Ya puedes escuchar el podcast iVoox del Programa 154 de La Fábrica de la Ciencia, “El Método Científico. Filosofía de la Ciencia», en el que Jorge Onsulve Orellana, @jonsulve, me ha entrevistado sobre el tema del día. Como siempre una transcripción más abajo.
Recomiendo leer a Mario Bunge, “La ciencia. Su método y su filosofía”, Laetoli (2012) [144 pp.; PDF], Ruy Pérez Tamayo, «¿Existe el método científico?», La Ciencia para Todos (1998) [edición web], y Arturo Rosenblueth, «El método científico», CINVESTAV (1971) [94 pp.; edición web], entre otros libros sobre filosofía de la ciencia.
Para hablar del método científico, creo que conviene empezar por el principio. ¿Qué es la ciencia? Muchos científicos que hacen ciencia no sabrían definirla. Un filósofo de la ciencia diría algo como el conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y falible sobre la realidad. Muchos adjetivos, pero seleccionar alguno de ellos conlleva problemas. Por ejemplo, afirmar que toda afirmación científica tiene que ser falsable, siguiendo a Karl Popper, no es suficiente. La ciencia es una actividad social y algo es científico si hay un consenso entre los científicos de que lo es, y no lo es en caso contrario. La ciencia es una actitud hacia la adquisición de conocimiento per se. La ciencia se convierte en tecnología cuando se aplica a mejorar el medio natural y artificial, a inventar y fabricar bienes materiales y culturales. Hay muchos tipos de ciencias. Por ejemplo, las ciencias fácticas son las que usan la observación y el experimento para verificar (confirmar o refutar) sus hipótesis o conjeturas, que siempre son provisionales. Hay ciencias fácticas naturales (que estudian la Naturaleza) y sociales (que estudian la sociedad).
Hay científicos que afirman que saben si una materia es ciencia o no es ciencia. Por ejemplo, ¿las matemáticas son una ciencia? Sí, la mayoría de los filósofos de la ciencia contemporáneos afirmaría que, con todo rigo, las matemáticas son una ciencia. Por supuesto, no es una ciencia natural que busca el conocimiento objetivo, los hechos y las informaciones sobre la realidad. Pero hay ciencias que no son ciencias naturales. La lógica, la matemática y una buena parte de la física teórica son ciencias formales que buscan de forma racional, sistemática y verificable el conocimiento sobre entes abstractos, que sólo existen en la mente humana. Los lógicos y los matemáticos, y ciertos físicos teóricos, construyen los objetos que estudian y deducen sus propiedades (son ciencias deductivas). Sus verdades son eternas, a diferencia de las ciencias fácticas, cuyas verdades siempre son provisionales.
Hoy en día hay muchas pseudociencias que son muy populares. Muchas pseudociencias podrían ser preciencias, es decir, ciencias en estado emergente que en un futuro se podrían volver ciencias de pleno derecho. ¿Realmente se puede marcar una diferencia clara entre ciencia y pseudociencia? Cuando los científicos nos dirigimos a un público general solemos afirmar con rotundidad que sabemos la diferencia entre ciencia y pseudociencia. Que sabemos que el psicoanálisis o la homeopatía son pseudociencias. Sin embargo, en muchos casos la distinción no es tan fácil como parece. Y no puede basarse en un único criterio. La gran diferencia entre ciencia y pseudociencia es la actitud de quienes la practican. Las pseudociencias se basan en dogmas y creencias, mientras que las ciencias se basan en el escepticismo sistemático y organizado. Los que practican la pseudociencia suelen afirmar que sus leyes e hipótesis son verdaderas sin rubor. Los científicos por contra deben afirmar siempre que sus leyes e hipótesis son falsas y están en un proceso de construcción. Las pseudociencias están hechas de respuestas, mientras que las ciencias están hechas de preguntas. En ciencia toda respuesta conlleva muchas preguntas sin respuesta. Las explicaciones científicas se corrigen o descartan sin cesar. El científico no es un acumulador de conocimientos sino un generador de problemas. La ciencia está abierta, no es sabiduría (un sistema cerrado de conocimientos), como pretende ser la pseudociencia
La mayoría de las veces se afirma que las pseudociencias no usan el método científico y por ello no son ciencias. ¿Si se aplica el método científico a una pseudociencia se puede transformar en ciencia? No, lo siento, no es posible. La ciencia puede estudiar cuestiones especulativas que están en el borde del conocimiento. A veces se habla de preciencia o de protociencia cuando se usan los métodos científicos en cuestiones especulativas. Sin embargo, lo que hay recordar es que lo que diferencia la ciencia de la pseudociencia es la actitud de quien la practica. El pseudocientífico se considera un sabio, pero el científico sabe que es un ignorante. El conocimiento científico es metódico, usa un método que es comunicable, verificable, repetible, sistemático, explicativo, … Pero no es un método concreto el que diferencia entre pseudociencia y ciencia, lo importante es la actitud. La ciencia trata de racionalizar y explicar la experiencia, los hechos observados en términos de leyes y las leyes en términos de principios. Y gracias a ello la ciencia es predictiva, abierta y útil.
