Ciencia para todos T05E08: Estudiantes de posgrado malagueñas que sobrevivieron a un naufragio en las Islas Galápagos

Por Francisco R. Villatoro, el 5 noviembre, 2022. Categoría(s): Biología • Ciencia • Noticias • Personajes • Podcast Ciencia para Todos (SER) • Recomendación

Te recomiendo escuchar el episodio T05E08, «Las estudiantes de posgrado de la UMA que sobrevivieron a un naufragio en Galápagos, pasan por la radio para contar su aventura y sus investigaciones», 03 nov 2022 [13:47 min.], del programa de radio “Ciencia para Todos”, en el que participo junto a Enrique Viguera (Universidad de Málaga), coordinador de Encuentros con la Ciencia. Esta sección semanal del programa “Hoy por Hoy Málaga”, que presenta Esther Luque Doblas (o en alguna ocasión Isabel Ladrón de Guevara), se emite todos los jueves en la Cadena SER Málaga (102.4 FM) sobre las 13:45. Enrique y yo intervenimos desde nuestras propias casas.

Hemos entrevistado a Ana del Pino y Marina Muñoz, estudiantes de posgrado de la Universidad de Málaga que junto a Estefanía García Luque sobrevivieron a un naufragio en las Islas Galápagos. Allí eran voluntarias de un proyecto de cooperación internacional liderado por Enrique Viguera sobre la identificación de especies invasoras usando el código de barras de ADN. Más información en medios en Juan Cano y Antonio Ortín, «Cuatro alumnas de la UMA sobreviven a un naufragio con cuatro muertos en Islas Galápagos», Diario Sur Málaga, 27 sep 2022; Ana Barranco, «Las malagueñas no se rinden tras naufragar en las Galápagos: siguen su voluntariado,» La Opinión Málaga, 29 sep 2022; Irene Quirante, Juan Cano, «Así ha sido la vuelta a Málaga de las ‘heroínas’ del naufragio de Galápagos: «Estamos felices»», Diario Sur Málaga, 02 nov 2022; entre otros.

Puedes escuchar el episodio en Play SER, «Las estudiantes de posgrado de la UMA que sobrevivieron a un naufragio en Galápagos, pasan por la radio para contar su aventura y sus investigaciones», 03 nov 2022 [13:47 min.].

Esther: «Hoy contamos con unas estudiantes del Doctor Viguera que han vivido toda una aventura en el Archipiélago de las Galápagos (Ecuador), en el Océano Pacífico, a más de once mil kilómetros de Málaga. Allí varios profesores de la Facultad de Ciencias de la UMA tienen proyectos de cooperación internacional con distintas instituciones de cara a proteger la fauna, la flora, la salud humana, … Enrique, tú eres coordinador de uno de estos proyectos; vamos a contarlo y charlar con Ana y Marina, dos de las tres estudiantes de posgrado de la UMA que estaban allí. Fueron a investigar, pero vivieron un naufragio y salieron en las noticias porque salvaron algunas vidas. Una historia apasionante. Vamos con todos los detalles…»

Enrique: «Desde hace varios años distintos profesores hemos conseguido proyectos de cooperación internacional. El que yo dirijo lo conseguimos con la Agencia de Bioseguridad y Cuarentena de Galápagos, que pertenece al Gobierno de Ecuador. Su objetivo es identificar por técnicas moleculares, análisis del llamado código de barras de ADN o barcoding, especies invasoras que suponen un riesgo o bien para la alimentación humana, o bien para la flora o fauna auctótona de las Islas Galápagos».

«Se analizan determinadas secuencias de ADN, el código de barras de ADN, que es una herramienta que nos permite a partir de una cantidad mínima de un material biológico permite identificar organismos; por ejemplo, plagas que van a afectar a un cultivo, cuando lo que se observa son huevos, larvas, hongos o materia que son difíciles de identificar por técnicas clásicas. También permite también identificar cadenas tróficas (quién se come a quién), cuando lo que tenemos es una materia ingerida mínima. En especial, para identificar depredadores invasivos».

Esther: «Y todo esto se estaba investigando allí, en Galápagos».

Enrique: «Allí tienen un problema, por ejemplo, con la broca del café; parte de la población vive del cultivo del café y hay un insecto que se come las semillas, pero hay otras dos especies muy parecidas que no se las comen. Hay que ser experto para identificar a la broca del café de visu (con los propios ojos). Nosotros con el ADN en muy poquito tiempo podemos llegar a a identificarlo. Este proceso implica una serie de de preparativos; estas estudiantes han estado conmigo en el laboratorio como un año para formarse en estos temas. Ellas han ido allí para ponerlo a punto y ayudar al laboratorio de la Agencia de Bioseguridad y Cuarentena de Galápagos».

Enrique Viguera, Esther Luque, Marina Muñoz y Ana del Pino.

Esther: «Les podemos saludar, ya que están aquí con nosotros. Ana del Pino, y Marina Muñoz; falta una compañera que no ha podido llegar, Estefanía García Luque. Las tres estáis graduadas en Bioquímica o en Biología, ¿cómo surgió todo esto de ir a Galápagos?»

