Ciencia para todos T01E01: Proyectos ERC en la Universidad de Málaga

Por Francisco R. Villatoro, el 18 octubre, 2018. Categoría(s): Biología • Bioquímica • Ciencia • Colaboración externa • Matemáticas • Mathematics • Noticias • Personajes • Podcast Ciencia para Todos (SER) • Recomendación • Science

Te recomiendo escuchar el podcast «Málaga cuenta con tres investigaciones punteras financiadas por la UE», 03 Oct 2018 [11:24 min] del programa de radio «Ciencia para todos» en el que participo junto a Enrique Viguera (profesor titular de genética de la Universidad de Málaga y coordinador de Encuentros con la Ciencia). Esta sección quincenal de «Hoy por Hoy Málaga» presentado por Esther Luque, se emite todos los jueves en la Cadena SER Málaga (102.4 FM), aunque en esta ocasión excepcional fue en miércoles.

«Talento europeo en la UMA» fue una de las actividades organizadas por la Universidad de Málaga en la Noche Europea de los investigadores. Desde el 01 de septiembre de 2018 aparecieron fotos de varios investigadores malagueños en marquesinas publicitarias del centro de la ciudad. Además, el 28 de septiembre de 2018 se entrevistó a estos investigadores en el programa «Hablando se entiende la ciencia», en el que participé junto a Javier Atencia, de Mundo Digital, en el Rectorado de la Universidad de Málaga (Paseo del Parque).

Horizonte 2020 es el programa de la Unión Europea que financia la investigación e innovación en entre 2014-2020. ¿Qué son los proyectos Consejo Europeo de Investigación (ERC)? Horizonte 2020 cuenta con una financiación de 80.000 M€ para el periodo 2014-2020 para investigadores, empresas, centros tecnológicos y entidades públicas. Entre 2021-2027 será sustituido por Horizonte Europa. Financia iniciativas transnacionales, con al menos 3 entidades de 3 Estados Miembros o países asociados, normalmente son más países y se incluyen empresas (pymes).  Subvenciones de inicio (Starting Grants – StG), entre 2 y 7 años desde la finalización de su doctorado, Subvenciones de consolidación (Consolidator Grant – CoG), con una experiencia de investigación de entre 7 y 12 años desde la finalización de su doctorado, y Subvenciones avanzadas (Advanced Grants – AdG), investigadores senior con al menos 10 años de experiencia y una trayectoria reconocida a nivel internacional de logros en investigación. Además, están las subvenciones para pruebas de concepto (Proof of Concept Grants – PoC).

En 2017 España logró 22 proyectos ERC de los 406 concedidos en toda Europa. Estos proyectos son muy competitivos y están dotados con una ayuda de entre 1,0 y 1,5 millones de euros. Este programa también apoya a jóvenes científicos que quieran iniciar nuevas líneas de investigación basadas en la excelencia. El programa se inició en 2007 y en él se financian proyectos innovadores y “arriesgados”, en los que la inversión que se realiza compense su alto riesgo, por la importancia y las implicaciones tecnológicas o sociales que tengan los resultados en áreas relacionadas con física, química, ingeniería, ciencias de la vida, ciencias sociales y humanidades. Las 406 ayudas ERC en la convocatoria de 2017 suponen una financiación total de 605 millones de euros, de los que España ha recibido 32 millones de euros.

En la Universidad de Málaga tenemos 3 investigadores financiados con fondos del programa ERC: dos en la rama de la Biología y uno en el campo de las matemáticas aplicadas. El primero de ellos en cuanto a cuantía (1,5 M€) es David Posé Padilla (Contratado Ramón y Cajal en el Departamento de Biología Molecular y Bioquímica de la Facultad de Ciencias), antiguo alumno de Enrique Viguera en Biología del que está tremendamente orgulloso. Su proyecto es TRANSFR-Q: Transcriptional RegulAtory Network controlling Strawberry Fruit Ripening and Quality (01 Jun 2015 – 31 May 2020).

¿Cuál es el objetivo del Proyecto? Esther, Francis, ¿A vosotros os gustan las fresas? ¿Sabíais que la gran mayoría de fresas que se cultivan en Málaga y Huelva proceden de los cultivos iniciales en el centro La Mayora, del CSIC? Y de su adaptación se extendieron por el sur de la Península. Este primer proyecto está relacionado con la calidad de la fresa y está financiado con un millón y medio de euros. Parece mucho, pero en realidad es muy poco en comparación con el mercado de la fresa: una producción mundial de casi 10 millones de toneladas y muchos, muchos millones de euros en ventas. España primer productor en Europa y 4º del mundo.