El conocimiento científico es metódico, luego usa el método científico. Pero, ¿qué es exactamente el método científico? El concepto de método científico fue desarrollado por los filósofos de la ciencia entre los siglos XVII y XIX, cuando ciencia era sinónimo de física y astronomía. La biología, la geología o la medicina no eran ciencias. En el siglo XX el panorama de la ciencia ha cambiado radicalmente. Por ejemplo, «El origen de las especies» de Darwin y la teoría de la evolución no se consideraron parte de la ciencia hasta el siglo XX. La colosal transformación de la ciencia en el siglo ha llevado a que el concepto de EL método científico, el único e indiscutible, haya quedado obsoleto. La ciencia es tan compleja y heterogénea que es imposible identificar un método que sea común a todas a ellas. En rigor debemos hablar de los métodos científicos. Cada rama de la ciencia tiene sus propios métodos y, de hecho, los grandes científicos son los que aportan su propio método científico, que transmiten a modo de escuela a sus seguidores. En algunas ciencias todos estos métodos tienen una intersección no nula, pero pequeña. Pero, en general, la intersección es nula si se toman todas las ramas de la ciencia. Lo más próximo al concepto de método científico es la actitud del científico. Lo que hoy se llama «método científico» no es una lista de recetas para dar con las respuestas correctas a las preguntas científicas, sino el conjunto de métodos usados para plantear problemas científicos y para poner a prueba hipótesis científicas. El arte de formular preguntas y de probar respuestas es todo menos un conjunto de recetas. Uso la palabra «arte» siguiendo a Mario Bunge, como sinónimo de feliz conjunción de experiencia, detreza, imaginación, visión y habilidad para realizar inferencias.
En los libros de filosofía de la ciencia se estudian diferentes métodos científicos que han propuesto diferentes corrientes filosóficas, como el método inductivo-deductivo o el hipotético-deductivo. ¿Ya no son válidos estos métodos científicos del pasado en la actualidad? Los filósofos de la ciencia del pasado han tenido un enfoque reduccionista, tratando de reducir todas las ciencias a una sola, la ciencia, y todos sus métodos a uno solo, el método científico. Aunque haya científicos y filósofos que aún se aferren a esta idea, en rigor, hoy en día esta visión está obsoleta. La ciencia es mucho más rica que lo que nos cuentan los antiguos libros de historia de la ciencia. En muchos libros de filosofía de la ciencia aún se puede leer que hay cuatro categorías de métodos científicos: El método inductivo-deductivo de los empiristas y positivistas, el método a priori-deductivo de los idealistas y racionalistas, el método hipotético-deductivo de Kant o Popper, y la ausencia de tal método de la mayoría de los racionalistas contemporáneos. Muchos filósofos han filosofado sin ensuciarse las manos, no han hecho ciencia y se han puesto a hablar de ciencia como si tal cosa. Quienes han explorado desde un enfoque sociológico cómo se hace ciencia han descubierto que, como muchas otras actividades humanas, el reduccionismo del pasado es un lacra a evitar.
