Andrés Ollero Tassara, aparte de Catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (desde 1999, hasta entonces lo era de la Universidad de Granada), escribió al cumplir 25 años de experiencia universitaria, en 1985, recién aprobada la LRU (Ley Orgánica de Reforma Universitaria) un libro titulado «Qué hacemos con la Universidad,» editado por el Instituto de Estudios Económicos. Permitidme unos extractos, sesgados, como no, con la idea de generar polémica y de oir vuestra opinión en los comentarios.
1. «¿Cabe concebir una sociedad en la que todos «sepan» leer, escribir e incluso hablar?»
2. «¿Todo universitario debe «saber» leer, escribir e incluso hablar?»
3. «¿Debe un alumno «perder el tiempo en mejorar la Universidad»? El recelo hacia la participación, endémico en no pocos universitarios, traiciona uno de los aspectos decisivos de una formación que merezca el nombre de universitaria.»
4. «¿Debe un profesor organizar seminarios para alumnos escogidos entre los que asisten a sus clases? La libertad goza hoy de mala prensa en nuestra sociedad… si un profesor logra convencer a sus alumnos de que sólo aspira a contagiar su gusto y familiaridad con los problemas de la asignatura a un grupo de alumnos libremente interesados en compartir sus manías, tendrá que explicar qué inconfesables motivos se ocultan bajo tan absurda iniciativa. Organizar un «seminario» entre los alumnos de un curso masificado no es dedicarse al sospechoso cultivo de las semillas selectas, destinadas a no se sabe qué artero guiso, sino intentar que, al menos una parte de los alumnos, puedan experimentar la dimensión humana de su trabajo, antes de lanzarse al abordaje de un título a codazos con la masa.»