Premios Ig Nobel 2024

Por Francisco R. Villatoro, el 30 septiembre, 2024. Categoría(s): Biología • Ciencia • Física • Historia • Mecánica • Noticias • Physics • Psicología • Química • Science ✎ 4

Todos los años me hago eco de los Premios Ig Nobel, que este año 2024 cumplen su trigésima cuarta edición. La ceremonia de entrega de premios se celebró el 12 de septiembre en el aula 250 del edificio 10 del MIT (Instituto Técnico de Massachusetts) y la puedes disfrutar en vídeo en YouTube. Pronto se anunciarán los Premios Nobel de ciencias (7–14 octubre). España no ha logrado ningún Ig Nobel este año. Te recomiendo visitar su página web Improbable Research y el listado histórico de premiados. Como todos los años me he leído todos los artículos de los premiados para contarte lo que realmente nos desvelan.

Ig Nobel de Biología (EEUU): A título póstumo (falleció en 1968), recibe el galardón el agrónomo Fordyce Ely, junto a su colega William E. Petersen (también fallecido), por estallar una bolsa de papel junto a un gato que está sobre el lomo de una vaca, para investigar cómo y cuándo las vacas eyectan su leche. El estudio se publicó en Fordyce Ely, W.E. Petersen, «Factors Involved in the Ejection of Milk,» Journal of Dairy Science 3: 211-223 (1939), doi: https://doi.org/10.1093/ansci/1939.1.80; por desgracia solo he podido leer el resumen (abstract). Por lo que indica, se pretendía estudiar la diferencia entre segregar leche de forma controlada y eyectar leche de forma incontrolada (por un susto), es decir, el control nervioso de la eyección de la leche. Se usaron vacas del rebaño de la Estación Experimental Agrícola de Kentucky. Algunas vacas fueron inyectadas con las hormonas pitocina (oxitocina sintética) y pitresina (vasopresina sintética), que de forma natural se segregan en el lóbulo posterior de la hipófisis (una glándula ubicada en el encéfalo). Así se logró que la glándula mamaria de la vaca liberara una mayor cantidad de leche en cada ordeño. Hoy en día el uso de estas hormonas no está permitido en la industria lechera; solo se pueden usar bajo prescripción veterinaria para solventar ciertos problemas de salud del animal.

Pero lo que les ha dado el Ig Nobel ha sido su estudio del efecto de la adrenalina, tanto inyectada como epinefrina (adrenalina sintética, también usada en emergencias veterinarias), como producida de forma natural mediante un susto. Para esto último, algunas vacas fueron asustadas por medio de un gato en su lomo, gracias al ruido del estallido de una bolsa de papel; en la ceremonia Ig Nobel, como no podía ser de otra forma, se recreó el experimento, como muestra la fotografía. Ninguna vaca expulsó leche por el susto. Pero tras 30 segundos se las inyectó o bien pitocina o bien pitresina, logrando que expulsaran leche (con un contenido de grasa del 18 % al 25 %); la cantidad fue mayor con pitocina que con pitresina. La conclusión del estudio es que la eyección de la leche es resultado de un reflejo condicionado y está controlada por el sistema nervioso. Un estudio curioso, por la implicación del gato, pues ya se sabe que si hay gatos hay viralidad en internet.

Ig Nobel de Botánica (Alemania, Brasil, EEUU): Se galardona a los botánicos Jacob White y Felipe Yamashita por encontrar indicios de que algunas plantas vivas imitan las formas de plantas de plástico en su entorno. El artículo es Jacob White, Felipe Yamashita, «Boquila trifoliolata mimics leaves of an artificial plastic host plant,» Plant Signaling & Behavior 17: 1977530 (21 Sep 2021), doi: https://doi.org/10.1080/15592324.2021.1977530. En el año 2014 hubo un sorprendente descubrimiento en Botánica, la enredadera Boquila trifoliolata (bejuco sudamericano) puede cambiar la forma de sus hojas para que imiten a las hojas de otras plantas de su entorno. Un hito inesperado que publicaron Ernesto Gianoli, Fernando Carrasco-Urra, «Leaf Mimicry in a Climbing Plant Protects against Herbivory,» Current Biology 24: 984-987 (2014), doi: https://doi.org/10.1016/j.cub.2014.03.010. Se han propuesto muchas explicaciones posibles, pero destaca una fascinante: las hojas de esta enredadera podrían tener ocelos foliares que le permiten «ver» las hojas de otras plantas (recomiendo leer a Ernesto Gianoli, «Eyes in the Chameleon Vine?» Trends in Plant Science 22: 4-5 (2017), doi: https://doi.org/10.1016/j.tplants.2016.11.001). ¿Cómo se puede comprobar esta hipótesis? ¿Cómo se puede descartar que haya un intercambio de sustancias volátiles entre las plantas? La respuesta de los galardonados es recurrir a plantas de plástico, cuyas hojas solo se pueden imitar si se puede «ver» su forma.

