Monya Baker nos cuenta en Nature que Twitter es una red social que puede ayudar a muchos científicos. No sólo a ampliar su red de contactos, sino también a encontrar trabajo o mejorar el número de citas a sus artículos. Nos lo ilustra con varios ejemplos, como el de Cassidy Sugimoto (Univ. de Indiana en Bloomington, EEUU) quien afirma que ha logrado que su investigación sea más multidisciplinar. Nos lo cuenta en Monya Baker, «Social media: A network boost,» Nature 518: 263-265, 12 Feb 2015, doi: 10.1038/nj7538-263a.
Pocos científicos e ingenieros usan Twitter. Sólo el 12% según un estudio online realizado en 2014 por Nature. El estudio se realizó con una muestra de más de 3000 científicos e ingenieros (Richard Van Noorden, «Online collaboration: Scientists and the social network,» Nature 512: 126-129, 14 Aug 2014, doi: 10.1038/512126a). Un estudio reciente del Pew Research Center, Washington DC, afirma que casi el 25% de los adultos estadounidenses con acceso a internet están en Twitter. ¿Por qué pocos científicos e ingenieros usan Twitter? Quizás por que no saben lo que les puede ofrecer en su investigación (opina Sugimoto).
El microblogging permite crear una red virtual de contactos que puede ser muy útil. En Twitter se pueden buscar personas con intereses afines, publicaciones científicas, mantener debates y discusiones, o acceder a cierta información publicada en conferencias sin asistir en persona. Pero también es una fuente de cotilleos, como el cambio de institución de algún científico, que deja un puesto libre que pronto será ofertado. Una buena estrategia de uso en Twitter puede tener beneficios en la carrera académica de un científico.
Un buen ejemplo es Thea Whitman, que en 2013 era estudiante de doctorado en pedología* en la Univ. de Cornell en Ithaca, Nueva York. Se enteró por Twitter de una plaza postdoctoral ofertada en la Univ. de Wisconsin-Madison; ella no hubiera pensado en esta plaza si no hubiera sido por los comentarios por Twitter que leyó en relación con dicha oferta. Solicitó la plaza, superó la entrevista y consiguió el trabajo (empieza en enero 2016 cuando termine su actual postdoctorado en la Univ. de California, Berkeley).
En el otro lado tenemos al biólogo Matthew MacManes, Univ. de New Hampshire, Durham, que tuiteó el enlace de la web de una plaza en su departamento; recibió unos 10.000 retuits y en dos semanas habían accedido más de 200 personas a los detalles de la solicitud. En su opinión muchos candidatos nunca se habrian enterado si no hubiera sido por Twitter. Para un empleador tener un mayor número de candidatos permite seleccionar alguien con un perfil más adecuado para la plaza.
Según el biólogo evolucionista Iain Couzin, del Instituto Max Planck para la Ornitología en Konstanz, Alemania, Twitter se está convirtiendo en una herramienta que ayuda a los empleadores a encontrar excelentes científicos jóvenes. No sólo gracias al incremento en el número de candidatos. También se puede cotillear su actividad online para averiguar su conocimiento científico y sus intereses interdisciplinarios.
Por supuesto, muchos científicos de mayor edad piensan que sólo usan las redes sociales quienes no tienen otra cosa mejor que hacer. Según Jessica McCarty, pedóloga en el Michigan Tech Research Institute, en Ann Arbor, Twitter «es un arma de doble filo.» Por ello algunos científicos optan por no usar sus nombres reales y evitar posibles conflictos con sus empleadores actuales y futuros.
Sugimoto va más allá. Piensa que las redes sociales están cambiando el ecosistema de la investigación académica. Muchos estudiantes pueden dirigirse hacia un tema de investigación sin necesidad de que les guíe un investigador principal. En especial en campos multidisciplinares donde es difícil encontrar un único supervisor que domine los múltiples temas involucrados. Twitter puede permitir crear redes de apoyo a la investigación que serían imposibles en el mundo físico. Así lo afirma también Caleph Wilson, inmunólogo de la Univ. de Pennsylvania, que participa en un foro semanal para afroamericanos que trabajan en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). Según Wilson, muchos científicos jóvenes pueden aprender mucho de ellos.
En resumen, Monya Baker opina en Nature que Twitter es un herramienta poco usada que tiene mucho potencial. Ella recomienda a todos los científicos e ingenieros que vivan una experiencia en Twitter. Quizás pueda cambiarles la vida…
* La pedología (del griego «pedon» o πέδον, suelo, tierra, y «logia» o λογία, estudio o tratado) es el estudio geoquímico de los suelos en su ambiente natural. Una de las dos ramas de las ciencias del suelo, siendo la otra la edafología.
Interesante post, aunque muchas de las conclusiones del artículo son muy evidentes. Que Twitter es una herramienta de difusión que puede dar mucha visibilidad a tus ofertas de empleo.
Yo creo que es una herramienta igual para científicos y no científicos. No es como Researchgate que es exclusiva para científicos (y muy práctica, por cierto). Entonces mucha gente tiene miedo de que le acusen de procastinar si es muy activo en las redes sociales. Es algo además muy visible, porque si yo paro de trabajar para ver un vídeo en youtube sólo mis compañeros me ven, ahora si estoy todo el rato twiteando se entera gente de todo el mundo.