Francis en Luciérnagas: Las vacunas contra la COVID-19

Por Francisco R. Villatoro, el 12 febrero, 2021. Categoría(s): Ciencia • Colaboración externa • Medicina • Noticias • Recomendación • Science • Virología

He participado en el episodio «Resumen de todas las vacunas del mundo contra el covid 19», 10 feb 2021 [iVoox], del programa de radio Luciérnagas@Luciernagas_20, presentado por Dante Cáceres. Como todos los años colaboro hablando de algunos de los Premios Nobel de Ciencias. Te recuerdo que este podcast de divulgación científica se emite todos los martes a las 22:40 horas (hora de Madrid) en el canal de Radio Santa María de Toledo, de la Radiotelevisión Diocesana. Se repite la emisión los miércoles a las 03:00 horas y los domingos a las 24:00 horas.

El número de vacunas en estudio y la fase en la que se encuentran cambia casi cada día; para esta pieza me baso en su estado el 1 de febrero de 2021. Más información actualizada sobre todas las vacunas en «Draft landscape and tracker of COVID-19 candidate vaccines,» WHO, Feb 2021. Muy recomendable es la lectura de Carl Zimmer, «Coronavirus Vaccine Tracker,» The New York Times, Feb 2021, que acompaña la información sobre las vacunas con enlaces a noticias recientes sobre ellas. Sobre las vacunas en desarrollo en España hay muchas fuentes, por ejemplo, Carmen Rodríguez, «La hora de las vacunas españolas contra el coronavirus», Noticias de Gipuzkoa, 22 ene 2021; Lorena Sánchez Romero, «El incierto futuro de las vacunas españolas contra el coronavirus», Quo, 28 ene 2021; entre muchas otras.

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¿Cuántas vacunas hay contra la COVID-19? Según la Organización Mundial de la Salud («Draft landscape and tracker of COVID-19 candidate vaccines,» WHO, 26 Jan 2021), hay 240 vacunas en desarrollo, 177 en fases preclínicas y 63 en fases clínicas (hoy, 12 de febrero, hay 242 = 176+66). Una vacuna estimula la memoria inmunitaria protectora y duradera contra una futura infección por un patógeno; por ello su función es preventiva. El patógeno puede ser un virus, una bacteria o incluso un parásito multicelular; se caracteriza porque contiene una serie de antígenos que estimulan la respuesta inmunitaria; ésta puede ser humoral (producción de anticuerpos, inmunoglobulinas específicas frente a los antígenos del patógeno) o celular (producción de linfocitos B de memoria y linfocitos T, CD4+ colaboradores y CD8+ asesinos). Hay que diferenciar entre la vacunación y la inmunoterapia (o sueroterapia); en esta última se usan los anticuerpos extraídos del suero de pacientes (o el propio suero que contiene tanto anticuerpos como linfocitos) para favorecer la respuesta inmunitaria a corto plazo con objeto de curar una enfermedad, pero no se logra una memoria inmunitaria duradera, que es el objetivo de las vacunas.

¿Qué tipos de vacunas hay contra la COVID-19? A pesar de que esta enfermedad tiene poco más de un año, se están desarrollando vacunas de todos los tipos concebibles. Las vacunas se suelen clasificar en función del tipo de tecnología que usan para exponer antígenos del coronavirus al sistema inmunitario. Las vacunas clásicas se basan en virus atenuados (LAV) o inactivados (IV); entre las 63 vacunas en ensayo clínico solo 1 usa el coronavirus atenuado y 9 usan el coronavirus inactivado. Entre las vacunas con nuevas tecnologías se encuentran las de ARN (RNA), ADN (DNA), proteínas (PS), vectores víricos no replicantes (VVnr), vectores víricos replicantes (VVr), partículas de tipo virus (VLP), etc.; en ensayo clínico encontramos 7 basadas en ARN mensajero, 8 en ADN (más estable que el ARN, pero que requiere transcripción), 20 en proteínas (que evita la traducción), 10 en vectores víricos no replicantes y 3 en replicantes, entre otras. Por supuesto, entre las que están en fases preclínicas hay muchas más.

