En la universidad española los profesores son Personal Docente e Investigador (PDI). Las 40 horas semanales (teóricas) de trabajo de los profesores se reparten (teóricamente) entre un máximo de 14 horas dedicadas a la docencia y 26 horas dedicadas a la investigación. Las 14 horas docentes corresponden a un máximo de 8 horas a la semana de clases presenciales y un máximo de 6 horas a la semana de tutorías. El 35% del sueldo de un PDI sufraga su trabajo como docente y el 65% su trabajo como investigador. Todos sabemos que hay profesores que además de a la docencia y a la investigación también se dedican a la gestión, para lo que reciben reducciones de su carga docente y sobresueldos específicos (obviamente su producción investigadora también sufre y quizás más que su docencia).
En varias ocasiones se ha propuesto la posibilidad de que haya figuras diferenciadas de profesores más docentes que investigadores (PD), más investigadores que docentes (PI), e incluso más gestores que docentes e investigadores (PG).
Me gustaría conocer vuestra opinión al respecto. ¿Qué os parece que hubiera profesores PD, PI y PG junto a los actuales PDI?
¿A colación de qué viene todo esto? Los recortes de financiación en las universidades de EEUU han llevado a que algunas «mentes pensantes» hayan propuesto que las universidades norteamericanas deberían ofertar plazas específicas a profesores sólo dedicados a la enseñanza. A los que no se les exigiría nada de investigación, con lo que las universidades y el estado se ahorrarían los costes de sufragar su investigación. Nos lo contaron en Diane Auer Jones, «Financial pain should focus universities,» News, Nature 465: 32–33, 06 May 2010. Os dejo las palabras originales de Diane, que no tienen desperdicio (tres párrafos que resumen un artículo de dos páginas).
«There won’t be enough money in the US treasury over the next decade to even maintain the current federal R&D baseline. R&D funding will squeeze out. Spreading research dollars thinly over a larger number of institutions seems likely to have reduced the efficiency and productivity of the overall research enterprise. Federal R&D investment [focused on] a smaller group of research-intensive institutions could improve the efficiency and productivity of US research, while preserving teaching-intensive institutions. [Today,] those faculty members who do not have an inclination towards research may find themselves applying for grants just to keep their jobs or to advance in their careers. Talented researchers, meanwhile, may be distracted from what they do best, as the broader-impacts criterion forces them to participate in a new set of activities for which many are untrained and inexperienced, or in which they have only a marginal genuine interest.
“Enabling faculty members to select between a research or teaching track might improve job satisfaction.” As faculty members are encouraged to devote more and more time to research they can become less engaged in teaching, often transferring the education of first-year students to adjunct faculty members and inexperienced graduate students. [The] institutions [must] develop promotion and tenure policies that evaluate and reward performance based on teaching or other scholarly work rather than on grant and publication success.
There are many benefits to be gained. The elimination of spending on research infrastructure at many institutions will surely reduce the rate of tuition increases, which currently puts a college education out of the reach of many American families. And faculty members will be freer to focus on either teaching or research, wherever their talents lie. It is vital that the United States recognizes both the importance of teaching colleges in educating vast numbers of young adults, and the increased efficiency and productivity to be gained by consolidating academic research programmes. The shrinking federal R&D budget might just help us to achieve both goals. Despite some short-term pain, there might be a longer-term gain.»
Las reacciones obviamente no se han hecho esperar y en el número de hoy de Nature hay varios comentarios criticando fuertemente esta postura. Yo destacaría el de Peter A. Bednekoff, «Budget cuts: leaven the curriculum with a pinch of research,» Nature 465: 547, 03 June 2010.
«The best way to learn science is to do science. Science as taught at US secondary schools is prone to emphasizing static, authoritative facts. Science in practice focuses on open questions, competing explanations and new discoveries. Undertaking research at university will seal this gap. Universities need teacher-scholars who can incorporate the excitement of research into their classes and bring students into research projects to give them a sound understanding of scientific practice.»
¿Realmente incorporamos los profesores nuestra labor investigadora en nuestras clases? ¿Logramos los profesores transmitir a nuestros alumnos nuestra vocación investigadora, nuestra pasión por la ciencia? ¿Realmente los profesores tenemos que ser grandes investigadores para poder ser grandes docentes?