En el experimento se han colocado cuatro macetas con plantas de esta enredadera enfrente de una ventana soleada. Se separaron tres regiones en altura por dos estanterías opacas que impiden ver entre ellas. En la región inferior solo se encuentra la enredadera con su maceta; en la central también se incluye una vid artificial con muchas hojas de plástico; y en la superior solo unas pocas hojas de plástico. Las características morfométricas de las hojas se han estimado usando un programa de ordenador para el reconocimiento y análisis de imágenes de hojas.

Las hojas no miméticas (A) muestran tres lóbulos, mientras las hojas de plástico (C) solo tienen un lóbulo alargado; las hojas miméticas muestran un único lóbulo (B), aunque más ancho; a veces, las hojas miméticas muestran dos lóbulos (D). Como se observa, la imitación no es perfecta, pero las diferencias entre las hojas miméticas y no miméticas son ostensibles. También cambian los patrones de venación de las hojas; las hojas miméticas tienen redes vasculares menos densas, hebras vasculares más delgadas y un menor número de venillas de terminación libre (como si intentaran imitar las hojas de plástico que no tienen venación). Llegado este punto te preguntarás, ¿puede «ver» esta enredadera? ¿Hay en sus hojas ocelos foliares específicos? El artículo no nos ofrece ninguna respuesta concluyente. Los galardonados nos informan de que están investigando la cuestión en colaboración con el grupo del profesor Maximilian Weigend, en el Jardín Botánico de la Universidad de Bonn. Quizás algún día se desvelen las respuestas a las preguntas abiertas por este estudio botánico tan fascinante.

Ig Nobel de Anatomía (Francia, Chile): Lo reciben diez pediatras Marjolaine Willems, Quentin Hennocq, Sara Tunon de Lara, Nicolas Kogane, Vincent Fleury, Romy Rayssiguier, Juan José Cortés Santander, Roberto Requena, Julien Stirnemann y Roman Hossein Khonsari por estudiar si el cabello de la coronilla en las personas del hemisferio norte gira en la misma dirección (sentido horario o antihorario) que el de las personas en el hemisferio sur. El artículo es Marjolaine Willems, Quentin Hennocq, …, Roman Hossein Khonsari, «Genetic Determinism and Hemispheric Influence in Hair Whorl Formation,» Journal of Stomatology, Oral and Maxillofacial Surgery 125: 101664 (2024), doi: https://doi.org/10.1016/j.jormas.2023.101664. Un famoso resultado de la Topología es el teorema de la bola peluda, que toda bola peluda contiene al menos una zona calva o vacía; en rigor, toda función continua que asocia a cada punto de una esfera un vector tangente a ella debe tener al menos un polo (punto donde la función se anula). Todos conocemos este teorema cuando intentamos peinar nuestro propio cabello. Por desgracia, no se conoce el mecanismo biológico que determinan la lateralidad y el sentido de rotación del cabello. Los galardonados han decidido estudiar de forma empírica el sentido del cabello de niños y niñas nacidos en el hemisferio norte (Francia) y en el hemisferio sur (Chile).