Desde el punto de vista del usuario que recibe las vacunas, estas se pueden clasificar en función del número de dosis y del método de administración. La mayoría de las vacunas usan dos dosis, la segunda siendo un refuerzo de la primera, separadas dos, tres o cuatro semanas; también las hay de una sola dosis y de hasta tres dosis. El método de administración suele ser una inyección intramuscular, aunque también puede ser intradérmica o subcutánea; como el coronavirus suele infectar por vía respiratoria, la administración intranasal y por vía oral está siendo considerada por muchas vacunas. Un punto que no hay que olvidar es que la memoria inmunitaria se almacena en linfocitos B que se refugian en los ganglios linfáticos próximos a la zona de administración; así, que el lugar de administración sea próximo al lugar de infección permite una respuesta inmunitaria más rápida.

Repasar todas las vacunas contra el coronavirus, como me pidió Dante para el podcast, es casi imposible dado su alto número. Mi idea era repasar los diferentes tipos de vacunas y destacar las más representativas. Recomiendo la lectura de Carl Zimmer, «Coronavirus Vaccine Tracker,» The New York Times, Feb 2021.

Vacunas de virus atenuado: La única vacuna que usa el coronavirus atenuado (según el listado de la OMS) se llama COVI-VAC y ha sido desarrollada por la empresa Codagenix (New York) junto con el Serum Institute of India. Para evitar riesgos durante el desarrollo, en lugar de usar el coronavirus de origen natural, se usa un coronavirus con un ARN rediseñado para reducir su capacidad de replicación y de infección. Un algoritmo bioinformático introduce cientos de mutaciones silenciosas en el ARN del coronavirus que no cambian los aminoácidos de las proteínas, pero que impiden que la célula infectada pueda replicar el coronavirus (codon deoptimized live attenuated vaccines). Así el coronavirus atenuado no puede causar la COVID-19, pero activa la memoria del sistema inmunitario (pues las mutaciones silenciosas no cambian los aminoácidos en las proteínas del coronavirus, logrando que cada virión atenuado sea idéntico al natural). Los coronavirus de la vacuna COVI-VAC se fabrican en cultivos celulares en los que se introduce el ARN fabricado para la producción de los coronavirus atenuados. Esta vacuna inició el ensayo clínico de fase 1 (seguridad) en Reino Unido en enero de 2021.

Vacunas de virus inactivado: A partir de una muestra del coronavirus de un paciente se cultivan grandes reservas del coronavirus en biorreactores de células de riñón de mono. Se rocían los virus con una sustancia química llamada betapropiolactona que se une a sus genes y los inhabilita. Los coronavirus inactivados no pueden replicarse, pero sus proteínas, incluida la espícula, están intactas. Para estimular el sistema inmunitario se mezclan los coronavirus con un adyuvante (un compuesto a base de aluminio). Como los coronavirus están inactivos, se pueden inyectar en el brazo sin causar COVID-19. Destacaré tres vacunas de este tipo.

La vacuna CoronaVac (antes PiCoVacc) de la empresa china Sinovac Biotech usa dos dosis (0+14) intramusculares. Esta vacuna ha superado la fase 3 en Brasil, Indonesia y Turquía. El Gobierno chino aprobó su uso en emergencia cuando se publicó en noviembre de 2020 que su eficacia en Brasil era de ~ 50 % (el mínimo aceptable por la OMS); a finales de diciembre su anunció un 91 % de eficacia en Turquía (con solo 7371 voluntarios). En enero de 2021 se anunció que en Brasil se había alcanzado un 78 % de eficacia con 12 476 voluntarios y en ningún caso provocó casos severos de COVID-19. En enero de 2021 aprobaron su uso en emergencia Brasil, Indonesia y Turquía. Los resultados de fase 3 todavía no se han publicado en una revista con revisión por pares.

