Te recomiendo escuchar el episodio T0406, «La captura oceánica de CO₂ para mitigar el cambio climático», 14 oct 2021 [a partir de 01:19:10], del programa de radio “Ciencia para todos”, en el que participo junto a Enrique Viguera (Universidad de Málaga), coordinador de Encuentros con la Ciencia. Esta sección semanal del programa “Hoy por Hoy Málaga” presentado por Esther Luque Doblas (y en algunas ocasiones Isabel Ladrón de Guevara), que se emite todos los jueves (hoy de forma excepcional se emitió un miércoles) en la Cadena SER Málaga (102.4 FM) sobre las 13:30. Enrique y yo hemos intervenido desde nuestras propias casas.
Entrevistamos a la profesora María Segovia, del Departamento de Ecología de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Málaga, experta en el estudio del fitoplancton (las microalgas que habitan en el océano) y que estudia cómo el cambio climático global puede afectar a estos microorganismos. Ella forma parte del equipo malagueño que colabora en el Proyecto Europeo OceanNETs (Tecnologías Oceánicas de Emisiones Negativas) cuyo objetivo es “analizar si la alcalinización oceánica aumenta la capacidad del océano de almacenar CO₂ para mitigar los efectos del cambio climático”. La captura de CO₂ de origen antropogénico mediante ingeniería oceánica podría tener un efecto sobre la vida marina y su equipo estudia dicho efecto. Más información divulgativa en «Científicos internacionales analizan en Gran Canaria cómo el océano elimina el exceso de emisiones de CO2,» Sala de Prensa, UMA, 13 oct 2021.
Escucha «La captura oceánica de CO₂ para mitigar el cambio climático», 14 oct 2021 [a partir de 01:19:10] en Play SER.
Esther: «Hemos pasado un verano con un calor insoportable, no llueve, el pasado puente todavía pudimos ir a la playa y bañarnos. Enrique, Francis, ¿esto es debido al cambio climático?»
Francis: No lo sabemos pues no es fácil asociar los cambios en la meteorología local o en los microclimas al cambio climático. Así que los cambios observados en los últimos años en Málaga no se pueden atribuir de forma directa al cambio climático. «Hay que aclarar en primer lugar que el término “cambio climático” no debe ser confundido con el “cambio del clima”. Los cambios en el clima debidos a efectos naturales se llaman “variabilidad climática”, así tenemos unos años con más lluvia que otros y unos veranos más cálidos que otros. El término “cambio climático” es un concepto que los climatólogos, expertos en estudiar el clima, solo usan para hablar del calentamiento global de toda la Tierra debido a los efectos producidos por la emisión antropogénica de gases de efecto invernadero».
Enrique: «La manifestación más clara e incuestionable del cambio climático es el calentamiento global, provocado, como ya ha dicho Francis, en su mayoría por nuestras emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Estos gases han aumentado de manera incontrolada en las últimas décadas como consecuencia de nuestro desarrollo tecnológico, el consumismo y la quema masiva de combustibles fósiles».
«La climatología es una ciencia que nació hace unos 150 años para estudiar los cambios del clima. La ciencia del clima ha demostrado hace ya varios años que hay una relación causa-efecto provocada por el hombre, por tanto el cambio climático es nuestra responsabilidad o dicho de otra manera, fruto de nuestra irresponsabilidad. Las predicciones son catastrofistas. Si no queremos dirigirnos a los peores escenarios previstos, tenemos que reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera ya. Esto requiere que se realicen cambios drásticos principalmente en lo que al consumo energético y de recursos naturales se refiere».
Esther: Este año el Premio Nobel de Física que se anunció la semana pasada fue otorgado a dos pioneros de la climatología. Francis, nos cuentas algo más…
Francis: La mitad del Premio Nobel de Física lo obtuvieron el Syukuro Manabe, de la Universidad de Princeton, EE UU, y Klaus Hasselmann, del Instituto Max Planck de Meteorología, en Alemania. Ambos tienen 90 años y son pioneros del estudio del cambio climático en las décadas de 1960 y 1970. La otra mitad del Nobel fue para el italiano Giorgio Parisi en un tema muy diferente, los vidrios de espines.