Se estudian tres poblaciones (con un total de 174 pacientes): (1) población general del hemisferio norte con 50 niños de Francia de los que 25 son niñas, (2) población general del hemisferio sur con 50 niños de Chile de los que 20 son niñas, y (3) gemelos del mismo sexo del hemisferio norte con 37 parejas de gemelos de Francia de los que 7 parejas son idénticos (monocigóticos) y el resto son mellizos (dicigóticos). Todos llegan a las urgencias del hospital con un trauma craneofacial por una lesión en casa o en el colegio; la cabeza de todos fue fotografiada como parte del protocolo clínico, lo que facilitó determinar el sentido de giro del remolino de pelo en su coronilla. En el análisis estadístico se determinó la razón de probabilidades (OR, por Odds Ratio) para parejas (gemelos o gemelos simulados) de cada población (ver la tabla); recuerda que OR es el cociente de probabilidades de que ocurra algo entre que no ocurra, OR = p/(1−p), de tal forma que OR = 1 indica que no hay asociación, OR > 1 indica que es más probable que ocurra y OR < 1 que es menos probable que ocurra. Los gemelos comparten el sentido de giro (valor p = 0.017), lo que sugiere un origen genético. Dentro de cada población (hemisferios norte y sur) el sentido de giro de la coronilla de los gemelos simulados es similar, OR < 1, pero para el hemisferio boreal OR = 0.04 (intervalo [0.03, 0.05]) es menor que para el austral OR = 0.28 (intervalo [0.24, 0.32]); es decir, el sentido antihorario es más frecuentes en el hemisferio sur (valor p < 0.001). Los autores concluyen de este estudio con una cohorte tan pequeña que los factores ambientales (el hemisferio de nacimiento) pueden influir durante el desarrollo embrionario en el sentido de giro del remolino de cabello en la coronilla. Y se atreven a proponer la necesidad de estudios epidemiológicos a gran escala. No creo que nadie los emprenda, sobre todo porque el Ig Nobel ya está concedido.

Ig Nobel de Medicina (Suiza, Alemania, Bélgica): Los médicos Lieven A. Schenk, Tahmine Fadai y Christian Büchel reciben el premio por observar que un placebo que provoca efectos secundarios dolorosos puede ser más eficaz que un placebo sin efectos secundarios dolorosos. El artículo es Lieven A. Schenk, Tahmine Fadai, Christian Büchel,»How Side Effects Can Improve Treatment Efficacy: A Randomized Trial,» Brain 147: 2643-2651 (2024), doi: https://doi.org/10.1093/brain/awae132. La idea que exploran estos médicos es si los efectos secundarios de un medicamento son interpretados por los pacientes como indicador de su eficacia. Se usa un ensayo clínico con 77 personas sanas que reciben aerosoles nasales de fentanilo (como analgésico a probar en un estudio clínico) y luego son sometidos a dolor térmico de forma controlada. Pero los aerosoles nasales no contienen fentanilo, sino o bien capsaicina, para induce un efecto secundario (ardor leve), o bien una solución salina inerte, sin efecto secundario. Después de la primera sesión, los participantes son asignados de forma aleatoria a dos grupos y se estudian con resonancia magnética funcional. Un grupo es informado de que los aerosoles no contenían fentanilo y el otro no es informado, luego seguía creyéndolo. Los resultados indican que los aerosoles nasales con efectos secundarios producen menos dolor que los aerosoles nasales inertes. Se interpreta que la expectativa de que el tratamiento recibido sea eficaz (por los efectos secundarios) refuerza su eficacia por el efecto placebo.

La resonancia magnética funcional muestra la activación del sistema modulador del dolor descendente, tanto la corteza cingulada anterior (rACC) como la sustancia gris periacueductal (PAG), durante el dolor térmico aplicado después de experimentar un aerosol nasal con efectos secundarios; la activación es mucho menor para los aerosoles inertes. Se interpretan estos los resultados como que los efectos secundarios leves sirven como señal de la eficacia de un tratamiento, influyendo en las expectativas del paciente y, por efecto placebo, en los resultados de dicho tratamiento. En dicho proceso interviene el sistema modulador del dolor descendente, que ya sabía que está involucrado en el efecto placebo. Los autores proponen que estos resultados tienen aplicación en la práctica clínica, para optimizar los resultados de los ensayos clínicos, los placebos deberían tener efectos secundarios similares al de los medicamentos, para inducir la percepción de que su eficacia es similar.

Por cierto, se bromea en la red social X que «han probado el «si no pica no cura» a nivel científico» (Ra, @R_Nucelar).

