Un culo perfecto, una mesa pulcra y un científico

Por Francisco R. Villatoro, el 19 noviembre, 2008. Categoría(s): Ciencia • General • Matemáticas • Mujeres en la ciencia • Noticias • Prensa rosa

dibujo20081117despacho¿Cuál es la diferencia entre un científico y un periodista científico? Hay muchas claro, aunque también hay semejanzas (muchos periodistas científicos son también o han sido científicos). Pero hay una que creo que es fundamental. El periodista puede escribir de lo que quiera contando lo que quiera, por ejemplo, describiendo lo que tiene encima de la mesa del despacho. Si lo hace bien, a todos nos gustará leerlo. Sin embargo, el científico tiene que tener algo que contar encima de la mesa de su despacho antes de ponerse a escribir. Si lo hace bien (escribir), a pocos les gustará leerlo (entre otras cosas porque pocos llegarán a leerlo).

Me decía un amigo que cuando escribe un artículo en una revista de alto índice de impacto, nadie «lo nota.» Sólo su currículum. Pero cuando escriben una nota de prensa sobre uno de sus artículos en El País, hasta el/la rector/a le felicita. Él tiene «enchufe» en El País, pero lo más importante es notar la gran diferencia entre la aparición del nombre de su Universidad en un artículo técnico de prestigio y su aparición en un medio de masas.

La labor del periodista (científico) queda perfectamente reflejada en el artículo de Steve Mirsky, «Tabula Non Rasa,» Scientific American, p. 50, dec. 2008 , también aparecido como «A Stratigraphic Analysis of Desk Detritus,» Scientific American, nov. 2008 , donde nos comenta qué tienen que ver un científico, una mesa pulcra y un culo perfecto, entre otras cosas. Básicamente, que se encuentran desperdigados entre los documentos de su mesa de trabajo (en la pila más cercana a su ordenador). El artículo es sencillo. Nos cuenta lo que ve conforme los desapila. Si sabes inglés te resultará curioso (el segundo enlace es gratuito, el primero requiere subscripción).

No sé por qué, pero lo más me ha llamado la atención es su referencia a un artículo aparecido en el New York Post, fechado el 13 de abril de 2006, que incluye en portada una fórmula matemática. ¡Una fórmula matemática en la portada del Post!

Bueno, seamos sinceros, como a mí, probablemente ya te sonará de qué fórmula se trataba; en su momento fue muy comentada. «La fórmula del culo perfecto = (S + C)  (B + F) / (T – V).» Debajo del titular (la fórmula) aparecía «Comprueba si tu culo es una belleza.»

Bueno, si no te suena, te aclararé el significado de los términos de la fórmula. He tenido que buscarlo en Google, no me acordaba de qué significaban, ni Mirksy lo aclara en su artículo, supongo que él tampoco se acordaba. El Dr. David Holmes, un profesor de psicología en la Universidad Metropolitana de Manchester, Reino Unido, puntúa los «culos» (se refiere a los femeninos, será que es un poco machista) en una escala de 1 a 20 (1 es el peor culo y 20 el mejor). Al grano, al grano, …

Lo que significan los parámetros lo puedes encontrar en muchos sitios, por ejemplo, en BK2 (aventuras y desventuras de un puñado de becarios), con foto memorable incluida (sacada del blog de Inner, el pendejo, que no conocía y no creo que vuelva a visitar, un poco escatológico). También aquí, donde disfrutarás del origami. Más, y más, y más aún, … bueno, basta, búscalos tú mismo.

¿Y la fórmula del culo masculino perfecto? Al menos yo he sido incapaz de encontrarla…



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