El lobby de las grandes editoriales de revistas científicas ha logrado un éxito histórico en el siglo XXI. Convencer a todos los gobiernos de que tenían que regalarles dinero a espuertas por publicar artículos científicos en acceso abierto. Hoy en día nadie sabe cuánto dinero se malgasta al año con esta práctica. Se publica en arXiv una estimación razonada y razonable, pero espeluznante. En el lustro entre 2019 y 2023 se han malgastado más de ocho mil millones de euros (8 968 millones de dólares de 2023). Solo en 2023, han sido 681.6 millones de dólares para MDPI, 582.8 millones para Elsevier y 546.6 millones para Springer Nature. El malgasto anual casi se ha triplicado en un lustro, de unos 910 millones de dólares en 2019 a más de 2 500 millones en 2023. El lobby editorial ha logrado el mayor éxito concebible, que las editoriales de revistas científicas sean las empresas con mayor margen de beneficios (muy por encima de las grandes tecnológicas como Google o Apple). Cada año es más barato para estas editoriales publicar artículos en acceso abierto, pero cada año suben las cargas por publicar en abierto (APC, de Article Processing Charges). Nadie hace nada para evitarlo. Los gobiernos parecen encantados de financiar el oligopolio de estas empresas.
El sueño húmedo de Robert Maxwell (1923–1991), el padre del gran negocio de las editoriales científicas (LCMF, 02 jul 2017), se ha hecho realidad ante nuestros ojos. Nadie puede decir que no lo viera venir. Casi todo el mundo se lamenta en el bar, pero acaba pasando por el aro. La gran beneficiada ha sido la editorial MDPI (la que más beneficios ha obtenido de las APC en 2023). Fue creada por el químico Shu-Kun Lin en 1996 en Suiza como un repositorio de moléculas químicas (Molecular Diversity Preservation International), pronto acompañado de una revista científica llamada Molecules, a la que siguieron Entropy, International Journal of Molecular Sciences, y una larga lista. Lin, en la estela de Maxwell, transformó MDPI en un lucrativo negocio editorial (Multidisciplinary Digital Publishing Institute), que hoy publica más de 433 revistas científicas, de las que 237 aparecen el JCR 2023 de Clarivate (SCIE, SSCI, AHCI, ESCI). Por beneficios en 2023 le siguen Elsevier (editorial fundada en 1880, hoy con 2210 revistas en el JCR 2023) y Springer Nature (fundada en 1842 con 2219 revistas en el JCR 2023).
No sé qué contarte que no te haya contado ya. No concibo ninguna solución factible. Llámame corto de miras, pues se han propuesto decenas de utópicas soluciones. Pero todas ellas requieren un golpe en la mesa de los gobiernos que conduzca a la decapitación del lobby editorial en la guillotina. Pero como nos enseñó Maxwell en vida, los grandes medios de masas ponen y quitan gobiernos. De hecho, ni siquiera sabemos como falleció este magnate (cuyo cuerpo desnudo apareció un 5 de noviembre flotando en el mar de Gran Canaria). El nuevo artículo es Stefanie Haustein, Eric Schares, …, Nina Schönfelder, «Estimating global article processing charges paid to six publishers for open access between 2019 and 2023,» arXiv:2407.16551 [cs.DL] (23 Jul 2024), doi: https://doi.org/10.48550/arXiv.2407.16551. Y si te apetece leer algo más, te recomiendo releer a Isidro F. Aguillo, «Detergentes, cuñados y las revistas MDPI», Anuario ThinkEPI 15: e15e03 (2021), doi: https://doi.org/10.3145/thinkepi.2021.e15e03; Isidro F. Aguillo, «Mala ciencia en agencias gubernamentales», CLIP de SEDIC: Revista de la Sociedad Española de Documentación e Información Científica 85: 1-4 (2022), doi: https://doi.org/10.47251/clip.n85.76; y el reciente Rafael Repiso-Caballero, Ángel-M. Delgado-Vázquez, «Fallen Journals 2023. Implicaciones para la ciencia española de la expulsión de revistas en Web of Science», Revista Mediterránea de Comunicación 15: 373-383 (2024), doi: https://doi.org/10.14198/MEDCOM.25211.
Un poco turbio, como sector. Corrigeme si me equivoco, ya que soy nuevo en las ciencias «exactas», pero en las humanidades (lease historia y pseudohistoria y todo lo que esto conlleva…) esto se ha convertido en una legitimacion implicita de practicamente cualquier opinion mas o menos asentada: «esta en arXiv! Esta casi-casi publicada! Se publicara dentro de muy poco en una revista seria, esta en revision por pares!». Mientras tanto sale en El Confidencial o otras revistas de dudosa calidad.
Esto admite que alguna publicaciones que no esten del todo exentas de magufadas tengan un alcance mediatico mucho mayor de lo que se deberia. Es ruido, y hace que tal vez las fronteras entre el open access y los predatory journals se haga algo mas difuminada. Quizas seria mejor algun mecanismo de calculo de impacto de medio-largo plazo en la comunidad cientifica de los articulos publicados en abierto para la financiacion publica.
El JCR está tan amañando y manipulado por las grandes editoriales que hace mucho tiempo que dejó de reflejar la calidad de las revistas, si es que alguna vez lo hizo.
El dinero que se se gasta en las revistas open access «gold» o en las suscripciones de la revistas tradicionales, es dinero que se deja de invertir en la labor de investigación.
Hace tiempo que yo procuro publicar y citar más en las revistas open access tipo «diamond». Sin coste económico para los autores y gratuitas para los lectores.
Creo este tipo de revistas diamond siguen los valores que deberíamos promover como cientificos en aras de la divulgación del conocimiento sin barreras. Lejos de los intereses económicos de las editoriales gold que promueven la aceptación de artículos de baja calidad o el cobrarnos por un trabajo en el colaboramos como voluntarios (revisando, editando, publicando…).
Publicar un artículo, en acceso abierto, puede llegar a costar 1200€; comparado con el zero coste de publicar, solo para abonados, más aún, si de lo que vas a tratar, no es un tema de gran impacto o revolucionario.
Es muy difícil publicar en una revista cientifica; no es como hacer un trabajo para la clase de física o de química, para el instituto. O como hacer una memoria, que recoge los resultados de una práctica de taller, en un Ciclo Formativo. Al final, llegas a pensar que tu trabajo es impublicable, y acaba en alguno de los repositorios preprint, que hay disponibles.
Vaillant, depende de la revista, pero en Nature publicar en acceso abierto cuesta (hoy) 10290€. Y, por otro lado, en muchas revistas de «pay per publish» en accesso abierto (como Scientific Reports o PLoS ONE), publicar es mucho más fácil que en una revista científica (incluso en las de índice de impacto muy inferior). La razón es que en estas revistas se pide a los revisores que realicen una revisión por pares es laxa, que solo comprueben si la metodología parece correcta y que no se tengan en cuenta el interés, novedad o impacto futuro (aunque algunos revisores se olvidan a propósito de estas recomendaciones y evalúan los artículos como en cualquier otra revista, incumpliendo lo que han firmado con la revista que van a hacer, amparados en que así benefician a la ciencia, en lugar de a la revista).