¿Qué ocurre con la fresa? Pues que el carácter sabor de la fruta ha disminuido significativamente en muchas frutas carnosas en las últimas décadas, principalmente debido al enfoque de los programas de mejoramiento actuales en rasgos agronómicos como la producción, la firmeza y la vida útil posterior a la cosecha. Y el carácter sabor es poligénico, es decir, que depende de muchos genes. Y si seleccionamos las variedades de fresa en función de la producción, tamaño y estabilidad, pues nos dejamos de lado el sabor. Este proyecto tiene por objetivo identificar variantes genéticas que sean responsables del sabor y por otro lado, estudiar un punto crítico como es la maduración del fruto. Que en realidad la fresa como tal no es un fruto, es un engrosamiento del receptáculo floral. El fruto serían las pepitas que vemos en la superficie de la fresa.

La maduración es un paso crítico. Hay frutos como el tomate, plátano que tienen una maduración fuera de la planta y depende de una hormona llamada etileno. Cuando tenemos un plátano verde y lo ponemos al lado de uno amarillo, el verde empieza a madurar por la influencia del etileno desprendido por el plátano amarillo. De forma similar con los tomates, pero la fresa es diferente y se debe coger madura en la planta, con lo que la vida media es corta. Si pensamos que la gran mayoría de la producción de España se va al extranjero, pues este punto es muy importante. Este proyecto pretende estudiar a escala molecular el proceso de maduración.

El segundo proyecto (1,45 M€) ha sido concedido a Diego Francisco Romero Hinojosa (Contratado Ramón y Cajal en el Departamento de Microbiología de la Facultad de Ciencias). Su proyecto es BacBio: Mechanistic and functional studies of Bacillus biofilms assembly on plants, and their impact in sustainable agriculture and food safety (01 Mar 2015–29 Feb 2020) está enfocado al estudio de la ecología microbiana y su aplicabilidad biotecnológica a la agricultura sostenible y la seguridad alimentaria. Diego Romero estudió Biología en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga y realizó su tesis doctoral sobre el uso de microorganismos beneficiosos en el control de enfermedades de plantas permitiendo reducir el uso de pesticidas. Terminada la tesis realizó una estancia postdoctoral de casi cuatro años en la Harvard Medical School en Boston, donde investigó la composición química de las comunidades que forman las bacterias conocidas como “biofilms”, capacidad de bacterias para agregarse entre sí formando una capa o película. Su proyecto ERC va en la línea de la mejora de la productividad en la agricultura combatiendo las enfermedades microbianas y el estudio de patógenos transmitidos por alimentos.

El tercer proyecto (1,2 M€) está liderado por Juan Miguel Morales González (profesor del Departamento de Matemática Aplicada de la Universidad de Málaga). Este joven granadino estudió la carrera de ingeniero industrial en la Universidad de Málaga (2006) y se doctoró en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Castilla–La Mancha, Ciudad Real (2010) bajo la dirección de Antonio J. Conejo, que fue profesor titular en la Universidad de Málaga entre 1994 y 1997, pero que se fue a la Universidad de Castilla–La Mancha para lograr un cátedra (en 1999). Juan Miguel Morales González emigró a la Universidad Técnica de Dinamarca entre 2011 y 2016, desde donde regresó al Departamento de Matemática Aplicada de la Universidad de Málaga.

Su proyecto ERC se llama FlexAnalytics: Advanced Analytics to Empower the Small Flexible Consumers of Electricity. Diseña algoritmos matemáticos para avanzar hacia un sistema eléctrico sostenible desde la Escuela de Ingenierías de la UMA. Juan Miguel Morales propone que los consumidores contribuyan a integrar las renovables con un cambio de comportamiento, pero sin que lo noten. Los pequeños consumidores deben dejar de ser pasivos y contribuir ellos mismos, modificando sus hábitos de consumo, pero sin que esto perjudique su bienestar. Avanzar hacia un sistema eléctrico sostenible, que vaya más allá de la apuesta por las energías renovables, requiere un sistema ‘inteligente’ programado con un software matemático, que se adapte a las necesidades de cada usuario, para lograr un consumo flexible, personalizado y limpio.



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