Manabe fue un pionero en el desarrollo de modelos de circulación que tienen en cuenta la atmósfera, los océanos y los continentes, para estudiar la evolución futura del calentamiento global. En 1967, Manabe predijo que el calentamiento de la superficie terrestre y de la troposfera (la parte baja de la atmósfera) produciría un enfriamiento de la estratosfera (la parte alta de la atmósfera). En la década de los 1980 los estudios mediante satélites meteorológicos de la atmósfera mostraron que su predicción era correcta y desde entonces estaba en todas las listas de candidatos a un Premio Nobel por el cambio climático.
Por otro lado, Hasselmann es un pionero en las técnicas que permiten tener en cuenta el efecto la variabilidad climática a pequeña escala en los modelos de circulación a escala global. En un país como España hay muchos microclimas diferentes; además, la meteorología cambia mucho de un año a otro. Sus efectos sobre el clima global de la Tierra se pueden tener en cuenta usando las técnicas estadísticas desarrolladas por Hasselmann en los 1970, que introducen una especie de ruido de fondo en los modelos de circulación global de Manabe.
En la época de Manabe y Hasselmann el cambio climático tenía muchos negacionistas, muchos afirmaban que el cambio climático no era una ciencia porque no tenía todavía un Premio Nobel; en 2021 lo ha logrado. El cambio climático se convirtió en una prioridad política de Naciones Unidas a finales de los 1980; en 1988 cuando se estableció el primer Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que publicó su primer informe en 1990 sobre el estado del clima, su evolución futura y sus consecuencias. A partir de entonces la conciencia de que nuestro actual nivel de vida está en riesgo debido al cambio climático pasó al dominio del gran público.
Esther: «Hoy tenemos con nosotros a la investigadora de la UMA, María Segovia, profesora titular del Departamento de Ecología de la Facultad de Ciencias, experta en el estudio del fitoplancton (las microalgas que habitan en el océano) y que estudia cómo el cambio climático global puede afectar a estos microorganismos. [María, bienvenida; saludos]. Hoy la entrevistamos en plena campaña oceanográfica, en Gran Canaria, donde se encuentra junto a otros tres investigadores de su grupo de investigación, dentro de un proyecto internacional, OceanNETs. ¿Por qué es tan importante estudiar el fitoplancton?
María: «Quiero hacer hincapié que, según los últimos informes del IPCC (el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), durante el siglo XXI el océano va a alcanzar condiciones sin precedentes por el aumento del CO₂ atmosférico; esto se debe al incremento de emisiones de gases de efecto invernadero de origen antropogénico. La consecuencia es un aumento de la temperatura de la superficie del océano por el efecto invernadero. En paralelo, el incremento del CO₂ en la atmósfera, al disolverse el CO₂ en el agua del océano, produce la reducción del pH del agua del mar, es decir, el océano se está acidificando».
«Su impacto es muy grave en la biodiversidad y en la estructura y función de todos los ecosistemas marinos. Todo ello lleva asociado problemas socioeconómicos debido a su impacto en la pesca, la acuicultura y en otros recursos naturales de gran valor. El incremento del CO₂ se sabe desde 1960, pero ha habido muchos intereses económicos de las petroleras para que esto se ignore; pero esto se podría haber atajado desde hace 30 o 40 años, o incluso más».
Esther: «María, para que nuestros oyentes conozcan la importancia de la investigación que estáis realizando desde la UMA, se trata de una investigación internacional. ¿Exactamente qué estáis haciendo allí?»
María: «Aunque ahora paremos las emisiones de CO₂ inmediatamente, debido a la inercia del sistema, los efectos de la concentración de CO₂ seguirían. ¿Cuál es la única manera en la que podemos hacer algo? La única manera que tenemos para poder contribuir actualmente a mitigar los efectos del cambio climático es la utilización de lo que conocemos como tecnologías oceánicas de emisiones negativas, se llama OceanNETs. ¿Qué queremos conseguir con ellas? Nos permite actuar de forma proactiva, retirando CO₂ de la atmósfera, si no será imposible conseguirlo. El planeta está muy mal, no hay tiempo. No podemos permitirnos que la única respuesta al cambio climático sea dejar de emitir. Tenemos que ayudar de forma activa a que se quite CO₂ de la atmósfera».
«Yo no soy la investigadora principal del proyecto europeo OceanNETs. El investigador principal es el profesor Ulf Riebesell, del instituto alemán GEOMAR (Centro Helmholtz de Investigación Oceánica de Kiel). Para que este proyecto europeo liderado por un alemán se pueda realizar en Canarias hay un responsable de la contribución española, el profesor el Javier Arístegui, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canarias».
