Te recomiendo escuchar el episodio T07E04, «La plaga de los jabalíes. ¿Cómo controlarla en Málaga?», 22 oct 2024 [17:00 min], del programa de radio “Ciencia para Todos”, en el que participo junto a Enrique Viguera (Universidad de Málaga), coordinador de Encuentros con la Ciencia. Esta sección semanal del programa “Hoy por Hoy Málaga”, que presentan Esther Luque Doblas y Belén Caballero, se emite todos los martes en la Cadena SER Málaga (102.4 FM) sobre las 13:45 horas.
Entrevistamos al profesor Jesús Olivero Anarte, catedrático del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Málaga. El motivo es la reciente noticia de Pilar R. Quirós, «El Ayuntamiento de Málaga estudia ahora cazar a los jabalíes con un dardo narcotizante y eutanasia», Diario Sur, 21 oct 2024.
Puedes escuchar el episodio en Play SER, «La plaga de los jabalíes. ¿Cómo controlarla en Málaga?», 22 oct 2024 [17:00 min].
Esther: «Hoy vamos a hablar de un tema que preocupa y que divide a la sociedad: la plaga de jabalíes. Las estimaciones apuntan a que se ha incrementado su número un 488 % en los últimos años, con una población actual de unos 22 000 ejemplares en Málaga. El problema radica en que se produce una invasión de los jabalíes en zonas urbanas, siendo muy fácil verlos en barriadas como El Limonar, Cerrado de Calderón, Parque Clavero o Ciudad Jardín e incluso en Churriana y Campanillas. Además, solían verse solo por las noches, pero ya se observan con facilidad incluso de día».
«El Ayuntamiento de Málaga planteó cazarlos con arco y flechas, pero tras la protesta de animalistas en una reunión que tuvo lugar ayer, indican que van a estudiar cazar a los jabalíes con un dardo narcotizante y eutanasia. Enrique, vamos por partes, ¿por qué tenemos este aumento de la población de jabalíes?»
Enrique: «Son varias las causas del aumento de la población de jabalíes. En primer lugar, se debe a la disponibilidad de alimentos: el acceso a comida en áreas urbanas (residuos y alimentos desechados) proporcionan a los jabalíes una fuente constante de alimento, lo que facilita su reproducción y supervivencia en ambientes que antes no habitaban. En segundo lugar, se debe a la falta de grandes depredadores como el lobo o una menor presión de caza. Esto se une a su gran adaptabilidad a nuevos ambientes y su alta tasa reproductiva dado que pueden tener varias crías por camada, para favorecer que su población crezca de forma exponencial. Y, por supuesto, la sequía también ha empujado a los jabalíes a acercarse a las ciudades, ya que buscan fuentes de agua en áreas urbanizadas».
Esther: «¿Y qué peligro suponen para la ciudadanía?»
Francis: «Los jabalíes son animales grandes, un jabalí puede llegar a pesar hasta 100 kg, por lo que uno de los riesgos principales es que pueden causar accidentes de tráfico por colisión con vehículos, pudiendo generar daños materiales considerables y, en algunos casos, provocar accidentes mortales para los conductores y pasajeros. Otro aspecto a considerar es que los jabalíes pueden ser portadores de enfermedades infecciosas que pueden afectar tanto a la fauna silvestre como al ganado doméstico e, incluso, a los seres humanos. Una de las más preocupantes es la peste porcina africana que afecta de forma grave a la industria porcina, aunque no es peligrosa para los humanos. También son vectores de tuberculosis, triquinosis, y otras zoonosis. Un brote de estas enfermedades podría devastar la ganadería local y la fauna silvestre. Por otro lado, tenemos el impacto sobre infraestructuras, zonas ajardinadas, campos de golf, que, tras el paso de una manada de jabalíes y debido a su capacidad para escarbar causan un notable daño. Y, por último, aunque los jabalíes suelen evitar el contacto con los humanos, pueden volverse agresivos si se sienten acorralados, especialmente cuando están en compañía de sus crías».
