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Jose Luis, autor de Ciencia, explicada, nos contó que «investigadores japoneses construyeron una «grúa» milimétrica de cristal impulsada por luz,» 3 de octubre de 2010. El vídeo muestra como un cristal en forma de aguja (de unos milímetros de longitud y unas decenas de micras de ancho) se comba conforme es iluminado con luz ultravioleta (UV) y vuelve a su estado con luz visible. El combado dura al menos una hora, se puede repetir hasta 250 veces y es capaz de levantar un bola metálica con un peso entre 200 y 600 veces mayor que el del cristal. El cristal está compuesto de un derivado fotocromático del diarileteno [1,2-bis(2-metil-5-(1-naftil)-3-tienil) perfluorociclopenteno (1o) y perfluoronaftaleno (FN)]. Se han utilizado cristales de 1o·FN con una longitud de 1 a 5 mm y presentan esfuerzos máximos bajo irradiación ultravioleta de 44 MPa, 100 veces mayores que los del os músculos (~0’3 MPa), comparables a los de los cristales piezoeléctricos. Este efecto fotomecánico tiene potenciales aplicaciones en la construcción de micromáquinas, aparatos de manipulación celular, etc. El artículo técnico es Masakazu Morimoto, Masahiro Irie, «A Diarylethene Cocrystal that Converts Light into Mechanical Work,» J. Am. Chem. Soc. 132: 14172–14178, September 21, 2010.
¿Por qué ocurre este fenómeno? El artículo técnico lo explica muy bien. Al iluminar con luz UV el cristal en cada molécula se crea un enlace entre dos de sus átomos lo que provoca un cambio en la conformación de la molécula. Este cambio en las moléculas más externas del cristal es suficiente para curvar el cristal en su conjunto, como muestra la figura de arriba. Al iluminar con luz visible se rompe el nuevo enlace atómico y la molécula recupera su forma anterior.