Todo el mundo sabe que la imagen de las películas que muestran hombres y dinosaurios luchando por la supervivencia es del todo errónea. Sin embargo, mucha gente cree por error que los dinosaurios no convivieron con los mamíferos hasta justo antes de su extinción y que se trataba de pequeños mamíferos similares a las musarañas. Todo lo contrario, los primeros mamíferos aparecieron en el triásico medio, hace más de 200 millones de años y hay pruebas fósiles de mamíferos gigantes que incluso se comían a pequeños dinosaurios. El ejemplo más famoso es Repenomamus giganticus, un tejón gigante que vivió hace 130 millones de años (en el Mesozoico), que convivió con los dinosaurios durante más de 65 millones de años. Medía más de un metro de largo y era capaz de comer dinosaurios jóvenes. El descubrimiento de esta especie se publicó en Nature en enero de 2005; en dicho artículo se documentaba la presencia de huesos de un individuo joven de Psittacosaurus («dinosaurio con cabeza de loro» vegetariano) en el lugar donde se debía encontrar el estómago del Repenomamus, prueba casi indiscutible de que formaba parte de su dieta. El Repenomamustenía el tamaño de un perro grande y su mandíbula era similar en tamaño a la de un zorro. Más información en Michael Hopkin, «Prehistoric badger had dinosaurs for breakfast. Fossil of a surprisingly large, carnivorous mammal is discovered in China,» Nature News, Published online 12 January 2005 [acceso gratuito]. Información más técnica en Anne Weil, «Mammalian palaeobiology: Living large in the Cretaceous,» News and Views, Nature 433: 116-117, 13 January 2005, y en el artículo técnico de Yaoming Hu, Jin Meng, Yuanqing Wang & Chuankui Li, «Large Mesozoic mammals fed on young dinosaurs,» Nature 433: 149-152, 13 January 2005.
El esqueleto de R. giganticus fue hallado en Liaoning, China. Los grandes caninos y los incisivos afilados de la dentadura de este gran animal deja pocas dudas sobre su dieta, era carnívoro, pero la prueba más indiscutible fueron los huesos de Psittacosaurus encontrados en la caja torácica de un R. robustus (otro tejón mesozóico) en la posición donde se encuentra el estómago de los mamíferos. El cráneo y la mayor parte del esqueleto del Psittacosaurus estaban rotos y desarticulados, como si el animal hubiera sido desmembrado y tragado a trozos. Se estima que la cabeza del Psittacosaurus tenía un tamaño de unos 140 mm, del orden de un tercio de la longitud de la cabeza del R. robustus. Además de su contenido estomacal, otras características de Repenomamus corroboran que se trataba de un carnívoro depredador.
Esta entrada participa en el XV Carnaval de Biología, organizado por Hablando de Ciencia. «El tema de los artículos es libre, aunque Hablando de Ciencia han elegido como tema recomendado “DINOSAURIOS (y otras criaturas extintas)”. Esta edición del Carnaval empezó el día 26 de julio y durará hasta el día 31 de agosto.»
Muy interesante el artículo, no sabía nada de esos mamíferos mesozoicos. Lo que no me gusta tanto es el término «prehistóricos», y la asignación del artículo a la etiqueta o tag «Prehistoria». Puede que en el mundo anglosajón, y en general en el periodismo científico, sea habitual usar estos términos a la ligera, pero pienso que no debería serlo porque introduce mucha confusión conceptual. La prehistoria comienza con el género Homo hace unos 2,5 millones de años, con la primera industria lítica, del paleolítico inferior. Por tanto, sin seres humanos de por medio no hay prehistoria ni animales prehistóricos. Un saludo.
Gracias, Francisco Javier, tienes toda la razón del mundo.
La verdad, llamar «mamíferos gigantes» a animales que pesaban 14 kg (http://en.wikipedia.org/wiki/Repenomamus#Size) me parece absurdo. Lo cierto es que los mamíferos verdaderamente gigantes, como Megatherium, aparecieron tras la extinción de los dinosaurios.
Cierto, Daniel, «gigantes» comparados con las musarañas, pero no con las ballenas.