«¿Qué es lo que hacemos? Contestando a tu pregunta, lo que estamos haciendo es hacer que el océano tenga más capacidad para absorber CO₂. En el océano el CO₂ se puede mantener mucho tiempo. La cuestión es cómo puede el océano ser un aliado para retirar más CO₂ atmosférico para mitigar el cambio climático, el efecto invernadero, etc.»
Esther: «O sea, aumentar la capacidad del mar para captar ese dióxido de carbono de la atmósfera».
María: «Una de las tecnologías oceánicas de emisiones negativas, porque hay varias, la que nosotros estamos estudiando, consiste en alcalinizar el océano; esto es, volverlo más básico, con lo que aumenta su capacidad de almacenar CO₂. Ya no es suficiente con dejar de emitir, ahora tenemos que retirar CO₂ y esta es una tecnología muy prometedora para ello».
Francis: En Gran Canaria estáis realizando unos experimentos denominados “mesocosmos”, algo así como simulaciones a pequeña escala de la interacción entre el fitoplancton, la alcalinización y la capacidad del océano de almacenar CO₂. María, ¿en qué consisten estos experimentos? ¿Qué esperáis que aporten sus resultados?
María: «Los mesocosmos son como unos tubos de ensayo gigantes, los nuestros tienen ocho mil litros de agua y están en el puerto de Taliarte [en la ciudad canaria de Telde, isla de Gran Canaria]. Los hemos llenado con agua del océano atlántico, externa, no del puerto, traída desde lejos. Este agua contiene una comunidad planctónica original, manteniendo las condiciones físicoquímicas originales. Hemos añadido un gradiente de alcalinización para estudiar en qué grado puede provocar efectos secundarios negativos. La idea es que, si podemos demostrar que esta estrategia funciona, se podría aplicar a escala global, para que la retirada de CO₂ sea muy significativa». o dos conjuntamente el hijo.
Enrique: «Por lo que entiendo, se trata de un proceso químico que ha funcionado bien a pequeña escala en el laboratorio y que ahora lo queréis trasladar a gran escala. Y comprobar que ese cambio de pH no fastidia a los organismos vivos que viven allí».
María: «Lo importante es esclarecer si las tecnologías de emisiones negativas tienen algún efecto secundario perjudicial para los organismos que habitan en la columna de agua».
Esther: «¿Cuándo tendréis conclusiones? ¿La investigación cuando acabará?»
María: «De hecho, ya estamos procesando datos. Este experimento es muy importante hay que sacar los datos lo antes posible. No creo que antes del verano próximo vayamos a tener datos suficientes para extraer conclusiones. Aún así, el verano que viene es menos de un año y esto es un tiempo récord en analizar datos científicos. Para nosotros este es un experimento prioritario».
Esther: «¿Qué le dirías a los negacionistas del cambio climático?»
María: «Las cosas hay que demostrarlas. Toda afirmación que uno hace hay que demostrarla. Y está claramente demostrado que el cambio climático existe. Yo prefiero no entrar en eso…»
Enrique: «¿Estamos concienciados realmente? ¿Ha cambiado nuestro modo de vida o va a cambiar su modo de vida?»
María: «Yo que creo que la Unión Europea está muy concienciada, pero hay otros países, como China, India o Estados Unidos, que no lo parecen y les falta una gran concienciación. Hay personas más concienciadas y otras menos, pero lo que importa es quién toma las decisiones».
Esther: «Agradecemos a la profesora María Segovia, del Departamento de Ecología de la Facultad de Ciencias de la UMA, que nos haya acompañado hoy en Ciencia para Todos. Ella es experta en cambio climático y junto a un grupo de científicos de la Universidad de Málaga está trabajando en un experimento internacional en el mar de Gran Canaria para luchar contra el cambio climático».
María: «Muchísimas gracias a vosotros por vuestra labor de divulgación científica».
Esther: Despedida y cierre.
Ya se ha hecho un experimento a gran escala de captura oceánica de CO2, además sin cambiar el pH, y funcionó muy bien, pero no hay voluntad política de permitir usar una tecnología que funciona, no se les vaya a desmontar el chiringuito de las renovables y el alarmismo climático:
https://www.nationalreview.com/2014/04/pacifics-salmon-are-back-thank-human-ingenuity-robert-zubrin/