Para un público no profesional y para muchos científicos sin formación en filosofía de la ciencia, el método científico es el método inductivo-deductivo. ¿En qué consiste el método inductivo-deductivo? La idea básica es que existe un mundo real que es el objetivo de la investigación científica. Los científicos anotan lo que observan en la realidad con sus sentidos (sean naturales o artificiales, gracias a instrumentos científicos) e infieren principios generales que explican los hechos registrados. Estos principios permiten predecir otros hechos aún no observados, cuya observación ratifica la validez del conocimiento adquirido. La física moderna, en especial, la física cuántica ha puesto en entredicho la aplicación de este método a la Naturaleza. En muchas otras ramas de la ciencia tampoco es aplicable. Más aún, la idea de que la ciencia nace de las observaciones individuales, que se generalizan hasta superar los observados y hacer predicciones cuya confirmación las refuerza y cuyo fracaso las debilita no corresponde a cómo se hace ciencia y cómo se ha hecho ciencia desde el siglo XIX. El científico no es un naturalista que observa, sino que toma una papel activo y diseña instrumentos para observar. Sus instrumentos alteran la realidad, la moldean y en muchas ciencias no sabemos hasta donde todo nuestro conocimiento es resultado de sesgos cognitivos y hasta donde refleja algún tipo de realidad subyacente.
Esta idea nos lleva a la cueva de Platón y a la crítica de la razón pura de Kant. Todo esto está en línea del método a priori-deductivo, ¿en qué consiste este método? El método a priori-deducivo antepone la posición del observador a la existencia de la realidad subyacente. La razón establece los principios generales que regulan el conocimiento que podemos acceder de la naturaleza y a partir de estos principios interpretamos la realidad; la experiencia de nuestros sentidos e instrumentos científicos no nos muestran la verdadera realidad, que como decía Kant nos está vedada. Nuestra imagen de la realidad podría ser muy diferente si tuviéramos otros sentidos o si tuviéramos otros instrumentos científicos. En la labora científica el papel del observador es imposible de eliminar y altera hasta el extremo todo lo que podemos llegar a conocer. La físíca cuántica durante el siglo XX ha reivindicado esta situación, ya que muchos de los objetos físicos que usa son imposibles de acceder de forma directa (la función de onda cuántica o los campos cuánticos). Solo podemos realizar observaciones indirectas en las que el observador interfiere con lo observado y lo altera de forma imposible de evitar. Muchos conceptos fundamentales de la la ciencia humana podrían ser completamente diferentes para una civilización extraterrestre. Incluso nociones a priori tan básicas como las nociones de tiempo o espacio, o las relaciones de causalidad o de existencia, dependen fuertemente del observador según los defensores del método a priori-deductivo.
Hoy en día está de moda hablar del falsacionismo de Popper. Toda teoría científica debe ser falsable para ser científica. Las creencias pseudocientíficas o religiosas no son falsables, luego no son científicas. ¿Qué nos puedes decir del método hipotético-deductivo? El método propuesto por Hume y secundado por Popper y muchos otros afirma que la investigación científica consiste en lanzar hipótesis, que anteceden y determinan a las observaciones. El científico, gracias a su conocimiento previo, intuye la realidad y propone una serie de conjeturas, que luego pone a prueba mediante observaciones y experimentos. En este método científico la inducción no desempeña ningún papel y debe ser evitada. La labor del científico es proponer hipótesis que explican la realidad y tratar de refutarlas, tratar de falsarlas. Mientras ningún científico logre falsarlas dichas hipótesis se consideran como parte del conocimiento consensuado por la comunidad de científicos. Sin embargo, cuando alguna de dichas hipótesis es falsada, se elimina y se sustituye por otra. Esta actitud científica propuesta por Popper, su método de ensayo y error, o de conjeturas y refutaciones, ha sido muy criticada por otros filósofos, sobre todo, porque pocos científicos, si es que lo hace alguno, trabaja de esta forma. Como Lakatos, o Kuhn, o Feyerabend, han argumentado, la historia de la ciencia y el quehacer de muchos científicos no corresponde al método hipotético-deductivo. La verdad es que muy pocos científicos que diseñe sus experimentos para intentar demostrar que sus hipótesis son falsas, sino todo lo contrario. Los experimentos se diseñan para tratar de confirmar las hipótesis y el diseño de los experimentos suele estar sesgado para resaltar las señales de dicha confirmación y diluir cualquier otra señal. Popper y otros filósofos han tratado de enseñar a los científicos a hacer ciencia sin ser ellos mismos científicos. Y como es obvio, aunque científicos que de palabra afirmen que siguen sus preceptos, en la práctica nadie sigue métodos científicos puramente deductivos que no apelen para nada a la inducción.
