He participado en el episodio 132 del podcast Coffee Break: Señal y Ruido [iVoox, iTunes], titulado «Detectada la Materia Perdida; Escudo Planetario para la Tierra; Supernova 1987; Los Anillos de Haumea», 12 Oct 2017. “La tertulia semanal ha repasado las últimas noticias de la actualidad científica.”
En la foto Alberto Aparici @cienciabrujula (por videoconferencia), Francis Villatoro @emulenews (por videoconferencia), Ángel López-Sánchez @El_Lobo_Rayado (por videoconferencia) y Héctor Socas @hsocasnavarro (@pcoffeebreak). «Todos los comentarios vertidos durante la tertulia representan únicamente la opinión de quien los hace… y a veces ni eso. CB:SyR es una colaboración entre el Área de Investigación y la Unidad de Comunicación y Cultura Científica (UC3) del Instituto de Astrofísica de Canarias».
[PS] Corbiportada de Alberto Corbi Bellot para este episodio: «Héctor1 solico en sala Ω pero feliz, escudo planetario, anillos enanos y Sputnik en edad jubilación,» tuit.
Se inicia la tertulia recordando los 60 años del Sputnik y recomendando la lectura de Daniel Marín, «60 años del Sputnik», Eureka, 04 Oct 2017. Como los cálculos de servilleta son una seña de identidad del programa, se discute el nuevo artículo de Manasvi Lingam, Abraham Loeb, «Impact and mitigation strategy for future solar flares,» arXiv:1709.05348 [astro-ph.EP], continuación de su anterior artículo Manasvi Lingam, Abraham Loeb, «Risks for life on habitable planets from superflares of their host stars,» The Astrophysical Journal (2017), arXiv:1708.04241 [astro-ph.EP]. Yo me permito recordar Abraham Loeb, «Cosmic Modesty,» Scientific American (2017), arXiv:1706.05959 [physics.pop-ph].
Se han encontrado nuevas pruebas de que la materia bariónica perdida (entre el 50% y el 90% de toda la materia bariónica que aún no ha sido observada) se encuentra en los filamentos de la web cósmica. Dos artículos han usado el mismo método para hacer visibles estos filamentos gracias al efecto Sunyaev-Zel’dovich térmico; la idea es superponer las imágenes de parejas de galaxias (escaladas y rotadas de forma adecuada) para destacar el efecto SZ a escala cósmica entre ellas debido a los filamentos que las unen. Un artículo ha superpuesto ∼260 mil pares y el otro ~1 millón de pares, obteniéndos en ambos casos una significación estadística de la existencia de estos filamentos de más de cinco sigmas. Más aún, las propiedades de dichos filamentos son compatibles con las predicciones de las simulaciones por ordenador de la formación de grandes estructuras del universo.
No es la primera vez que se anuncia que la materia bariónica perdida está en estos filamentos de la web cósmica, ni será la última, pero haber alcanzado más de cinco sigmas en dos estudios independientes elimina las posibles dudas de muchos cosmólogos en este asunto. Los artículos son Hideki Tanimura, Gary Hinshaw, …, Tilman Tröster, «A Search for Warm/Hot Gas Filaments Between Pairs of SDSS Luminous Red Galaxies,» MNRAS (2017), arXiv:1709.05024 [astro-ph.CO], y Anna de Graaff, Yan-Chuan Cai, …, John A. Peacock, «Missing baryons in the cosmic web revealed by the Sunyaev-Zel’dovich effect,» arXiv:1709.10378 [astro-ph.CO].
Más información divulgativa en Leah Crane, «Half the universe’s missing matter has just been finally found,» New Scientist, 09 Oct 2017, y Suk Sien Tie, «Detecting hot gas in the cosmic web,» Astrobites, 22 Sep 2017.
Aprovechando la presencia de Ángel hemos hablado de la supernova SN 1987A; recomiendo su artículo El Lobo Rayado, «30 años desde la explosión de supernova SN 1987A», Naukas, 24 Feb 2017. Y ya que he hablado de neutrinos, también los míos «La supernova SN 1987A y el nacimiento de la astronomía de neutrinos hace 25 años», LCMF, 28 Feb 2012, y «Un púlsar podría ser la solución al misterio del remanente de la supernova 1987a», LCMF, 01 Dic 2014. Sobre el estado actual de la cuestión de si el remanente de la supernova es una estrella de neutrones (la opinión mayoritaria), recomiendo G. Zanardo, L. Staveley-Smith, …, A. K. Tzioumis, «The Radio Remnant of Supernova 1987A – A Broader View,» arXiv:1707.09503 [astro-ph.HE] (de donde he extraído esta figura con la simulación de la aparición de la onda de choque bajo dicha hipótesis).