Marina: «Fue un poco inesperado, la verdad. Siempre hemos tenido muchas ganas de hacer algún voluntariado de cooperación en internacional, pero fue fortuito que de repente nos dijeron ¿queréis ir a las Galápagos? Y nosotras dijimos, pues claro». Esther: «¿Ya habíais terminado?» Marina: «Estábamos con el trabajo de fin de grado ambas. Ni lo dudamos, dijimos, adelante».

Enrique: «Tengo que decir que la lista de voluntarios que había era de cuarenta personas y tuvimos que hacer una selección, una criba, por la experiencia previa que tenían».

Esther: «Y allá os fuisteis, ¿qué estabais estudiando concretamente en Galápagos?»

Ana: «En Galápagos estábamos estudiando moscas, hormigas, polillas, toda clase de insectos para los que podíamos establecer la identificación molecular que faltaba. Porque ya tenían hecha la parte de identificación morfológica, pero querían verificar que ya habían hecho una correcta identificación, y nosotras estábamos con la parte molecular».

Eshter: «Y en medio de todo esto sois testigos y vivís un naufragio, ¿qué pasó? Además salisteis en las noticias. Llegasteis ayer precisamente, ¿no?»

Enrique: «Te pongo en contexto, Esther. A mí me pilló que estaba en Estrasburgo​, en una reunión de un proyecto europeo. A las cinco cuarenta y cuatro de la mañana me escribe la directora de la ABG, Enrique, la barca en la que iban las voluntarias se ha hundido, están vivas de milagro, literalmente. Pero han conseguido rescatarlas en una lancha y están en el hospital».

Esther: «¿Dónde ibais?»

Ana: «Estábamos en Isabella, otra isla poblada de las Galápagos». Esther: «¿Ibais a trabajar allí?» Enrique: «Era fin de semana». Esther: «Estabais de visita, de ocio». Ana: «Y volvíamos a Santa Cruz porque teníamos que trabajar el lunes. Yo creo que fueron una serie de hechos fortuitos, porque desde el primer momento notábamos que había problemas con la lancha. Pero como era nuestro primer viaje creíamos que era algo normal. La gente no decía nada; el capitán decía de seguir hacia adelante; nosotros no notábamos nada raro. Estábamos nerviosas, pues parecía que el viaje iba a ser un poco movido, pero pensábamos que era algo normal».

Esther: «Ibais con más personas. ¿Cuántas más o menos?»

Marina: «Iríamos unas cuarenta, más o menos». Ana: «Se supone que estos botes tienen una capacidad para unas veinticinco o treinta personas». Marina: «Pero nosotras no éramos conscientes de la cantidad de personas que había porque íbamos en la parte superior de la lancha». Enrique: «Afortunadamente».

Esther: «Y de pronto, … bueno, hay un montón de vídeos que grabaron ese momento. Algunas personas grabaron el naufragio. Y vosotras salvasteis a mucha gente, ¿no?»

Marina: «Junto con Estefanía, que fue la líder del grupo, …» Esther: «Que no está aquí en este momento…» Marina: «La verdad es que salvamos a bastantes personas. Otras, no pudimos». Esther: «¿Cuántas personas fallecieron?» Marina: «Creamos que cuatro». Esther: «Vaya susto, ¿no? Eso no se olvida ya».

Marina: «Nosotras, por suerte, estábamos en la parte superior, con lo que no pudimos ver todo tan de primera mano. De repente nos giramos y ya estábamos casi hundidos, pero fue bastante impactante».

Enrique: «Yo recuerdo que Estefanía me comentaba por teléfono… En cuanto me dijeron esto conseguí hablar con ella por teléfono y les dije que me mandaron una foto, me daba igual cómo estuvieran, pero que quería verlas enteras, sanas y salvas. Casi como si fuera su padre».

Estefanía, Marina, Yaiza y Ana en las Islas Galápagos. Foto L.O.

Esther: «Aquello se convirtió en noticia. Vosotras ibais por otros quehaceres. Estabais haciendo un voluntariado en las Islas Galápagos, estudios, investigaciones, y al final la noticia fue que desgraciadamente tuvisteis que vivir ese naufragio. ¿Volveríais a Galápagos?» Ana: «Por supuesto». Esther: «Contadme vuestra experiencia al margen de esta historia. ¿Qué habéis aprendido? ¿Qué os traéis?»

Marina: «La verdad que nos llevamos una experiencia impactante para todas, pues digerirla fue un proceso bastante complicado. Nos llevamos una sensación de sentirnos superafortunadas a la vez de poder haber realizado este proyecto que teníamos tantas ganas y que era tan complicado de hacerlo… Nos llevamos también como una sensación supergratificante de la población, de la gente de allí. Porque han sido superbuenos con nosotras, tanto las instituciones como todos los voluntarios de allí, como en general las personas que viven allí. Creo que todas venimos con ganas de volver a repetir otra experiencia como esta. Porque nos llevamos bastantes conocimientos, tanto profesionales como personales y académicos».

