Publicado en Nature: Cefalópodos de dos tentáculos ya utilizaban la propulsión a chorro en el Cámbrico

Por Francisco R. Villatoro, el 26 mayo, 2010. Categoría(s): Biología • Ciencia • Noticias • Science

Stephen Jay Gould popularizó en su libro «La vida maravillosa,» Crítica, 1991, los registros fósiles de invertebrados de los esquistos de Burgess (en inglés: «Burgess Shale») en el Parque Nacional Yoho de la provincia de Columbia Británica, en Canadá. Con una antigüedad estimada en más de 500 millones de años, su fama proviene de la esquisitez con la que se han preservado en ellos fósiles de extrema rareza. Gould dedica especial atención al género Nectocaris, cuya clasificación era muy difícil debido a los escasos registros fósiles disponibles, que apuntaban a una fusión entre cordados y artrópodos. Martin Smith y Jean-Bernard Caron del Museo Real de Ontario han estudiado 91 nuevos ejemplares que aclaran la cuestión. La anatomía de los Nectocaris es muy similar a la de los cefalópodos (como los pulpols, sepias y los amonites ya extinguidos). Presentan dos ojos que les permiten una visión estereoscópica, tentáculos flexibles y todo indica que usaban la propulsión a chorro para desplazarse gracias a una «trompetilla» que presentan debajo de la base de sus tentáculos. En resumen, un animal depredador que se parece mucho a un calamar, pero con sólo dos tentáculos, en lugar de los ocho o diez de otros cefalópodos. Nos lo cuenta Stefan Bengtson en «Palaeontology: A little Kraken wakes,» News and Views, Nature 465: 427–428, 27 May 2010, haciéndose eco del artículo técnico de Martin R. Smith, Jean-Bernard Caron, «Primitive soft-bodied cephalopods from the Cambrian,» Letter, Nature 465: 469–472, 27 May 2010.

PS (27 mayo 2010): Recomendable la lectura de «El calamar carnívoro: un misterio de 500 millones de años,» ABC.es, 26-05-10 [visto en Menéame].



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