«Todos sentimos la soledad en algún momento de nuestras vidas. No es extraño, porque como dijo Jacques Monod, «el hombre está solo en la inmensidad indiferente del universo.» Y nosotros lo sabemos, lo hemos sabido siempre. Si somos excepcionales es porque somos únicos. (…) El Proyecto Genoma Neandertal, la comprensión de las secuencias de ADN neandertales, estas «palabras en el tiempo,» como dice el verso de Antonio Machado, nos llevará a replantearnos el significado del concepto de humanidad, nos definirá como especie y nos ayudará a encontrar, después de tantos miles de años, nuestro lugar definitivo en el mundo natural.» Así empieza y acaba el primer capítulo del estupendo libro «Palabras en el tiempo. La lucha por el genoma neandertal,» de Carles Lalueza-Fox, editado por Crítica, Bacelona, febrero de 2013.
Uno de los mejores libros de divulgación en español que he leído en los últimos años. Una lectura apasionante, muy, muy recomendable. Incluso si no te interesan la paleogenética y la paleogenómica, te encantará el estilo literario de esta autobiografía científica de Lalueza-Fox (el paleogenetista español más reputado). La excusa del libro es contar la historia de su artículo más importante, Richard E. Green et al., «A Draft Sequence of the Neandertal Genome,» Science 328: 710-722, 07 May 2010, resultado de su colaboración con Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Leipzig, «un tipo larguirucho y un poco desgarbado, una de las primeras personas que recuperó ADN de restos del pasado, [algo así] como el hermano mayor de todos los paleogenetistas.»
Svante Pääbo ha sido protagonista de la gran noticia de la ciencia española esta semana, la secuenciación del ADN mitocondrial extraído del Fémur XIII de la Sima de los Huesos (Atapuerca, Burgos). ADN humano de hace 400.000 años (Pleistoceno Medio) que pertenece a la especie Homo heidelbergensis, que presenta rasgos de neandertales arcaicos, pero que, para sorpresa de los paleontólogos, es un ADNmt con un gran parecido el de los denisovanos (Homo denisoviensis), cuyos restos fósiles se encuentran en Siberia. Habrá que confirmar este parecido con el ADN nuclear, pero la hipótesis es que evolucionaron por separado a partir de un antepasado común hace entre 700.000 y 500.000 años.
«Svante Pääbo había trabajado con Allan Wilson, el pionero de los estudios evolutivos a partir de datos moleculares, y había convertido esta incipiente curiosidad técnica en un campo científico respetable con la primera recuperación de ADN mitocondrial de un neandertal (el resto alemán de Feldhofer I) en el año 1997.» Lalueza-Fox nos cuenta en el capítulo 2 su primera relación con Atapuerca en «El Sidrón: el primer ADN neandertal ibérico.» Su inicio es rotundo: «Las grandes aventuras comienzan en hechos intranscendentes, en conversaciones casuales, porque el futuro es una concatenación impredecible de pequeñas causas y efectos. (…) En febrero del año 2004, me trasladé a Madrid para tomar muestras de El Sidrón. (…) Los dientes son buenos receptáculos de ADN. (…) Sin embargo, la cantidad de polvo de diente que uno puede obtener taladrando en la cavidad pulpar de un diente es ínfima. Yo me tuve que conformar con menos de un cuarto de gramo. Con la maleta apenas más pesada y un resfriado fabricado en la capital volví a Barcelona.»
«En la primavera del año 2004 me dediqué a intentar amplificar diferentes fragmentos del ADN mitocondrial a partir del extracto de El Sidrón SD 441. (…) Pasé varias semanas trabajando en el laboratorio sintiendo una creciente frustación. (…) Decidí probar en un último intento un fragmento altamente específico pero muy corto, de sólo 31 nucleótidos. La tarde del 27 de abril, bajo la luz ultravioleta, vi que había una banda muy débil y del tamaño correcto en el gel resultante. (…) Para poder clarificar los productos de la PCR, lo que hacemos es clonarlos en bacterias. (…) Así procedí con mi pequeña banda de ADN, cultivando decenas de bacterias en placas de cultivo y generando sus secuencias. El 19 de mayo, (…) una tras otra [las secuencias] eran secuencias humanas modernas, pero al llegar a la décima, presentaba cuatro cambios únicamente descritos en neandertales. Me quedé atónico un largo rato. (…) El fragmento de ADN de El Sidrón era idéntico al encontrado en varios neandertales, pero no en todos. (…) El artículo con los resultados fue aceptado en la revista científica Molecular Biology and Evolution. (…) Al cabo de unas semanas, recibí una invitación del Max Planck para dar una charla en el instituto [de Svante Pääbo] y explicar mis resultados con El Sidrón. (…) Me di cuenta fnalmente de que había cumplido un sueño, y pensé, también, que debía de empezar a buscar un nuevo objetivo inalcanzable.»