Ig Nobel de Física (EEUU): Se otorga el galardón a James C. Liao, por mostrar con experimentos y explicar con un modelo las habilidades natatorias de las truchas muertas. El artículo es James C. Liao, «Neuromuscular Control of Trout Swimming in a Vortex Street: Implications for Energy Economy During the Kármán Gait,» The Journal of Experimental Biology 207: 3495-3506 (2004), doi: https://doi.org/10.1242/jeb.01125. Por supuesto, no se han usado truchas muertas (remolcadas) por gusto, sino como caso de control para un estudio sobre truchas vivas. La biomecánica de la locomoción animal siempre es muy compleja. Se ha estudiado la natación de las truchas en un canal hidrodinámico (el equivalente acuático de un túnel aerodinámico o túnel de viento) contra la presencia de vórtices desprendidos de un cilindro, la llamada natación de Kármán; en ella, el cuerpo del pez muestra grandes oscilaciones laterales y, además, la frecuencia del batido de la cola coincide con la frecuencia del ritmo de producción de vórtices. Este modo de natación es muy diferente al observado en flujo laminar (natación constante) o en flujo turbulento (natación turbulenta). En este estudio biomecánico se ha usado electromiografía para medir la actividad muscular de las fibras musculares rojas, ricas en mioglobina, más resistentes y más eficientes (electrodos Ri en la figura), y blancas, pobres en mioglobina, pero más grandes y de respuesta más rápidas (electrodos Wj en la figura) de la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss); esta trucha es capaz de mantenerse parada nadando contra un flujo de vórtices.

El patrón neuromuscular en la natación de Kármán observado respalda la hipótesis de que la trucha aprovecha la reducción del arrastre en el flujo de vórtices para reducir su gasto energético. Por ejemplo, su actividad muscular axial anterior no se correlaciona en la natación de Kármán con la amplitud del movimiento de su cabeza como en la natación econstante. Para estudiar cómo influye el flujo de vórtices en la aerodinámica del cuerpo inerte de la trucha se han estudiado truchas muertas remolcadas. Resulta que adoptan de forma temporal un movimiento similar a la natación de Kármán, sin actividad muscular axial. Este fenómeno es aprovechado por las truchas vivas para reducir su gasto energético cuando tienen que adoptar la marcha de Kármán durante períodos prolongados. Por supuesto, de cara a recibir un Ig Nobel, la biomecánica de la natación de las truchas es irrelevante; lo único que ha llamado la atención del comité de concesión del galardón es que se haya demostrado que el cuerpo de las truchas muertas (remolcadas) parece oscilar de forma similar a como oscila el cuerpo de las truchas vivas, pues aprovechan los vórtices, como todo buen ciclista de pelotón aprovecha el efecto de estela de los ciclistas que van por delante, para reducir su gasto energético.

Ig Nobel de Fisiología (Japón, EEUU): Este galardón se ha otorgado a los médicos autores de un artículo que fue portada de la revista Med (Cell Press), Ryo Okabe, Toyofumi F. Chen-Yoshikawa, Yosuke Yoneyama, Yuhei Yokoyama, Satona Tanaka, Akihiko Yoshizawa, Wendy L. Thompson, Gokul Kannan, Eiji Kobayashi, Hiroshi Date, y Takanori Takebe, por descubrir que muchos mamíferos son capaces de respirar a través de su ano. Un descubrimiento con aplicaciones biomédicas que se publicó en Ryo Okabe, Toyofumi F. Chen-Yoshikawa, …, Takanori Takebe, «Mammalian enteral ventilation ameliorates respiratory failure,» Med 2: 1-11 (2021), doi: https://doi.org/10.1016/j.medj.2021.04.004. Como puedes intuir sobre un artículo enviado a publicación el 22 de octubre de 2020, la inspiración es la pandemia del SARS-CoV-2, en concreto, la necesidad clínica de respiradores y pulmones artificiales. Como solución se planteó la posibilidad de usar la respiración intestinal, por vía anal, como ventilación enteral para lograr la oxigenación sistémica de los pacientes de COVID-19. Quienes sienten aversión hacia la medicina anal agradecerán que las vacunas hayan evitado la necesidad de la administración intrarrectal de perfluorocarbono conjugado (PFC). Esta forma líquida de O₂ es usada en ventilación líquida por vía respiratoria. Se usó para mejorar la insuficiencia respiratoria grave asociada a la COVID-19, que salvó muchas vidas. Aunque, la verdad, frente a una opción de vida o muerte, nadie le hace ascos a la medicina enteral.

