año, con unos 90.000 revisores y con un comité editorial (Editorial Board) de más de 6500 científicos es costosa. Pero, fuera de toda duda, el mundo editorial de las revistas científicas es un negocio muy lucrativo.
Hola. Pues también podría estar entre las cosas que pueden originar el decrecimiento de esta revista, la aparición de otras open access casi por cada editorial con los mismos criterios de publicación (calcando el párrafo que incluyes de PLoS ONE), como son: Scientific Reports (del grupo Nature), grupo Frontiers (que tiene una amplia gama de revistas impactos etc… y donde es difícil tirar un artículo por motivos científicos o metodológicos etc… imposible rechazar un artículo así que todo se publica), y nuevas apariciones de open access en el grupo Cell, o la segunda de abordo de JNeurocience que es eNeuro etc.
Las editoriales han visto ese filón que tú comentas y todas han puesto su revista con el mismo bajo criterio. Ojo, que la crítica se la lleva PLoS ONE y sin embargo, Scientific Reports con los mismos criterios es considerada… mejor por que ahora tiene mayor IF y además es del grupo Nature. Véase que entre los artículos de prensa científica salen muchos comentarios de esta revista Sci Rep ya que es de Nature…. pero saben los periodistas que los artículos publicados ahí han pasado un filtro bajito, laxo, suave??? . Si lo saben o no… da igual, pero en esos artículos de prensa científica suelen decir algo así como «la revista Scientific Reports del grupo Nature… » como señal de calidad, que en este caso no tienen esos artículos.
Por su parte, los científicos también han visto en estas revistas de criterios editoriales más suaves la oportunidad de incrementar publicaciones, … por las razones que sean…. pero al final cuenta como incremento de trabajos publicados.
Dicho todo lo cual, hay que remarcar también que entre todas las open access (PLoS ONE; Scientific Reports; Frontiers tc…) he encontrado buenísimos artículos (a mi criterio, claro) y revisiones sobre temas importantes que merecen la pena. Y que siempre me pregunto, ¿porqué no colarían más arriba?. Es decir, si que se publica calidad en esas revistas, pero no se da por supuesta como en las de arriba, sino que hay que buscar y rebuscar.
Salud
Perhaps it’s also related and cutting of fundings due to the crisis? They have to pay to publish.