Hablas de métodos científicos y parece que tratas de evitar hablar del método científico como único método. ¿Podemos decir que existe EL método científico? Muchos pensadores modernos afirman sin rubor que la historia de la ciencia nunca ha revelado un único método científico, un conjunto de reglas o prácticas seguidas por la mayoría de los investigadores en sus trabajo. Más bien la historia de la ciencia apunta a todo lo contrario. Quizás hubo un método científico cuando nació la ciencia moderna, pero la explosión de las ciencias, sobre todo en el siglo XX, ha hecho que hoy existan no uno sino muchos métodos científicos. Los métodos científicos usados en física de partículas, en biología molecular o en lingüística no tienen nada en común. Muchos filósofos de la ciencia mantienen una postura anarquista en relación con el método científico. La ciencia es una actividad humana y como tal tan diversa y anárquica como cualquier otra. Que sea anárquica no significa que sea caótica, sino que es muy rica en matices, muy diversa, muy humana y muy bella. La ciencia como labor social se basa en el consenso. La ciencia huye del argumento de autoridad y del dogmatismo. El núcleo de toda teoría científica es un conjunto de hipótesis verificables. Como decía el filósofo operacionista Bridgman el método científico no existe, «la ciencia es lo que hacen los científicos, y hay tantos métodos científicos como hombres de ciencia». Lo más importante en ciencia es plantear problemas (a partir del conocimiento consensuado o leyes generales) y formular preguntas (basadas en modelos teóricos e hipótesis). No es posible encapsular la creatividad de los científicos a la hora de plantear problemas y formular preguntas en un único método científico. Ni se puede enclaustrar la imaginación de los científicos a la hora de diseñar observaciones, experimentos e instrumentos para poner a prueba las hipótesis. Ni tampoco la intuición para extraer conclusiones sobre las teorías, realizar predicciones, reajustar los modelos o sugerir líneas futuras de investigación.
La ciencia es bella. La ciencia es cultura.
¿Porque las matemáticas?
¿Será que su linea transversal contempla las probabilidades de una realidad probabilista? Digo esto porque me recuerda una sentencia que leí alguna vez de platon ¿Porque os atrevéis mortal a profanar con tus dos marcas terrenales la linea recta?
Yo compararía sabiduría con eficiencia de conocimiento integrado, por tanto es cerrado de acuerdo a los intervalos considerados solamente, pero en el fondo no tiene límites.
Genial el artículo, se aprende mucho.
¿Cuales son esas diferencias que dices entre los métodos científicos para la física, biología y demás que hace que no tengan nada que ver y sean varios métodos distintos?
Yo veo planteamiento de hipótesis, comprobación mediante experimentos y refutación o refuerzo de la hipótesis inicial en todas ellas. En otros campos no se, pero en el mío sí que se suele hacer experimentos con intención de atacar tu teoría. De lo contrario no se habría caído la montaña de antiguos dogmas que pesaban sobre mi profesión hasta hace 4 días, pues la odontología fue una rama de la salud que entró tarde en «los tratamientos basados en la evidencia».
Yo al menos lo hago así, también es verdad que no es que no gane dinero haciendo investigación, es que pierdo bastante, lo hago simplemente por currículum y vocación, por lo tanto no tengo la presión detrás de conseguir financiación, ya que trabajo gratis.
Un saludo
A mí se me ocurre sin mucho esfuerzo disciplinas como la astrofísica o la paleontología. Hacer experimentos con agujeros negros o velocirraptores es… difícil (y poco recomendable). La replicabilidad puede ser imposible.