El artículo se centra en experimentos con animales modelo, ratones, ratas y cerdos. Se investigó la ventilación por vía anal (EVA), tanto con oxígeno gaseoso (g-EVA), como con perfluorocarbono líquido (l-EVA), en animales a los que se les indujo una insuficiencia respiratoria de tipo 1. En concreto, se usó perfluorodecalina oxigenada (PFD), que tiene una gran capacidad para adsorber O₂ y CO₂ para EVA líquida. El tratamiento enteral mejoró la supervivencia, sin complicaciones reseñables, en estos modelos animales preclínicos. El artículo contiene algunos vídeos (que disfrutarán los aficionados a la escatología). No se han hecho estudios con humanos, pero si se escala el protocolo preclínico, se estima que será suficiente para aliviar a los pacientes con insuficiencia respiratoria grave. La administración de 200 a 400 mL (mililitros) de PFD en cerdos con entre 10 y 20 kg mejoró la PaO₂ (presión arterial parcial) en 13 mmHg (de 57.2 ± 13.5 hasta 70.8 ± 6.22 mmHg) y la SaO2 (saturación arterial) en un 7 % (del 84 % al 91 %). Para un paciente de 60 kg se estima que un aporte enteral de 38.6 mL de O₂ mejorará la SaO₂en un 5 % y en PaO₂ en de 10 a 20 mmHg. Niveles de oxigenación que, en potencia, podrían salvar vidas humanas. Por supuesto, sin estudios clínicos en humanos, todo esto es un tiro al aire. El artículo no menciona que se vayan a emprender estudios clínicos y no me consta que se hayan emprendido.

Ig Nobel de Probabilidad (Países Bajos, Suiza, Bélgica, Francia, Alemania, Hungría, República Checa): Los psicólogos František Bartoš, Eric-Jan Wagenmakers, Alexandra Sarafoglou, Henrik Godmann, y muchos más colegas, reciben este galardón por mostrar que al lanzar una moneda con la mano es más probable que caiga con la misma cara que tenía al salir de la mano; lo han comprobado de forma experimental, con 350 757 lanzamientos, y de forma teórica con un modelo matemático. La diferencia en porcentaje es muy pequeña, un 50.08 % contra un 49.92 %, pero la recomendación está muy clara: si puedes elegir, elige cara o cruz, lanza la moneda con tu apuesta para arriba y recoge la moneda en el aire para ver el resultado, antes de que caiga al suelo. El artículo es František Bartoš, Alexandra Sarafoglou, …, Eric-Jan Wagenmakers, «Fair Coins Tend to Land on the Same Side They Started: Evidence from 350,757 Flips,» arXiv:2310.04153 [math.HO] (06 Oct 2023), doi: https://doi.org/10.48550/arXiv.2310.04153. El objetivo de este ambicioso proyecto experimental era verificar la predicción teórica antintuitiva de un modelo DHM, desarrollado por Persi Diaconis, Susan Holmes y Richard Montgomery, «Dynamical Bias in the Coin Toss,» SIAM Review 49: 211-235 (2007), doi: https://doi.org/10.1137/S0036144504446436, que junto a J. Strzałko, J. Grabski, …, T. Kapitaniak, «Dynamics of coin tossing is predictable,» Physics Reports 469: 59-92 (2008), doi: https://doi.org/10.1016/j.physrep.2008.08.003, generaron bastante eco mediático («Cómo mejorar tu técnica a la hora de apostar a cara o cruz», LCMF, 23 nov 2008).

La gran pregunta que te harás es cómo se han podido realizar casi 351 mil lanzamientos de monedas. Como puedes imaginar se han usado estudiantes de grado, cinco que ha realizado 15 mil lanzamientos cada uno como parte de su trabajo fin de grado (en total fueron 75 036). Además, se organizaron una serie de maratones de tirado de monedas (coin flipping marathons) en los que 35 personas estuvieron 12 horas realizando lanzamientos (en total fueron 203 440). Finalmente, vía Twitter (X), que también sirve para estas cosas, siete personas contribuyeron con 72 281 lanzamientos. Todos fueron grabados en vídeo, para que se pudiera auditar que seguían el protocolo experimental en cada lanzamiento. Gran parte del artículo se dedica a detallar el análisis estadístico realizado (que incluye la detección de sucesos anómalos (outliers) para su exclusión). El resultado obtenido una probabilidad Prob(misma cara) = 0.508 al 95 % de intervalo de credibilidad (CI), o el intervalo [0.506, 0.509], en buen acuerdo con el modelo DHM. Por cierto, si quieres evitar este pequeño sesgo, lo que puedes hacer es recomen dar a quien lance la moneda que no sepa qué cara muestra en su mano (basta que no mire); ignorarlo lleva a una probabilidad Prob(cara) = 0.500 al 95 % de intervalo de credibilidad (CI), o el intervalo [0.498, 0.502]. Más fácil imposible y muy fácil de recordar; la próxima que uses una moneda para elegir entre dos opciones, recuerda este Ig Nobel.