La vacuna BBIBP-CorV de la empresa Sinopharm (junto al China National Biotec Group Co. y el Wuhan Institute of Biological Products) usa dos dosis (0+21) intramusculares. Superó la fase 3 y está aprobada para su uso en China tras demostrar una eficacia del 79.34 %. El ensayo de fase 3 se realizó en Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Perú. Se aprobó su uso en emergencia a finales de 2020, con anuncios de eficacia del orden del 86 %, y muchos países la han autorizado (China, Emiratos Árabers Unidos, Hungría, Egipto, Jordania, etc.). Se ha testado BBIBP-CorV contra la variante sudafricana B.1.351, y parece que reduce la eficacia un poco (pero no se ha publicado cuánto).

La vacuna Covaxin (BBV152 A, B, C) de la empresa india Bharat Biotech (junto al Indian Council of Medical Research and the National Institute of Virology) requiere dos dosis (0+28) intramuscular. No se ha publicado su eficacia, pero el gobierno de la India aprobó su uso en emergencia. Se ha publicado que es eficaz contra la variante británica B.1.1.7, pero no cuánto.

Otras vacunas de este tipo que han superado la fase 3 son las del Instituto de Biología Médica de la Academia de Ciencias Médicas Militares de China, que superó la fase 3 con 34 020 voluntarios en Brasil y Malasia; la QazCovid del Research Institute for Biological Safety Problems de Kazajistán. En fase 2 se encuentran la vacuna ERUCOV-VAC de la Universidad Erciyes en Turquía, la vacuna del Centro Chumakov de la Academia de Ciencias de Rusia, la vacuna francesa de Valneva con el adyuvante de Dynavax. En fase 1 se encuentran la vacuna de la empresa china Shenzhen Kangtai Biological Products, la iraní de Shafa Pharmed Pars. En fases preclínicas hay otras vacunas: Indian Immunologicals y Griffith University; KM Biologics; y la Universidad de Osaka.

Vacunas genéticas de ARN: Vacunas que transportan uno o más genes propios del coronavirus a nuestras células para provocar una respuesta inmunitaria. Las más famosas son las de ARN mensajero (suelen tener 3822 ribonucleótidos de ARN de cadena sencilla (ssRNA), que codifican la secuencia de 1273 aminoácidos de la glicoproteína S, que forma la espícula del virus en un trímero). No se puede usar el ARN original porque induce una respuesta celular inmunogénica innata que lo identifica como peligroso y lo degrada, que sería inútil como vacuna. Se usan nucleósidos modificados, como la 1-metil-3′-pseudouridina (Ψ), que usa la vacuna de BioNTech, evitan esa respuesta inmunogénica. Además, se logra que sea más estable añadiendo ciertas secuencias de protección en sus extremos 5′ y 3′. También se optimiza su traducción en humanos (usando los codones más comunes en las células humanas para cada aminoácido). Finalmente, el ARNm se vehicula usando nanopartículas lipídicas u otro método similar. Te recomiendo leer a Lluis Montoliu, «La ciencia que hay detrás de la primera vacuna contra la COVID-19,» GenÉtica, 27 dic 2020.

La más conocida es la vacuna Comirnaty (cuyo nombre genérico es tozinameran o el técnico BNT162b2) de la empresa alemana BioNTech y la farmacéutica Pfizer (New York). Alcanza una eficacia del 95 %, requiere dos dosis (0 + 21) por vía intramuscular y un almacenamiento en congelador a unos –70 °C. Siendo la primera vacuna de ARNm exitosa y mostrando una eficacia impresionante, muchos apuntan a un Premio Nobel en 2021 a los desarrolladores de su tecnología. Aprobada en casi todos los países del mundo, parece que algo menos efectiva contra la variante B.1.351 (sudafricana), aunque la mantiene contra B.1.1.7 (británica).