La entrada (y podcast) de Francis me ha recordado mucho a lo que decía Feynman (recomendable su lectura en «¿Está usted de broma, Sr. Feynman?») sobre la ciencia: se trata de ser, sobre todo, honesto. Primero, con uno mismo, para no dejarse llevar por sesgos cognitivos que le motivarían a avalar sus prejuicios en sus estudios y a no buscarle defectos. Y segundo, con el resto de la gente, extendiendo ese principio a los demás.
Esto la homeopatía ya tal, por no contestar de nuevo más abajo.
No tengo nada claro el que dependa la ciencia principalmente de la actitud, pues en el estudio de la naturaleza, por ejemplo, la reproducibilidad es la reproducibilidad, sea el científico el que modifique la naturaleza en sus experimentos o solo la observe, al final, mismo experimento ha de dar idéntico resultados en el espacio y el tiempo.
De la misma forma la falsabilidad es la falsabilidad, lo use el científico o no lo use; eso está ahí; es un arma innegable; yo lo uso constantemente en mi entorno laboral y no soy científico.
Tampoco veo nada claro el hecho de que la forma de trabajar de los físicos, cuando están descartando unas variables de otras a la hora de moldear la naturaleza, se diferencie, realmente, de la forma de abordar otros problemas en la bioquímica, por ejemplo; en nuestro interior todos vamos lanzando hipótesis (llevado por ciertos sesgos) dependiendo a donde nos gustaría llegar y lo contrastamos con la realidad, si nos parece que funciona, lo probamos…En fin, tengo que leer más filosofía de la ciencia.
Si la ciencia es una actitud ¿con qué derecho erigís la vuestra como actitud científica? Me recuerda a las religiones que se consideran abanderadas de la moral. La actitud depende de las personas y vosotros no tenéis nada más en común.
Dice usted que la homeopatía no pasa los métodos de la medicina ¡pero si usted mismo advierte que cada disciplina tiene sus propios métodos! Eso es como comprobar la bioquímica a base de métodos de física de partículas. La homeopatía tiene su filosofía de la ciencia.
Nosotros no albergamos sabiduría si no también preguntas ¿cómo afecta la memoria del agua en la gente? ¿Que naturaleza tiene esta memoria? ¿Porqué solo funciona en una pequeña parte de la población tal que parece placebo desde los métodos médicos?
Creemos que el agua contenida en los organismos no siempre es compatible con la homeopatía. Me dirá que esto es no falsable, pero ¡y qué más da! Usted mismo ha dicho que ni dios hace caso a los métodos poperianos, de hecho no todos lo precisan. Nosotros, no.
Gran artículo, señor Villatoro, ya es hora que saliera a la luz la verdad. O todos somos ciencia, o nadie.
Arrimando el ascua a vuestra sardina homeopática, ¿verdad?
Nuestro anónimo participante pregunta respecto a la homeopatía: » ¿Porqué solo funciona en una pequeña parte de la población tal que parece placebo desde los métodos médicos?
Respuesta: porque si parece placebo, huele a placebo y sabe a placebo… ES PLACEBO.
Eso si, la homeopatía es un gran negocio que genera importantes beneficios económicos sin apenas inversión ni investigación alguna. Por eso, algunos quieren vestirla con los mismos ropajes de la ciencia, para darle ciertos aires de rigor y ver si cuela ante los crédulos consumidores, que las compran con la misma fe que se compraban aquellas pócimas y elixires mágicos del siglo XIX, en el lejano oeste americano.
Y ya puestos a aupar su pingüe negocio homeopático, algunos salen usando el nombre del compañero Pedro e interpretan a su antojo un artículo sobre filosofía de la ciencia en su propio beneficio, negando la mayor.
SalU2
Estimado señor Villatoro, si la ciencia es una actitud no entiendo por qué deberían solo unas disciplinas erigirse como ciencia; con la actitud pasa lo mismo que con la moral, ningún grupo puede atribuirse la bandera de la verdad. Y no teniendo otra cosa en común, creo que la homeopatía es una ciencia como otra cualquiera.