Ig Nobel de Química (Países Bajos, Francia): Los físicos Tess Heeremans, Antoine Deblais, Daniel Bonn y Sander Woutersen logran este galardón por usar (una especie de) cromatografía para separar gusanos ebrios de gusanos sobrios. El artículo es Tess Heeremans, Antoine Deblais, Daniel Bonn, and Sander Woutersen, «Chromatographic Separation of Active Polymer–Like Worm Mixtures by Contour Length and Activity,» Science Advances 8: eabj7918 (08 Jun 2022), doi: https://doi.org/10.1126/sciadv.abj7918. En el año 2020, tres de los premiados, Deblais, Woutersen y Bonn, propusieron en Physical Review Letters el uso de gusanos del lodo (Tubifex tubifex) para estudiar el transporte de materiales activos de tipo polímero en medios porosos (A. Deblais, A. C. Maggs, D. Bonn, S. Woutersen, «Phase Separation by Entanglement of Active Polymerlike Worms,» Phys. Rev. Lett. 124: 208006 (22 May 2020), doi: https://doi.org/10.1103/PhysRevLett.124.208006). Recuerda que los materiales activos son los que extraen energía del entorno para convertirla en energía cinética para su propio movimiento. Sus experimentos apuntan a que estos pequeños gusanos (de 0.3 mm de grosor y entre 10 y 40 mm de longitud, según la edad) se comportan como polímeros activos. En el artículo premiado estudian el flujo de estos gusanos en una cubeta hidrodinámica que contiene una matriz de pilares cilíndricos separados por 3 mm, que simulan el medio poroso.

Como es obvio me dirás que un gusano vivo y coleando (alive and kicking) es demasiado activo para ser un buen modelo de un polímero activo, que es inerte. Los físicos premiados opinan lo mismo, por ello usaron dos técnicas para adormecer a los gusanos. La más obvia es bajar la temperatura del agua, usaron temperaturas de 5, 10, 20 y 25 °C; como es obvio enfriar y calentar gusanos no es la razón del Ig Nobel. La otra es sumergir a los gusanos en una solución de etanol entre el 3 % y el 5 %; como puedes imaginar esta es la razón del Ig Nobel. Han emborrachado a los gusanos con el equivalente a sumergirlos en una cerveza (de baja graduación, para no dañarlos). Por supuesto, los galardonados no mencionan en ningún momento en su artículo que hayan emborrachado a los gusanos, faltaría más; pero a buen entendedor, pocas palabras bastan. Todo el mundo sabe que el etanol es el alcohol etílico de las bebidas alcohólicas que los humanos usamos para emborracharnos. No sé si te interesa el resultado, a todas luces obvio, la distancia recorrida por los gusanos (o tasa de transporte) depende de su grado de actividad (igual que en el caso de un humano borracho). Volviendo a la ciencia, estos resultados experimentales estimularán el desarrollo de modelos teóricos de materiales activos y simulaciones por ordenador que permitirán entender mejor los materiales poliméricos activos. Pero seguro que tú prefieres imaginar a los gusanos del lodo borrachos transportados por el fluido y colisionando de pilar en pilar cual humano borracho por un parque entre farolas.

Ig Nobel de Demografía (Australia, Reino Unido): El politólogo Saul Justin Newman recibe el galardón por desvelar que muchas personas famosas por haber vivido más de 110 años viven en lugares donde los registros de nacimientos y defunciones son deficientes. Lo ha publicado en bioRxiv (sin revisión por pares) Saul Justin Newman, «Supercentenarians and the oldest-old are concentrated into regions with no birth certificates and short lifespans,» bioRxiv preprint 704080 (version 1, 16 Jul 2019), https://www.biorxiv.org/content/10.1101/704080v1, «Supercentenarian and remarkable age records exhibit patterns indicative of clerical errors and pension fraud,» bioRxiv preprint 704080 (version 3, 14 May 2024), doi: https://doi.org/10.1101/704080. Ha estudiado registros de supercentenarios (más de 110 años) y semisupercentenarios (más de 105 años) de Estados Unidos, Italia, Francia, Inglaterra y Japón. Se ha encontrado con una sorpresa, viven en zonas sin registros civiles fiables desde mediados del siglo pasado, con bajos ingresos per cápita, con malas condiciones biosanitarias y con una esperanza de vida menor que el resto del país. En su opinión, todo apunta a que muchos centenarios y supercentenarios son producto de errores en los registros civiles y de fraudes en sus familias.