También es muy conocida su competencia más directa, la vacuna ARNm-1273 de Moderna (Boston), desarrollada junto al NIH (National Institutes of Health). Alcanza una eficacia del 94.5 % con dos dosis (0 + 28) por vía intramuscular y puede ser almacenada en un congelador a –20 °C. El gobierno de los Estados Unidos financió los esfuerzos de Moderna con casi mil millones de dólares de ayuda (Trump quería que fuera su gran apuesta contra la COVID-19, pero los resultados de sus ensayos de fase 3 se publicaron tras las elecciones presidenciales).

La vacuna CVnCoV de la alemana CureVac con eficacia aún no determinada, requiere dos dosis (0+28) por vía intramuscular y permite un almacenamiento entre 2 °C y 8 °C. En diciembre de 2020, CureVac lanzó una prueba de fase 3 con 36 500 voluntarios en Alemania. CureVac ha colaborado con Tesla, la empresa de Elon Musk, para crear “micro-fábricas” de ARNm, que podrían implementarse en todo el mundo para producir miles de millones de dosis de la vacuna. El 8 de enero, CureVac anunció que había formado una sociedad con el gigante farmacéutico Bayer, que apoyaría el desarrollo y la producción de la vacuna. Y el 3 de febrero otra colaboración con GSK para desarrollar nuevas vacunas contra las variantes del coronavirus.

Por cierto, se abandonó la vacuna del Imperial College de Londres y la empresa VacEquity Global Health basada en ARN «autoamplificador», que aumenta la producción de una proteína viral para estimular el sistema inmunológico. Otras vacunas que están en fases 1, 2 o 1/2 son de ARN autoamplificado de HGC019 de Gennova Biopharmaceuticals en India y HDT Bio, Seattle; la Academia de Ciencias Médicas Militares de China, Suzhou Abogen Biosciences y Walvax Biotechnology anunciaron que comenzarían los primeros ensayos de seguridad de su país con una vacuna basada en ARNm, llamada ARCoV; Universidad Chulalongkorn de Tailandia vacuna basada en ARNm conocida como ChulaCov19. Arcturus Therapeutics, con sede en California, y la Escuela de Medicina Duke-NUS de Singapur, han desarrollado una vacuna de ARNm, con un diseño «autorreplicante» que conduce a una mayor producción de proteínas virales; Vacuna de ARNm contra el coronavirus de Providence Therapeutics de Canadá; etc.

Vacunas genéticas de ADN: Vehiculan directamente un ADN bicatenaria que codifica el espícula del coronavirus; como el ADN es más estable que el ARN se puede usar una administración en intranasal por aerosoles o en la piel mediante parches. Las vacunas de ADN están como mucho en fases 2 y 2/3 como AG0302-COVID19 de la japonesa AnGes (junto a la Universidad de Osaka y Takara Bio) por inyección subcutánea; ZyCoV-D del fabricante de vacunas indio Zydus Cadila (se administra con un parche de piel), se espera que supere la fase 3 para marzo; e INO-4800 de ADN de la empresa Inovio, con sede en Pensilvania, que se administran en la piel con pulsos eléctricos desde un dispositivo de mano.

En fase 1/2 están la vacuna que codifica dos proteínas del coronavirus de GeneOne Life Science, una empresa de biotecnología de Corea del Sur; la empresa surcoreana Genexine comenzó a probar la seguridad de una vacuna basada en ADN en junio, pero los resultados decepcionantes iniciales llevó a modificar la vacuna y reiniciar sus ensayos; la empresa canadiense Entos Pharmaceuticals ha creado una vacuna de ADN para el coronavirus, pero en lugar de la proteína S usa el gen de la nucleocápside N, una proteína que se encuentra dentro de la membrana del virus; la empresa canadiense Symvivo anunció que había administrado una vacuna de ADN insertada en bacterias inofensivas, que los voluntarios ingieren en un líquido congelado (la compañía quiere poner las bacterias en una pastilla); CORVax12 de OncoSec Immunotherapies, Nueva Jersey, usa un ADN que codifica tanto la proteína S del coronavirus como la interleucina-12 humana que podría mejorar la capacidad del sistema inmunitario para producir anticuerpos contra la proteína S.