Dice usted que la homeopatía no pasa el método clínico, el de la medicina, ¡pero si usted mismo dice que cada ciencia tiene su propio método!! ¿Por qué nos adjudica usted el de la medicina? Nosotros tenemos nuestra filosofía de la ciencia como la tiene la bioquímica, la cual, nunca pondría a prueba con los métodos de la física de partículas.
Dice usted que la homeopatía solo alberga sabiduría pero no preguntas ¿cómo que no?, ¿de donde viene la memoria del agua? ¿por qué la mayoría de personas no se ven afectadas por la homeopatía?
A la segunda pregunta nosotros suponemos hoy por hoy que se debe a que el agua de esas personas no es compatible, me dirá usted que eso no es falsable ¿y qué? Usted mismo a dicho que lo de la falsabilidad no lo usa ni perry, que no es el MÉTODO en mayúsculas, que hay muchos otros métodos. Nosotros tenemos el nuestro, el de seguir diluyendo productos hasta encontrar los buenos. Muchos éxitos nos abalan.
En definitiva, gracias por este gran artículo donde descubrimos que la ciencia es un mejunje de métodos sin denominador común, excepto la actitud, la cual, la hace entonces, exactamente igual que las ciencias que marginana, como la acupuntura o la homeopatía…etc.
Nota: lamento este post tipo troll, pero no lo he podido evitar; sigo convencido de que hay denominadores comunes más fuertes que la actitud.
Estimado Señor Pedro Mascarós (en el papel de Homeópata recalcitrante):
En su siguiente frase:
«Nosotros no albergamos sabiduría si no también preguntas ¿cómo afecta la memoria del agua en la gente? ¿Que naturaleza tiene esta memoria? ¿Porqué solo funciona en una pequeña parte de la población tal que parece placebo desde los métodos médicos?».
Le incluyo un enlace del ciclo del agua por si no lo sabe:
http://water.usgs.gov/edu/watercyclespanish.html
¿Indica usted que el agua tiene memoria y cuando yo bebo agua estoy consumiendo los desechos orgánicos de miles de millones de personas y animales que han habitado el planeta a lo largo de millones de años?
Considero que la ciencia ha aportado materiales y procesos para que el agua que consumo sea apta para que mi organismo pueda hacer los procesos biológicos básicos con tranquilidad de no coger parásitos o microorganismos dañinos para mi salud. Como muestra, cuando uno viaja y cambia de agua para beber el organismo se resiente y pueden surgir problemas intestinales leves, o muy graves si las condiciones de salubridad no son las idóneas.
Así que, personalmente el agua sin memoria y con sus correspondientes procesos depurativos por una eficaz salud pública.
Reciba cordiales saludos.
Al anónimo participante que tiene la desfachatez de usar el nombre de otro participante:
Lo primero, si quiere defender la homeopatía o lo que sea, lo primero use su propio nombre y no el de Pedro, para encima tildarlo de «recalcitrante». En todo caso, el adjetivo recalcitrante debería aplicárselo a usted mismo, puesto que es usted alguien «aferrado a una opinión o conducta». Le recomiendo que consulte el diccionario de la RAE. Y ya de paso, aprenda que avalar se escribe con V y no como dice usted «Muchos éxitos nos abalan.». Seguramente es un lapsus, dado que lo que hace usted con su propia opinión es alabarse a si mismo. Alabar si lleva B. Ya no me atrevo a señalar lo de «marginana», que aunque lo busco en la RAE no aparece, supongo que será un neologismo construido a partir de marginal y nana, ¿algo así como una nana marginal quizás? Quizás sólo sea un error por el calor del momento, ya que ha escrito su «post tipo troll» como usted reconoce sin rubor.
Supongo que cuando usted afirma que «la ciencia es un mejunje» debe estar pensando en los productos homeopáticos que tan vehementemente defiende. En fin, perdone que le responda de esta manera, pero tampoco lo he podido evitar al ver su torticera e interesada interpretación de las palabras de Francis, además de usar el nombre de otro contertulio, lo cual es una falta de respeto intolerable.
SalU2