Esther: «Hoy vamos a charlar sobre este tema con el profesor Jesús Olivero, catedrático del Departamento de Biología Animal de la UMA. [Saludos] Estamos viendo que la sobreabundancia de jabalíes en las ciudades representa ahora mismo un peligro que afecta la seguridad vial y la salud pública. Sin embargo, hay movimientos animalistas que están en contra de su eliminación. ¿Cómo se podría controlar la proliferación para evitar riesgos, para proteger a las personas y al medio ambiente?»
Jesús: «En estos momentos existe una gran confusión con respecto a qué significa amar a los animales o sentir que es necesario proteger la biodiversidad. Proteger la biodiversidad significa entender qué es la biodiversidad. La biodiversidad, más allá de la presencia de una gran variedad de seres vivos, también es la presencia de mecanismos naturales, que utiliza la propia naturaleza en sus ecosistemas, para que estas poblaciones animales se mantengan en buen estado de salud y con buenos tamaños poblacionales. Cuando existen individuos en la población por encima de la capacidad del ecosistema, la propia especie entra en claro riesgo, incluso de supervivencia».
«Una de las consecuencias de la superpoblación es la proliferación de enfermedades dentro de la especie superpoblada. El jabalí puede transmitir zoonosis, enfermedades que en un momento dado pueden afectar al ser humano. Este fenómeno está relacionado con la superpoblación. Por ello es necesario que en la naturaleza haya procesos que controlen la población de jabalí en sus ecosistemas y, por supuesto, en la ciudad. Allí su presencia es el resultado de una falta de ese control fuera del ámbito urbano, en los ecosistemas naturales que son el hábitat natural del jabalí».
Esther: «Pero la solución es usar arqueros para matarlos, aunque ahora en lugar de matarlos con flechas se les va a lanzar dardos narcotizantes y luego se les practicará la eutanasia. ¿Esta es la solución, profesor? ¿O habría que controlar la población de los jabalíes de otra manera? Sobre todo para que no se acerquen a las zonas urbanas».
Jesús: «Para entenderlo podemos pensar en una enfermedad. Cuando una persona va al médico con una enfermedad, lo primero que hay que hacer es curar a esa persona. Pero la salud humana va más allá de curar personas enfermas. Hay que prevenir para que la sociedad no enferme, para que no proliferen las personas enfermas. Con esto pasa algo similar. Ahora mismo hay una superpoblación de jabalíes porque, por una parte, faltan los grandes depredadores, y me estoy refiriendo al lobo en nuestro entorno natural y hasta hace no mucho tiempo la práctica cinegética, que hoy día está socialmente muy denostada, aunque se ha visto como la solución a la hora de mantener unos niveles poblacionales altos».
«Yo no estoy defendiendo la caza a ultranza. Pero sí que, bien gestionada, la caza puede ser, mientras no existan los grandes depredadores, la solución. En el momento en que dejan de practicarse la caza, o deja de hacerse una gestión que vaya más allá de medidas puntuales, allí donde a un cazador o a un coto le apetezca cazar, pues ocurre la superpoblación, y van a seguir llegando individuos a la ciudad. Una vez que llegan a la ciudad, habéis dado razones ya suficientes por las que creo que se entendería que es necesario controlar al jabalí. El jabalí no puede ser una especie urbana, porque el jabalí, incluso cuando se le considera un animal que no está mostrando un comportamiento agresivo, la cuestión no es que sea agresivo o que esté acorralado, sino que él se sienta acorralado. En un momento determinado puede haber un accidente que puede ser muy grave para las personas».
Francis: «Tengo entendido que los jabalíes pueden hibridar con los cerdos silvestres, generando una variedad híbrida que aumenta su capacidad reproductiva, de tal manera que en lugar de tener entre 3 y 5 jabatos, pueden llegar hasta tener una docena de ellos. ¿Cómo son de habituales estas hibridaciones? ¿Están documentadas en la provincia de Málaga la presencia de cerdos silvestres?»
