¿Por qué existen las camas? ¿Por qué es más cómodo dormir en una cama suave en lugar de una dura?

Por Francisco R. Villatoro, el 16 octubre, 2010. Categoría(s): Ciencia • Física • General • Mecánica • Physics • Prensa rosa • Science ✎ 5

Una pregunta trivial, quizás, o no. Una cama blanda es más cómoda que una cama dura porque se amolda a la forma del cuerpo. Ahora bien, un molde duro de nuestro cuerpo no nos parece cómodo, nuestros tejidos son blandos por lo que al acostarnos sobre una superficie dura se comprimen. Más aún si cambiamos de posición durante la noche, ya que incluso si queremos estar quietos, respiramos. Lo esencial de una cama parece ser que se adapta a pequeños movimientos y vibraciones. Pero una cama demasiado blanda podría resultar incómoda, a la más mínima vibración cambiaría de forma. Algunos astronautas han afirmado que dormir en el espacio (en ingravidez) es muy cómodo y relajante. Podría ser que las camas blandas minimizasen la presión que la propia cama ejerce sobre nuestro cuerpo, distribuyendo la fuerza de sustentación (que compensa a la gravedad) en toda la superficie de contacto. O quizás podría ser una cuestión cultural; los occidentales estamos acostumbrados a dormir sobre camas más o menos blandas, pero las personas acostumbradas a dormir sobre el suelo podrían considerarlo lo más cómodo del mundo (que conocen). Aunque tampoco podemos olvidar que todos fuimos un feto rodeado de líquido amniótico durante el embarazo y que los fetos también duermen (y más que la madre). En resumen, ¿qué significa que una persona esté completamente cómoda durmiendo en una cama determinada? Seguro que las empresas que fabrican colchones ya habrán estudiado este asunto con profundidad. ¿Por qué existen las camas? Una sesuda pregunta que se ha hecho Scott Aaronson, «Physics for Doofuses: Why Beds Exist,» Shtetl-Optimized, September 3rd, 2010 [la entrada ha generado 66 comentarios, no creo que en este blog lleguemos a tantos, pero quien sabe].

¿Algún estudio científico sobre el tema? Obviamente debe haber muchos, aunque yo he encontrado pocos. La evaluación ergonómica de los colchones ha sido menos estudiada de lo que yo imaginaba, como indican en su artículo Peter Buckle, Avalino Fernandes (Universidad de Surrey, Guildford, GB), «Mattress evaluation—assessment of contact pressure, comfort and discomfortApplied Ergonomics 29: 35-39, February 1998. En este estudio 12 mujeres han probado varios tipos de colchón, tanto ortopédicos como normales. Han calificado su comodidad subjetiva y se han realizado análisis de la presión ejercida por el colchón en varios puntos del cuerpo (hombro, codo, cadera, rodilla y tobillo). No hay diferencias significativas entre estas presiones de contacto para los diferentes tipos de colchón estudiados. Más aún, el análisis estadístico de los datos no ha encontrado correlaciones significativas entre los valores de la presión de contacto y la comodidad subjetiva. ¿Conocéis algún otro estudio científico sobre este curioso tema?



5 Comentarios

  1. Las camas aparte de dormir se usan para otros rituales menos relajados (aunque sí relajantes). En ciertas dinámicas de pareja la cama absorve parte de la fuerza, haciendo que la persona que esté en medio no quede aplastada, entre una cama dura (yunque) y un martillo (no pongo la metáfora), por eso dormimos en cama y la preferencia por camas con cierta elasticidad.

  2. Pues es una buena pregunta, sobre todo si se le pone la perspectiva de teoria de la evolución. Sea lo que sea lo que nos hace estar incomodos en un lugar duro, no era una desventaja evolutiva.

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