Se acaba de publicar un nuevo resultado en relación con la anomalía de las sondas Pioneer (de la que ya hemos hablado en este blog), más en concreto en una anomalía similar en varias sondas (Galileo, NEAR, Cassini, Rosetta, y Messenger) de sólo unos milímetros por segundo de desviación en la velocidad esperada en acercamientos de estas sondas a la Tierra, Earth flybys, utilizados para acelerar estas sondas y «catapultarlas» a su destino (Geoff Brumfiel, «Anomalies spotted in spacecraft flight,» Nature News, 4 March 2008). La explicación que dimos (radiación térmica anisotrópica en la sonda), quizás explique el efecto, todavía no lo sabemos, se requiere un estudio térmico de cada una de estas sondas, todavía por realizar, pero lo que parece cierto es que el efecto es «verdadero», como se acaba de publicar el 3 de marzo de 2008 en John D. Anderson, James K. Campbell, John E. Ekelund, Jordan Ellis, and James F. Jordan, «Anomalous Orbital-Energy Changes Observed during Spacecraft Flybys of Earth,» Physical Review Letters, 100: 091102 (2008). Lo que se necesita es una explicación.
Cuando estas sondas pasan cerca de la Tierra, se observan desviaciones pequeñas, pero superiores a los errores sistemáticos de medida, en su velocidad y dirección respecto a los modelos teóricos. Los autores del artículo PRL, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, Pasadena, California, han observado errores en velocidad del orden de milímetros por segundo para sondas espaciales que se mueven a velocidades de kilómetros por segundo, todo un logro de la técnica gracias al uso del efecto Doppler en las señales de radio recibidas desde la sondas, como dice el IP (investigador principal) del estudio John Anderson «It’s small, but you can see it clearly in the data.»
En mi opinión las respuestas esotéricas (cambios en la ley de gravitación universal o nuevas leyes físicas) son menos razonables que meros «errores» de modelado, que se hayan despreciado efectos, supuestamente muy pequeños, que se acumulan y en realidad no lo son, más aún teniendo en cuenta lo extremadamente pequeño de la desviación observada.
John D. Anderson y su equipo han observado que los cambios en la energía orbital de las sondas estudiadas son proporcionales a la energía orbital total por unidad de masa, obteniendo una fórmula empírica muy sencilla para «modelar» el efecto (mostrada en la figura de arriba, que muestra la trayectoria más asimétrica de las estudiadas, correspondiente a la sonda NEAR). No hay explicación (todavía) para esta fórmula. Se conoce el efecto, pero nadie conoce la causa. El tiempo dirá. Tiempo al tiempo.