Ruso de origen, Sergey Aleynikov, «un buen ciudadano desde que llegó a Estados Unidos hace 19 años,» según su mujer, ha sido acusado de robar el software ultrasecreto que el banco estadounidense Goldman Sachs utiliza para planificar sus operaciones en Bolsa. Copió dicho software en un servidor alemán, el 2 de julio, el mismo día que comenzó a trabajar en una empresa con acceso a dicho software. El 3 de julio fue detenido en un aeropuerto. El 4 de julio se celebró el juicio (pagó una fianza y fue puesto en libertad). El 5 de julio lo despidieron de su trabajo. El afirma que no sabía que lo hacía (que no sabía que el servidor estaba en Alemania). 750.000 dólares de fianza (hace 2 años cobraba 400.000 dólares anuales trabajando para Goldman Sachs).
Se estima que los software de inversión (trading) automática mueven cerca del 50% del total negociado en Wall Street. Este tipo de software permite hacer «operaciones sofisticadas, a alta velocidad y de gran volumen en diversos mercados de renta variable y materias primas.» Como nos cuenta Carlos López en Euribor.com «Independientemente de que el código haya sido robado o no, me parece muy preocupante la posibilidad de que esto pueda ocurrir. ¿Qué ocurriría si un programa de este tipo cayese en malas manos y buenos recursos? ¿Podríamos esperar un ataque «económico-terrorista» de manos de aquellos que tienen mucho dinero (o petróleo)?
Por cierto, ¿cuánto tiempo hubiera sido necesario en España para detener a Sergey? ¿Cuánto tiempo hubiera sido necesario esperar para que llegara a juicio?
Goldman Sachs te parecen buenas manos? 😛 Ya está en malas manos el software, en manos de los bancos. Casi que es como hacer trampa en la ruleta, este software, o peor.
Pues hay una solucion para estos asuntos:
TRANSPARENCIA
JUEGO LIMPIO
INFORMACION CLARA
DECENCIA
POST DATA:
¡OSTRAS EN VINAGRE!
Hay una novela de Tom Clancy donde un ataque japonés a USA comienza así. Como la mayoría usa estos programas, y todos terminan tomando decisiones similares ante condiciones iniciales similares, provocan una estampida bursátil moviendo un número suficiente de bonos y acciones de bancos yanquis
(btw, gran blog! lo vengo siguiendo en silencio hace un tiempo)
Martín, Dubitador, y JuanPablo, gracias por los comentarios.
Tengo entre mis lecturas pendientes para este verano «My life as a quant,» por Emanuel Derman. Un físico que trabajó para Goldman Sachs desarrollando software. Ya os contaré. Por cierto, «How I became a quant,» por Richard R. Lindsey y Barry Schachter también tiene buena pinta.