Vacunas que usan vectores virales: Contienen virus diseñados para transportar genes del coronavirus. Estos virus pueden estar inactivados, con lo que no pueden replicarse dentro de las células que infectan, o pueden ser capaces de replicarse, los llamados replicones, que se replican lentamente dentro de la célula infectada, con lo que multiplican el número de proteínas producidas en un factor entre 1000 y 5000. Vacunas tan populares como la de AstraZeneca y la Sputnik V son de este tipo. Si usan dos dosis del mismo vector vírico puede ocurrir que el sistema inmunitario lo ataque en la segunda dosis, lo que reduce la eficacia, por ello algunas vacunas usan dos vectores diferentes (como Sputnik V).

La vacuna Sputnik V (también conocida como Gam-Covid-Vac) del Instituto de Investigación Gamaleya, que forma parte del Ministerio de Salud de Rusia, tiene una eficacia del 91,6 por ciento tras administrar dos dosis (0+21) por inyección intramuscular. Combina dos adenovirus humanos llamados Ad5 y Ad26 (virus con ADN bicatenario lineal no segmentado con entre 30 y 38 kbp). En enero, los investigadores de Gamaleya también iniciaron un ensayo sobre una versión de dosis única de la vacuna, a la que denominaron «Sputnik Light».

La vacuna AZD1222 (también conocido como Covishield en India) de la Universidad de Oxford y la compañía británico-sueca AstraZeneca usa como vector un adenovirus de chimpancé, ChAdOx1, alcanzando una eficacia del 82,4% para dos dosis intramusculares separadas por 28 días. AstraZeneca lanzó ensayos de fase 3 en Brasil, Sudáfrica y Estados Unidos. La vacuna no solo protegía a las personas de enfermarse, sino que también reduce la transmisión del virus, una señal prometedora de que las vacunas, en general, podrían frenar la expansión de la pandemia. AstraZeneca anunció el 11 de diciembre colaboraría con los creadores de la vacuna Sputnik V, con el objetivo de aumentar su eficacia.

La vacuna Convidecia (también conocida como Ad5-nCoV) de la empresa china CanSino Biologics con el Instituto de Biología de la Academia de Ciencias Médicas Militares del país se basa en un adenovirus humano Ad5. Usa una única dosis intramuscular y fue aprobada el 25 de junio de 2020 para su uso con el ejército chino durante un año como un «medicamento especialmente necesario». El gran problema de las vacunas chinas es que se controló la pandemia en su país, así que se ven obligadas a realizar los ensayos clínicos de fase 3 en otros países; CanSino ejecutó los ensayos de fase 3 en Pakistán, Rusia, México y Chile, entre otros.

La vacuna Ad26.COV2.S de Johnson & Johnson se basa en el adenovirus Ad26 y usa una sola dosis intramuscular. Usa una tecnología del Beth Israel Deaconess Medical Center en Boston y alcanzó una eficacia del 72 % en Estados Unidos, 66 % en América Latina y 57 % en Sudáfrica (este último resultado puede ser debido a la variante B.1.351). Para casos graves de Covid-19, la vacuna tuvo una eficacia contra la enfermedad grave del 85% en todas las regiones. Johnson & Johnson anunció un segundo ensayo de fase 3 para estudiar la eficacia de dos dosis de su vacuna; los resultados se esperan a principios de la primavera.

