Un comunista (Zeldovich), el papa (Juan Pablo II) y un libro rojo

Por Francisco R. Villatoro, el 2 diciembre, 2009. Categoría(s): Ciencia • Historia • Personajes • Physics • Prensa rosa • Science

Remo Ruffini, el físico teórico que introdujo las estrellas de bosones, organizador de un congreso internacional de astrofísica y relatividad en Roma, tenía la misión de presentarle a Yakov Borisovich Zeldovich al Papa Juan Pablo II durante una audiencia papal con los miembros de dicho congreso. Ruffini sabía que Zeldovich era un acérrimo comunista. Observó que ocultaba un objeto grande debajo de la chaqueta justo cuando se aproximaba el Papa. Ruffini se puso nervioso. Zeldovich abrió la chaqueta en frente de Juan Pablo II, extrajo dos libros rojos y los puso en las manos del Papa, quien dijo «Muchas gracias, profesor Zeldovich,» y en voz alta para que todo el mundo en la “Sala Regia” pudiera oirle, Zeldovich replicó “¡Gracias solamente!  ¡Son el resultado de 50 años de mi trabajo!» Todo el mundo empezó a reir y la situación acabó bastante relajada. Juan Pablo II afirmó más tarde que recordaba que esta audencia fue en la que más disfrutó de todas. Por supuesto, durante toda la audencia el papa mantuvo sobre su bata blanca los dos libros rojos con las obras completas de Zeldovich.

Esta anécdota es la excusa perfecta para recordar, hoy, 2 de diciembre, que hace 22 años falleció Zeldovich, quien de vivir alcanzaría los 95 años y en cuyo honor se celebró la conferencia internacional “The Sun, the Stars, The Universe and General Relativity” en Minsk, Bielorrusia, 20-23 de abril de 2009. Remo Ruffini nos cuenta la anécdota papal en «Moments with Yakov Borisovich Zeldovich,» ArXiv, Submitted on 25 Nov 2009. Permitidme un par de anécdotas más para abrir boca.

La única vez que visitó Roma fue al congreso que desarrollado en «La Sapienza» y en el Vaticano motivó la anécdota anterior. Cuenta Ruffini que cuando Zeldovich entró en la “Sala Regia” del Vaticano por primera vez quería sentarse en un asiento en primera fila (estaban vacías las 21 primeras filas de asientos). Simplemente dijo, «nadie se va a dar cuenta si me siento aquí.» Ruffini insistió en que se sentara en la silla que la habían asignado y al cabo de un rato logró convencerle. Minutos más tarde, las primeras filas se llenaron de cardenales, obispos y personal del Vaticano, a un lado, y de embajadores en el Vaticano, al otro. Obviamente, la presencia de Zeldovich en primera fila hubiera sido díficil de ocultar y difícil de justificar.

Remo Ruffini conoció a Zeldovich en su primera visita a Moscú, con motivo de una conferencia. Nos cuenta que «el primer día, Zeldovich me invitó a almorzar y lo primero que me preguntó fue sobre mi tema de investigación. Empecé a explicar mi trabajo sobre estrellas de bosones, que inicié en Roma, continué en Hamburgo y finalicé en Princeton. Nada más empezar a hablar, Yakov Borisovich me cortó en seco. Le pregunté por qué. Dijo «¿cuánto tiempo lleva hablando?» Respondí «aproximadamente cuarenta segundos.» A lo que él replicó: «si Landau hubiera estado aquí, te habría cortado a los veinte segundos.» A lo que yo, seguro de mí mismo, contesté: «no lo creo, estoy seguro que Landau habría dicho que es una idea nueva muy interesante y habría aprobado mis comentarios.» A partir de entonces, me dejó contarle mis nuevos resultados y mantuvimos una agradable y constructiva charla durante toda la comida.»

Una vez Evgeny Lifshitz le contó a Ruffini una anécdota sobre Zeldovich y Landau en relación a la ecuación de estado del primero para describir una estrella de neutrones. «Zeldovich no estaba de acuerdo con el cálculo de la masa crítica de una estrella de neutrones y propuso un modelo basado en una ecuación de estado en la que la velocidad del sonido en el medio coincidía con la velocidad de la luz. Lifshitz recuerda que Landau temía ofender la inteligencia y capacidad de sus colegas físicos y muchas veces les proponía resolver los problemas que el descubría por sí mismos. Cuando Zeldovich le expuso su ecuación de estado para la materia en una estrella de neutrones, presión igual a densidad, Landau inmediatamente dijo «¡está mal!» a lo que Zeldovich preguntó «¿por qué?» y él respondió «descúbrelo por tí mismo.» Todo esto justo antes del accidente de Landau, en 1962, que le «mató en vida.» Tras el accidente Landau no estaba en condiciones de mostrar donde estaba el error y Zeldovich también fue incapaz de encontrarlo. Un día en el restaurante de la Academia de Ciencias, en presencia de Ruffini, Yakov Borisovich le preguntó a Evgeny «¿por qué no incluiste mi ecuación de estado para una estrella de neutronces en el Curso de Física Teórica de Landau y Lifshitz?» Lifshitz respondió «¿fuiste capaz de resolver el problema que te asignó Landau?» Zeldovich tuvo que confesar que «no.» Lifshitz finalizó con un rotundo «por eso tu resultado no aparece en el libro de Landau y Lifshitz.»



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