Recogida de firmas en contra del nuevo Estatuto del Personal Docente e Investigador

Por Francisco R. Villatoro, el 10 julio, 2011. Categoría(s): Ciencia • General • Noticias • Recomendación

Recogida de firmas CONTRA EL BORRADOR DEL ESTATUTO DEL PERSONAL DOCENTE E INVESTIGADOR.

Una de las grandes promesas de esta legislatura del PSOE era el nuevo Estatuto del Personal Docente e Investigador de las Universidades Públicas Españolas. «Más de dos años después de que se redactara el primer borrador, con un cambio de ministerio y sucesivos retoques, al Ministerio de Educación le queda ya muy poco margen para aprobarlo en lo que queda de legislatura. Pero en el ministerio están decididos a hacerlo. Sin embargo, un nutrido grupo de académicos encabezan una firme oposición al proyecto. El secretario general de Universidades, Màrius Rubiralta, insiste en que el borrador está en una etapa inicial, pero los detractores del proyecto piden su retirada. Consideran que todas esas medidas supondrán una burocracia insoportable para la Universidad y no aceptan bajo ningún concepto que la gestión sea una forma de escalar en la carrera académica. Tampoco están de acuerdo con la orientación preferente a la gestión ni a la docencia, pues les parece una excusa o un refugio para que puedan escalar quienes no quieren asumir su verdadera responsabilidad como profesores universitarios, esto es, tanto investigar como dar clase. Y no les gusta lo que consideran un excesivo peso de los representantes sindicales en cuestiones estrictamente académicas, como los criterios generales de la asignación de tareas a los profesores o de la progresión profesional. Ya han firmado el manifiesto académicos de prestigio como Miguel Ángel Alario (presidente de la Real Academia de Ciencias), Rafael Argullol, Fernando Savater, Julio Carabaña o Francisco Rico

El Estatuto del PDI se ha hecho esperar y su Borrador actual ha decepcionado a muchos. «El estatuto del docente universitario, que tenía que llegar para hacer más atractiva y clara la carrera de los docentes e investigadores de la educación superior pública, se ha convertido en un foco de tensión dentro de los campus. Hasta tal punto de que un amplio sector de docentes e investigadores se ha unido para pedir la retirada de un proyecto que lleva negociándose más de dos años. Lo consideran dañino para la calidad de las universidades públicas, porque las «burocratiza», las sindicaliza y va contra los intereses de los jóvenes talentos.»

Los extractos entre comillas son del artículo de J. A. Aunión, «Académicos denuncian el estatuto que «burocratiza» la Universidad,» El País, 09/07/2011. Permíteme un resumen del manifiesto (sin que ello implique que no te lo debas leer entero antes de firmar).

DEBES FIRMAR EL MANIFIESTO PORQUE:

1. El profesorado universitario ya conoce de sobra en qué consisten las tareas de docencia e investigación, pero en ninguno de los diecisiete apartados del Artículo 10.1 del Borrador se alude al investigar como tal, a la pura, elemental y básica actividad de estudio y experimentación en laboratorios, bibliotecas o despachos. Ni una sola referencia al mero investigar, a la simple y básica producción de conocimientos.

2. El artículo 13.2 pretende que entre el profesorado existan perfiles diversos, más que nada para que quienes no investigan puedan disculparse con el argumento de que su orientación es fundamentalmente docente, y como pretexto también para que las universidades abaraten costes al exigir más docencias a los que se escuden en dicho perfil. Por contra, la exigencia de dedicación y calidad docente e investigadora no debe aminorarse en ningún caso, [no debe fomentarse a] los que prefieren cultivar la pereza o refugiarse en labores inútiles y parasitarias, como algunas de las que en este Estatuto se estimulan.

3. Denunciamos el trato de privilegio que se otorga a las actividades de gestión universitaria y la correspondiente discriminación, por comparación, de las labores de docencia e investigadoras. Propugnamos un modelo universitario en el que dichos cargos sean pocos y con funciones bien precisas, y que los profesores reciban estímulo y premio nada más que por su dedicación investigadora o docente.

4. Discrepamos del poder que se regala a los sindicatos a la hora de decidir asuntos cruciales [de] la institución universitaria. Manifestamos nuestro desacuerdo con que para la promoción horizontal como profesor titular o catedrático se deba “tener en cuenta las actividades sindicales”.

5. En cuanto a la carrera docente del profesorado, rechazamos del modo más tajante la nueva carrera horizontal a modo de subterfugio o falso consuelo. El juego de jerarquías “horizontales” que ahora se introduce trata de oscurecer los crecientes obstáculos para la progresión de profesor titular a catedrático, ofreciendo el vano consuelo de que pueda haber profesores titulares acreditados para catedráticos que no tengan cátedra, pero que estén en situación para presumir de que cuentan con los puntos necesarios hasta para el cuarto nivel de catedrático, el más alto de los tres niveles horizontales.

6. Nos oponemos, por absurdo, disfuncional y contrario a los fines esenciales de las universidades, al sistema retributivo basado en el concepto de “carrera horizontal académica”. Cada tramo de los tres que forman la carrera horizontal académica de titulares y catedráticos se otorga sobre la base de una evaluación positiva que ha de contemplar los siguientes criterios generales (art. 16.4): antigüedad en el empleo público universitario, méritos docentes, méritos de investigación, méritos por innovación y transferencia de conocimiento, méritos de dirección y gestión académica y formación.

7. Por último, expresamos nuestra más firme oposición a los “Criterios básicos para la evaluación de la carrera horizontal académica”. La mera antigüedad (el tranquilo pasar de los años calentando la silla) [permite] alcanzar un máximo de 20 puntos, mientras que el máximo por investigación es de 50 puntos. Por “dirección y gestión académica universitaria” los puntos totales pueden llegar a 30, y cabe conseguir hasta 40 puntos en razón de “méritos por innovación y transferencia de conocimientos” (entre estas actividades aparecen numerosas tareas de gestión burocrática de la investigación que se consideran investigación, a la luz del art. 10). No podemos aceptar que se pueda acceder a la condición de catedrático sin un solo mérito científico y la “cima horizontal” de los catedráticos sin un sólo punto por investigación, ni uno. En cambio, quien se haya concentrado absolutamente en la investigación y la docencia, con magníficos resultados objetivos en lo uno y lo otro, pero no haya buscado cargos y no sea bastante viejo para que la antigüedad le compute por antiguo en la casa…, se queda sin la cátedra, no llegará ni a cien puntos.

El sistema que con el Borrador de Estatuto se quiere perpetrar está perfectamente pensado para que ningún brillantísimo investigador y docente alcance la cátedra relativamente joven, pero para que todos los viejos que se han dedicado a cuanto impide la buena investigación y la concentración en la docencia se puedan hacer catedráticos de bien mayores.

Cuerpo único, pero cuerpo viejo y sumiso, ése es el lema de esta norma.



Deja un comentario