Jesús: «La presencia sí [está documentada]. De hecho, en alguna de las fotos que se están publicando en estos días, como un fotografía tomada en el río Guadalmedina, se ven jabalíes con una apariencia extraña, muy claros, con lunares oscuros. Esos son lo que llamaremos cerdalíes, híbridos entre jabalíes y cerdos. Pero en realidad son la misma especie, luego esa hibridación es normal, de la misma manera que el perro es de la misma especie que el lobo».
«Esta hibridación aumenta la tasa de reproducción, pero además está el hecho de que los cerdos que usamos en ganadería han sido seleccionados con una genética orientada a la proliferación en un medio humanizado, en lugar de para la supervivencia del jabalí en un medio natural. Desde el momento en el que se produce esta hibridación en poblaciones silvestres, no solo aumenta la tasa de reproducción, sino que se pone en peligro la propia supervivencia a largo plazo de las poblaciones silvestres de jabalí. Tengamos en cuenta que la genética del jabalí ha evolucionado para desenvolverse en un medio natural. De pronto nosotros, a través de esta hibridación, introducimos una genética que no está adaptada a desenvolverse en un medio natural. Ahora mismo podríamos estar hablando de una superpoblación de jabalí y en un futuro a medio plazo podríamos estar hablando de un riesgo para el jabalí que suponga su propia extinción».
Enrique: «La defensa de esta ultranza de jabalí que vemos, me recuerda un poco a los defensores de las colonias de gatos, que también los dejamos proliferar sin control. Alguna vez hemos discutido que las consecuencias que tiene la desaparición de aves y, en consecuencia, el aumento de la población de mosquitos. Muchas veces miramos únicamente un punto, pero nos olvidamos del ecosistema, ¿no es así?»
Jesús: «Claro que es así, porque nos consideramos, y yo también, amantes de los animales. Pero cuando hablamos de los animales no podemos solamente pensar en los animales carismáticos, en esos animales que nos hacen sentir ternura porque les miramos a la cara y empatizamos con ellos, y ellos nos hacen reír, como son los gatos. Yo tengo gato y en mi móvil llevo la fotografía de mi gato. Pero cuando hablamos de la biodiversidad y hablamos del medio urbano hay que entender lo siguiente».
«Hay quien opina, incluso voces del ámbito científico, que los ecosistemas urbanos están tan desequilibrados como para poder admitir «colonias de gatos», entre comillas, porque no son en realidad colonias de gatos, como parte de la fauna urbana. Pero resulta que en el medio urbano existe un concepto que también es, por supuesto, aplicable a los medios más naturales, que es el concepto de servicios ecosistémicos. En el medio urbano nosotros podemos recibir multitud de servicios ecosistémicos de una naturaleza que mantenga una serie de equilibrios».
«Has mencionado un ejemplo que es clarísimo. Aquí tenemos ahora mismo una proliferación de mosquitos tigres. Los mosquitos tigres son, como otros mosquitos, parte de la alimentación del número de aves insectívoras, las currucas cabecineras, por ejemplo. Ahora hemos hablado mucho de la avispón oriental. Resulta que existen animales en el entorno de la ciudad, como por ejemplo los abejarucos, unas aves que pueden ayudarnos y de hecho ya se está viendo que podrían ser una de las bases para que el futuro no proliferen estas especies».
«Tenemos que ser conscientes de que debemos mantener un medio natural en el ámbito urbano que permita que estas especies puedan proliferar. Y un gato, una alta población de gatos, por estériles que estén o bien alimentados, tienen un instinto depredador que no le podemos quitar, porque es parte de su naturaleza. Por ello, son un riesgo que está demostrado científicamente en Europa y en Estados Unidos, a través de muchos estudios. El control de estas poblaciones nos va a ayudar a tener un bienestar mayor en relación con otras especies del medio ambiente que sí nos molestan».
Esther: «Jesús, lo de alimentar a los jabalíes mejor que no, porque hay personas que están alimentando estos animales, ¿no? Es decir, desde el punto de vista de los ciudadanos, de a pie, ¿qué podemos hacer en este sentido? ¿Alimentarlos como que no?»