Francis: «Quisiera preguntarles cómo ven su futuro ahora. ¿Van a seguir investigando en este tema? ¿Están buscando becas para investigar en otros temas?»

Ana: «Nos gustaría seguir con otras experiencias por este estilo. Intentamos buscar becas que nos permita investigar en otros países y seguir un poco por el estilo. Esta experiencia es para repetirla y a la gente que no la ha podido hacer yo la animaría a que intentaran buscar algo parecido».

Enrique: «Tenemos la otra cara, son estudiantes que han sufrido un naufragio y están vivas, pero han perdido todo el material. Llevaban mucho material fotográfico, que llevaban ahorrando dos años. Queríamos hacer luego vídeos científicos para ponerlo en las exposiciones que montamos nosotros desde Encuentros con la Ciencia. Y lo han perdido todo. Estuvimos haciendo cálculos y son unos cuatro mil euros en cámaras de todo tipo».

Marina: «Durante nuestro viaje, cada lugar, cada isla que visitábamos, intentábamos hacer un pequeño proyecto de divulgación científica. Íbamos por ocio, pero también a ver especies, a hacer vídeos, a hacer una cierta divulgación para diferentes plataformas… Y perdimos todo… Cada una llevaba un tipo de cámara para poder enfocarlo todo y realizar un buen trabajo, pero se nos quedó todo».

Esther: «Qué pena. ¿Os habéis podido traer algo al menos?»

Ana y Marina: «Muy poco, porque era la primera isla que visitamos». Ana: «Y aparte de perder las cámaras también perdimos casi todo el material que teníamos grabado. Porque por internet solo podríamos hacer copias de seguridad en ciertos momentos y perdimos un montón de vídeos, fotos, … Y aparte sin cámaras ya no pudimos seguir avanzando en el proyecto».

Esther: «Ayer llegasteis y fuisteis recibidas en el Aeropuerto de Málaga como auténticas heroínas. Vuestros familiares estaban encantados de volver a veros».

Ana: «Sí, estaban muy emocionados, con ganas de vernos enteras». Esther: «¿Próximo destino?» Marina: «Aún no lo tenemos decidido…» Enrique: «Tú te incorporas ahora al Departamento de Botánica,…»

Marina: «Justo hoy me incorporo al Departamento de Botánica del Jardín Botánico de la Universidad». Esther: «¿Te vas a dedicar a la docencia?» Marina: «Bueno, todavía no, estoy con un banco de germoplasma». Enrique: «De semillas, … aquí en el Jardín Botánico de la Universidad de Málaga».

Esther: «Con el semillero… ¿Y Ana?»

Ana: «Pues mi idea es empezar a prepararme las oposiciones del BIR (Biólogo Interno Residente)». Esther: «Esto es la residencia de los biólogos, igual que la de los médicos, psicólogos y farmacéuticos, que tienen residencia».

Enrique: «Los biólogos son los que identifican el tipo de batería patógena que afecta a un individuo, etcétera. Y para eso la experiencia que ella tiene en laboratorio le viene muy bien…»

Esther: «¿Dónde la harías?»

Ana: «Pues no lo sé, donde consiga plaza». Esther: «Claro, ¿cuándo son los exámenes?» Ana: «En febrero, pero yo tendría que hacerlos el año que viene. Voy a empezar a estudiar ahora para preparármelo para el año que viene».

Enrique: «Son oposiciones que requieren un año de preparación».

Esther: «Bueno, ¿qué va a decir el profe de sus alumnas?»

Enrique: «Yo estoy muy orgulloso de ellas y también muy preocupado…»

Esther: «¿Qué salidas profesionales tienen Marisa y Ana?»

Enrique: «Todas las que quieran, las mismas dudas que tenía yo cuando acabé la carrera. Yo sabía que me interesaba mucho la investigación y hasta que no lo conseguí, no paré, … Siempre que te encuentras una puerta que se cierra hay otra que se abre. Hay que dar todo de sí, ellas lo han dado, … y lo han vivido en sus carnes, con esta experiencia. Nosotros nos terminaremos jubilando y la gente seguirá aprendiendo, actualizándose, sacando nuevas técnicas, y ese es el objetivo. Siempre hay puertas abiertas. Lo que no quiere decir que sea fácil. Yo en los tres años que estuve haciendo la tesis en el CSIC, en Madrid, yo iba a trabajar prácticamente todos los fines de semana. Pues tenía que irme muy bien para luego seguir la carrera investigadora».

Esther: «Ha sido un placer teneros hoy aquí. Marina Muñoz y Ana del Pino, nos ha faltado Estefanía García, estudiantes de posgrado de la Universidad de Málaga que estaban estudiando, investigando en las Islas Galápagos. Sus estudios y sus investigaciones no hubiesen salido a la luz si no hubiese ocurrido el naufragio. Desgraciadamente. En Galápagos hemos conocido también la labor tan bonita que hacéis como investigadoras en la universidad y fuera de ella. Muchísimas gracias de verdad…» [Despedida y cierre]



Deja un comentario