He disfrutado mucho con este libro de Lalueza-Fox. En el capítulo 7 nos cuenta: «Estoy en Villamayor, después de visitar El Sidrón nuevamente en septiembre de 2007. Svante ha venido también a conocer el yacimiento, que le ha impresionado vivamente. (…) Después de visitar la galería, Svante ha querido seguir el sistema cárstico un par de centenares de metros más allá, abandonando la seguridad de las luces que los arqueólogos tienen instaladas allí. Hemos llegado a un punto lejano donde la oscuridad y el silencio absolutos aniquilan las percepciones. Pienso que en este espacio infinito sin tiempo, donde un día son mil años y mil años un día, como en la epístola de san Pedro, han aguardado los neandertales a ser descubiertos.»
«El lenguaje siempre se ha considerado una característica esencial para definir nuestra humanidad. (…) La familia KE presenta graves poblemas en el lenguaje hablado. (…) En 1998 se localizó la causa, un gen llamado FOXP2 localizado en el cromosoma 7. (…) Si el gen FOXP2 funciona mal, se desarrollarán mal las estructuras neurales esenciales para el habla y el lenguaje. (…) Svante estudió el gen FOXP2 en primates. En humanos difiere del resto de los primates en dos cambios de aminoácidos en el exón 7. (…) En la primavera de 2007, en apenas unas jornadas de trabajo en el laboratorio, Hannes, Ludovic y yo, bajo la batuta de Svante, mostramos que el gen FOXP2 en neandertales es igual que en humanos. Al menos en aspectos cognitivos relacionados con el lenguaje, yo creo que no debían ser muy distintos de nosotros.»
Cada capítulo del libro de Lalueza-Fox es más apasionante que el anterior, si cabe. El octavo nos habla de los grupos sanguíneos (gen ABO) de los neandertales. El noveno empieza con una anécdota de George H. W. Bush (padre), su famoso «No me gusta el brócoli. Soy el presidente de Estados Unidos y no voy a comer más brócoli.» Nos habla de la percepción del gusto amargo (percepción de la PTC o feniltiocarbamida). Y así sucesivamente, hasta llegar al capítulo 12, «El genoma neandertal y el denisovano: el cambio de paradigma.»
No quiero que esta entrada sea un spoiler de este libro, ideal para entender el contexto de la gran noticia científica de esta semana en España. Sólo puedo acabar diciendo que yo he disfrutado muchísimo este libro y que lo quiero releer (aprovecharé este fin de semana).
Coda final. Las figuras están extraídas del artículo de Alicia Rivera, «El ADN más antiguo está en Atapuerca,» El País, 04 Dic 2013.
La soledad es un no existir. “el hombre está solo en la inmensidad indiferente del universo», no lo creo, el hombre construye el universo al percibirlo y a su vez es parte de él, ¿que es un hombre aislado?, pues nada, el hombre hace a su medio y a su vez ese medio le permite la existencia.
¿que palabra dice un niño que no se le ha enseñado a hablar? pues fácil ese niño no habla.
¿como son los primeros pasos de un niño que no ha visto nunca a un hombre caminando? pues ese niño no camina .
El ser humano no es genética sino sociedad y la sociedad no existe sin lenguaje, la genética no determina que seamos humanos
Algunas cosas que dices se pueden compartir «reneco», pero otras son extremismos infundados, por ejemplo, «El ser humano no es genética sino sociedad y la sociedad no existe sin lenguaje».
Si eso fuera cierto una colonia o sociedad de hormigas sería humana, porque es sociedad. Además hay que especificar lo que entiendes por lenguaje: ¿químico?, ¿acústico?, …
El hombre «hace su medio» relativamente, después de un colosal esfuerzo evolutivo, adaptativo, cultural, tecnológico, etc y eso requiere mucho tiempo para todas las especies. Los cambios bruscos de ambiente han desembocado en extinciones masivas a lo largo de la evolución.
El hombre, como las demás especies, es el resultado de la interrelación entre genética y medio ambiente (la metilación del genoma es una consecuencia de ello). Y en unas el aspecto social es más relevante que en otras, como por ejemplo, en la especie humana.
El lenguaje al que me refiero es a coordinación de ideas, eso no lo hace ninguna sociedad de insectos (la definición de lenguaje que ocupo es coordinaciones de coordinaciones conductuales consensuales).
Cuando hablo de medio no es una realidad absoluta independiente del organismo que lo habita, el medio es lo que percibimos y eso nos permite desenvolvernos en el y a su vez gatilla los cambios necesarios que se reflejan como una deriva, (organismo y medio sé gatillan mutuos cambios estructurales bajo los cuales permanecen recíprocamente congruentes)
La genética aislada no implica sociedad, una analogía, la genética es como el hardware de un computador y la cultura es algo heredado externo a los genes que sería como el sistema operativo (Windows o Linux), los dos juntos pueden crear sociedad, pero la genética sola es como un computador sin sistema operativo, no funciona.
Los pocos casos de bebes aislados ( niños ferales) que se conocen no hablan ni caminan y solo admiten comportamientos del ambiente que permite su subsistencia, hay que mencionar que un bebe aislado se muere aunque tenga un vaso con leche al lado