Hay muchos otras vacunas en diferentes fases clínicas. En fase 2 está la vacuna Brilife del Instituto de Investigación Biológica de Israel basada en los virus de la estomatitis vesicular (a los que se añade el gen de la proteína S de coronavirus). En fase 1 está la vacuna de la empresa de biotecnología italiana ReiThera ha desarrollado una vacuna Covid-19, llamada GRAd-COV2, que se basa en un adenovirus que infecta a gorilas. Hay varias vacunas de este tipo que se administran por otras vías: como la vacuna de adenovirus Ad5 se pueden tomar en forma de píldora de Vaxart, San Francisco, o la vacuna basada en una versión debilitada del virus de la gripe que se administra en forma de aerosol de la Universidad de Hong Kong y la Universidad de Xiamen. También hay vacunas que vehiculan dos genes, como la de ImmunityBio, California, que usa una adenovirus Ad5 con los genes de las proteínas S y N del coronavirus. El virus de la viruela modificado para que sea inofensivo, llamado virus Vaccinia Modificado de Ankara, o MVA para abreviar, se ha usado en la vacuna del Centro Alemán de Investigación de Infecciones que vehicular la proteína S, pero cuyos primeros resultados fueron decepcionantes y se pospusieron sus ensayos clínicos, y por la vacuna del City of Hope, California, para vehicular las proteínas S y N, cuyo ensayo de fase 2 se iniciará en el segundo trimestre de 2021.

Vacunas a base de proteínas: En lugar de vehicular material genético que codifique una proteína se puede vehicular directamente dicha proteína o fragmentos de ella. Estas vacunas se diferencian en cómo se empaquetan estas proteínas, por ejemplo, en nanopartículas que imitan la estructura del coronavirus, pero que no se replican, o en agregados de proteínas.

Una vacuna aprobada en Rusia, aunque no ha publicado su ensayo de fase 3, es EpiVacCorona del Vector Institute, un centro ruso de investigación biológica; Putin anunció que Rusia otorgó la aprobación regulatoria a esta vacuna, convirtiéndola en la segunda en recibirla, tras la vacuna Sputnik V. Su eficacia es desconocida, requiere 2 dosis, con 3 semanas de diferencia (0+21), usa una inyección intramuscular y es estable en refrigerador hasta dos años. La vacuna NVX-CoV2373 de Novavax, Maryland, se basa en pegar proteínas a la superficie de nanopartículas. El ensayo de fase 3 en Estados Unidos se retrasó y se relanzó el 28 de diciembre; se espera que publique sus resultados en marzo. En el Reino Unido se estimó una tasa de eficacia del 89.3 %; pero en Sudáfrica el resultado fue poco menos del 50 %. Necesita dos dosis separadas tres semanas, dosificadas por inyección intramuscular. Y también tenemos la vacuna ZF2001 de la empresa china Anhui Zhifei Longcom y la Academia China de Ciencias Médicas está compuesta por un adyuvante junto con el RBD (dominio de unión al receptor) de la proteína S. Los ensayos de fase 3 se iniciaron en diciembre con 29 000 voluntarios. Requiere 3 dosis, cada una separada por 28 días, y aún se su eficacia.

En fase 2 se encuentra la vacuna CoVLP de Medicago, Canadá, financiado en parte por la tabacalera Philip Morris; se infectan las hojas de la planta Nicotiana benthamiana con virus para que produzcan la proteína S del coronavirus; esta vacuna requiere dos dosis. También están en esta fase las vacunas cubanas Soberana 1 y Soberana 2 del Instituto de Vacunas Finlay de Cuba, y la vacuna Abdala (de un poema de José Martí) del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba; las tres vehiculan el RBD de la proteína S mediante tres métodos diferentes, aunque muy parecidos; quizás lo más novedoso es que se está estudiando la administración intranasal de la vacuna Abdala mediante aerosoles. Sanofi también desarrolló una vacuna basada en proteínas virales (crecidas en células de los insectos) junto a la farmacéutica GSK, pero los primeros resultados fueron decepcionantes y GSK anunció que abandonó el proyecto. SpyBiotech, startup de la Universidad de Oxford, tiene una vacuna basada en una mezcla de proteínas en cuya superficie han añadido la proteína S del coronavirus; el Instituto Serum de la India obtuvo la licencia para iniciar ensayos clínicos.