La gran noticia astronómica de la semana ha sido el estudio sobre el planeta enano Haumea liderado por Jose-Luis Ortiz del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), España; además de ser muy elíptico y tener dos satélites, Haumea tiene un anillo. Así lo ha mostrado un estudio de su tránsito delante de una estrella (URAT1 533−182543) realizado desde 12 telescopios en 10 observatorios diferentes. Muchos recordaréis la polémica sobre el descubrimiento de Haumea entre el famoso Mike Brown y el español José Luis Ortiz; la resolución de la polémica a favor del español aparece en el capítulo 9 del libro de Mike Brown, «How I killed Pluto and why it had it coming,» Spiegel & Grau (2010).
El nuevo artículo indica que la forma de Haumea (proyectada en dirección hacia la Tierra) tiene ejes principales de 1704 km y 1138 km; esta forma implica que no es un cuerpo que esté en equilibrio hidrostático, uno de los requisitos para ser un planeta enano (y, de hecho, un planeta). Se estima que el eje más grande de la forma elipsoidal del planeta tiene al menos 2322 km (mucho mayor de lo que se pensaba), luego su densidad es inferior a 1,885 g/cm³ (un valor próximo al de Plutón) y su albedo geométrico es de 0,51 (menos de lo que se pensaba). No se ha detectado la presencia de una atmósfera. El anillo observado tien un radio de unos 2287 km y una opacidad de 0,5, siendo el primer anillo descubierto en un planeta enano.
El artículo es J. L. Ortiz, P. Santos-Sanz, …, R. Iglesias-Marzoa, «The size, shape, density and ring of the dwarf planet Haumea from a stellar occultation,» Nature 550: 219–223 (12 Oct 2017), doi: 10.1038/nature24051; más información divulgativa en Amanda A. Sickafoose, «Astronomy: Ring detected around a dwarf planet,» Nature 550: 197–198 (12 Oct 2017), doi: 10.1038/550197a, y en Silbia López de Lacalle, «Haumea, el más extraño de los compañeros de Plutón, tiene anillo,» IAA-CSIC, 11 Oct 2017.
Finalmente, hemos discutido una pregunta de un oyente (Óscar Pásaro): «¿Se puede hacer un ocultador para ver exoplanetas tapando la estrella con satélites geoestacionarios? No es muy práctico (0.5” son 0.03 s), pero se están considerando misiones tipo formation flight, como Daniel P. Scharf, Stefan R.Martin, …, George H.Purcell, «Precision formation flying at megameter separations for exoplanet characterization,» Acta Astronautica 123: 420-434 (2016), doi: 10.1016/j.actaastro.2015.12.044.
Y esto es todo, amigos. Espero que disfrutes del podcast.
Hablando de ideas poco calculadas como la del deflector magnético para proteger la Tierra:
Comentáis que la masa del conductor de un solenoide así sería tan grande que no se podría lanzar desde la Tierra.
¿Sería posible mantener un campo magnético haciendo orbitar una pequeña masa de gas ionizado en torno a un objeto pequeño con carga opuesta, usando sólo la atracción eléctrica para mantener el gas en órbita?
¿No podría equivaler el giro de ese gas a la corriente en un solenoide superconductor, ya que giraría sin nada que se le oponga?
Propónselo a Loeb, seguro que escribe un artículo sobre ello… ;))) En serio, Fisivi, se necesita una corriente total en el solenoide de 22000 amperios, ¿cómo la logras con tu idea?
Segúramente me he pasado de optimista por no tener suficientes conocimientos.
En cuanto a la masa necesaria, sigo siendo optimista, porque 22000A correspondería al paso de «sólo» 22000 culombios (unos 44 kg de He+). Si dieran una vuelta por segundo bastaría con esa masa. Es una carga grande, que generaría un campo enorme, así que supongo que el radio para mantenerla en órbita sería grande. Lo más difícil quizá sería acelerar ese gas.
En fin, reconozco que es una idea loca, por lo menos para ese propósito, por su enorme escala.
Perdón, serían unos 88 kg de helio, no 44
Sería muchísimo menos peso, porque he «atajado» por error, como si cada mol de He+ tuviera sólo 1 culombio. Habría que dividir los 88 kg por los culombios que tiene un mol de electrones, la constante de Faraday, unos 96485.
Perdón por la chapa.