Su análisis estadístico nos ofrece muchas sorpresas. Entre ellas, que la correlación entre semicentenarios (SSCs, o más de 105 años) con la población que supera los 90 años (incluyendo a los SSCs) es negativa. Has leído bien, en los lugares de los países estudiados donde hay más personas con más de 105 años resulta que hay menos personas de más de 90 años. Como científico social, Newman interpreta estos datos como muestra de que gran parte de los semicentenarios son ficticios, resultado de prácticas como transferir la partida de nacimiento a un familiar con el mismo nombre de pila. En su opinión, que la pobreza, las malas condiciones sanitarias y la baja esperanza de vida estén correlacionadas con el porcentaje de personas con más de 105 años no deja lugar a ningún tipo de duda. Y, además, sugiere que los diez minutos de fama que adquieren las personas con más de 110 años son un caramelo muy dulce para quienes, en condiciones de necesidad, no tienen escrúpulos para realizar algunos malabares con su fecha de nacimiento. Quizás conozcas de primera mano algún caso mediático y pienses que Newman, como buen politólogo, debería dedicarse a la política en lugar de a la demografía. En mi opinión, este Ig Nobel es para recordar la próxima vez que se celebre el cumpleaños de un centenario de récord en televisión.

Ig Nobel de la Paz (EEUU): A título póstumo (falleció en 1990), recibe el galardón el psicólogo Burrhus Frederic Skinner por sus experimentos sobre la viabilidad de usar organismos vivos (palomas) para guiar la trayectoria de misiles Pelican (Bomb Mark 55). El artículo es B. F. Skinner, «Pigeons in a Pelican,» American Psychologist 15: 28-37 (1960), doi: https://doi.org/10.1037/h0045345 (PDF). Skinner nos relata en esta revista de psicología la curiosa historia de sus experimentos militares con palomas realizados entre 1940 y 1948. En sus propias palabras, la disparatada idea (crackpot idea) del Proyecto Paloma (Project Pigeon) nació en 1939 tras la invasión nazi de Varsovia (Polonia) y se desarrolló en el Departamento de Psicología de la Universidad de Minnesota durante la Segunda Guerra Mundial. Skinner era experto en realizar experimentos cognitivos con palomas y se le ocurrió la idea feliz de usar palomas para guiar misiles. Las palomas se alojarían en grupos de tres o de siete en la cabeza de los misiles Pelican, dentro de unos ojos de pez que les permitían ver hacia donde se dirigía el misil. Las palomas fueron entrenadas para usar su pico para pulsar en un panel de control de la trayectoria del misil; además, se las entrenó para reconocer diferentes tipos de blancos enemigos.

Te preguntarás cómo es posible que un proyecto militar reciba el Ig Nobel de la Paz. Lo obvio es que usan palomas, símbolo de la paz. También influye que el  proyecto se continuó en tiempos de paz en el Laboratorio de Investigación Naval como Proyecto ORCON (siglas de ORganic CONtrol, es decir, control usando organismos vivos). De hecho, la idea era usar un algoritmo de control realimentado por consenso columbino; la consigna de control vendría dada por el panel más picoteado por las tres (o siete) palomas. Además, las palomas serían entrenadas por grupos en diferentes objetivos militares, como buques en el mar, usando fotografías. Como puedes esperar, el proyecto peligró en 1944, tras la primera inspección por parte de servoespecialistas militares (ingenieros en automática y control de misiles). Según los expertos el control columbino era incoherente, impredecible y con demasiado retraso para ser útil. Pero Skinner superó dicha dificultad con un poco de psicología de ciencia ficción (en sus propias palabras), convenciendo incluso a físicos del MIT, de que podría entrenar con éxito a las palomas en la tarea de un control preciso del misil. Gracias a ello logró financiación para el proyecto ORCON. Tras su finalización, ni corto ni perezoso, Skinner transformó su proyecto en una novela de ciencia ficción, Walden Dos (1948) [wiki], una utopía sobre el conductismo y la ingeniería de la conducta en una futura sociedad distópica.



4 Comentarios

  1. Al parecer, el comité del IgNobel intentó contactar al ganador del premio por física, otorgado por el estudio de las habilidades natatorias de las truchas muertas. Sin embargo, el científico nunca contestó, pues estaba…Liao! 🙂

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