Vacunas españolas: Se dice que las vacunas españolas son más efectivas, más estables y buscan una mayor inmunidad, pero cuentan con equipos más reducidos y menos financiación. Las más conocidas son tres, pero hay cinco candidatos según el artículo de Ana Hernando, «Vacunas españolas contra la COVID-19: estas son las cinco candidatas más avanzadas», Agencia SINC, 29 jul 2020. Los grupos españoles son mucho pequeños que su competencia internacional y sus vacunas aún se encuentran en fase preclínica; las vacunas más avanzadas han demostrado eficacia en ratones humanizados, pero sus resultados preclínicos, aunque pueden parecer muy prometedores, pueden estar muy alejados de la eficacia que se obtendrá en los futuros ensayos clínicos.

La vacuna de vector viral MVA-COVID-19(S) del equipo de Juan García Arriaza, liderado por Mariano Esteban (76 años, jubilado), en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), está basada en una variante atenuada del virus de la viruela llamada virus Vaccinia Modificado de Ankara (MVA), que no se replica en humanos; se ha probado en ratones humanizados (con una protección del 100 %), pero se ignora su futura eficacia en humanos. La empresa Biofabri se encargará de la fabricación para los ensayos clínicos de fase 1/2 en humanos, que se deberían iniciar durante este año 2021. La vacuna genética de ADN del grupo de Vicente Larraga (72 años, jubilado), del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC), codifica la proteína S. Para la producción de la vacunas están colaborando con el grupo Zendal, la segunda empresa de Europa en producción de vacunas animales. También se espera que los ensayos en humanos se inicien este año.

La vacuna de virus atenuado del grupo liderado por Isabel Sola, codirectora del laboratorio de coronavirus del CNB, y Luis Enjuanes (75 años, jubilado, considerado el mayor experto español en coronavirus), del CNB-CSIC, se basa en modificar genéticamente el genoma del SARS-CoV-2 para impedir que cause daño, aunque manteniendo su capacidad de replicación, lo que se llama replicones de ARN; al eliminar genes que contribuyen a la virulencia del virus y su propagación se consigue una vacuna muy segura. La importancia de que la vacuna sea replicante es que con una dosis menor se logra una eficacia mayor (el número de antígenos expuestos al sistemas inmunitario se multiplica por entre 1000 y 5000), por ello se puede usar una sola dosis. La vacuna contiene antígenos de la proteína S y de otros proteínas virales. Un hándicap a resolver es la producción de esta vacuna de replicones de ARN usando infraestructuras disponibles en España.

La vacuna de virus recombinante MVA del equipo de Rafael Blasco, del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA), es similar a del grupo de Esteban en el CNB-CSIC; contiene dos genes del coronavirus vehiculados por el virus MVA. Y la vacuna basada en lentivirus (desarrollados a partir del VIH) del equipo de David Escors en Navarrabiomed, que tiene cinco versiones VS1, VS2, VS3, VS4 y VS5 según las proteínas del coronavirus que vehiculan.

En resumen, hay muchísimas vacunas en diferentes fases de desarrollo; aunque no todas acaben superando la fase 3 con eficacia demostrada, muchas lo lograrán. Lo más relevante a corto plazo será su impacto sobre la pandemia de COVID-19, pero a largo plazo lo más relevante será el impacto de las nuevas tecnologías de vacunas que tendrán un enorme impacto en muchas otras patologías. Sin lugar a dudas estamos viviendo unos tiempos apasionantes para el estudio de las vacunas.



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