Jesús: «Desde luego que no. Ya hemos dicho antes que la presencia de jabalíes en la ciudad es una anomalía. No deberíamos pensar que deben ser considerados un atractivo ni siquiera vecinos nuestros. La ciudad es un medio urbano muy desequilibrado, pero en el que conviven muchísimas especies. Por pura seguridad o por puro sentido común debemos entender que hay especies que ponen en peligro nuestra vida. Una población de jabalíes que se acostumbre, que deje de tener miedo al ser humano, que entienda que el ser humano es proveedor de alimentos, no es una población de jabalíes que de pronto vaya a ser amigable. Los animales de los que estamos hablando son animales silvestres con un potencial de causar daño bastante alto. Creo que ese comprensible impulso de alimentarles, de beneficiar a estas poblaciones, pero si se les alimenta no se les está haciendo ningún bien, porque estamos generando en estas poblaciones unos comportamientos que no son naturales. Cuando son alimentados de esta manera, ellos mismos pierden el interés por buscar su propio alimento».
Esther: «¿Esta medida del uso de dardo narcotizante para su posterior eutanasia se puede considerar una solución efectiva para el problema? ¿O mejor controlar en el mismo monte a la población de jabalíes?»
Jesús: «Una vez que el jabalí está en la ciudad hay que tomar medidas. Esto va más allá de que se prefiera un método u otro; me refiero a la caza con arco o el dardo narcotizante por cuestiones de bienestar animal. Los dos métodos pueden ser igual de efectivos si lo que hacen es retirar individuos. Lo que pasa es que en el medio plazo esto no va a servir para nada si no solucionamos la superpoblación de jabalíes en el entorno natural, porque al final van a seguir viniendo. Tampoco creo yo que sea apetecible, más allá del peligro que suponen los jabalíes, estar conviviendo con jabalíes o tener que estar cazándolos».
Esther: «Lo ideal sería irse al monte y atajar el problema en el monte, ¿no?»
Francis: «Se trata de un problema que nos tenemos que tomar en serio y habrá que tomar medidas, no solo desde el Ayuntamiento, sino también desde la Junta de Andalucía y desde el Estado».
Esther: «Ha sido un placer tener hoy a Jesús, Jesús Olivero, catedrático del Departamento de Biología Animal de la UMA. Gracias por atendernos, por hablar de todo esto, porque está de rabiosa actualidad». [Despedida y cierre].
Muy interesante. Como de costumbre, hemos dejado que un problema incipiente se convierta en un verdadero riesgo para el ciudadano. Espero que los «ecologistas de manifa» empiecen a aplicar un poco de sentido común a la protección de las especies y vean que una caza regulada y ordenada (y menos denostada) es lo mejor que les puede pasar a estos animales. Yo no soy cazador, pero la realidad es que la caza es «lo natural». Humanos y estas especies hemos evolucionado juntos con estas interaciones y dado que ya no hay lobos…
No tengo idea, no cazo, y por eso quizás me pregunto, si en el monte más abrupto seria útil un dron para localizar los animales? O un mini cuadricóptero, que dejase caer dardos con tranquilizante y localizador, o golosinas de control de natalidad. Y si serviría para cabras…
Es curioso que ni siquiera se mencione, aunque sea para refutarla, la hipótesis de que el aumento de las poblaciones de jabalíes correlacione con la mayor presión cinegética sobre la especie; es decir, que no es que la caza sea necesaria «para controlar la población», sino que precisamente sea la caza, que no deja de aumentar (y los cotos, y las fincas que funcionan, en realidad, como granjas de jabalíes) la que podría estar provocando el aumento de la población. A fin de cuentas, los cazadores de jabalíes no existen sin el jabalí… está en su interés que haya abundancia de jabalíes.
https://www.naturalezacantabrica.es/2017/12/cuantos-mas-jabalies-se-cazan-mas.html