Creo que, como ocurre en la universidad italiana, hasta donde yo sé, los departamentos están divididos en dos: docentes e investigadores. Si no tan radicales, sí que deberían darse periodos de sólo investigación/sólo docencia a todos los profesores que lo solicitaran. Si alguno no quisiese dar más docencia tendría que justificarlo con un buen CV de investigación. Si alguno no quisiese investigar, pues nada.
Estoy totalmente de acuerdo con el comentario de P.A. Bednekoff.
No conozco bien la estructura estadounidense, pero a mi me sonaba que tienen dos tipos de Universidades: aquellas en las que solo se puede cursar el grado y aquellas en las que además se puede hacer el doctorado, éstas últimas tienen -lógicamente- más profesores y recursos dedicados a la investigación.
En cuanto a España, de nuevo no estoy seguro (en mi Universidad creo que no hay), pero ¿los I3 no son una especie de PI?
«¿Realmente incorporamos los profesores nuestra labor investigadora en nuestras clases?»
Estoy seguro de que la respuesta es sin duda SI. Aunque creo que el porcentaje de alumnos que lo aprovechan algo significativamente es muy bajo.
«¿Logramos los profesores transmitir a nuestros alumnos nuestra vocación investigadora, nuestra pasión por la ciencia?»
Dificil de responder. Creo que si es vocación es en gran medida innata, por tanto depende fundamentalmente del alumno.
«¿Realmente los profesores tenemos que ser grandes investigadores para poder ser grandes docentes?»
No lo creo. He conocido a grandes investigadores que son pequeños docentes, y al revés. Digamos con humor que la suma de estas dos capacidades suele ser una constante.
Antonio Alfonso Faus
Lo cierto es que las cualidades que te hacen buen investigador no son las mismas que te hacen un buen docente. También es cierto que la docencia de calidad, igual que la investigación punta, requieren mucha dedicación, por lo que acaban siendo incompatibles. El primer problema con la figura del «profesor docente» es cómo evaluar su rendimiento. Por lo pronto, que yo sepa, no hay buenas maneras objetivas de hacerlo, así que se convertiría en una forma fácil de progresar en la carrera, o un refugio para quien desea hur del mundo de publish and perish.
También se puede dejar que actúe el libre mercado:
– Hay X euros para pagar la docencia.
– Hay Y euros para pagar la investigación.
Que cada profesor se dedique a lo que le interese. Si todos quieren investigación se repartirán Y euros entre todos (en función de objetivos conseguidos), y tocará a poco. Con X se contrata a profesores docentes. Aquellos que se dediquen más a la docencia les tocará mas a repartir.
Eso tendría que llevar a un equilibrio donde cada uno maximizara su «beneficio» (satisfacción personal + satisfacción monetaria).
Si eres buen docente y un mediocre investigador, quizás decidas dedicar mas horas a la docencia y menos a la investigación, en la que tienes poco rendimiento.
Si eres un gran investigador, pero un mal docente, entonces maximizarás tus horas de investigación y mantendrás unas pocas horas de docencia para tener una ingreso mínimo fijo, ya que la investigación te puede proporcionar mas ingresos i/o satisfacción pero de forma más variable.
Se juntan churras con merinas. Los profesores deberian ser buenos docentes, que esa es la funcion principal. Un profesor buen investigador y mal docente no tiene sentido en la universidad. Que no sea profesor y que sea solo investigador.
La universidad actualmente esta llena de profesores que no saben transmitir los conocimientos ni motivar al alumnado, pero que tienen que dar clase porque es obligatorio… y asi nos va.. con un indice de fracasos si cabe superior al bachillerato.
Jaime, según datos publicados por los sindicatos para España en 1999, el fracaso escolar en la enseñanza secundaria postobligatoria, ya sea bachillerato o formación profesional, fue del 27%, y la tasa de abandono de los alumnos en la universidad durante los 2 primeros años de carrera ronda el 30% de los alumnos.
Mi respuesta sintética a las cuestiones
1) No, no debe haber figuras de profesores exclusivamente docentes. Otra cosa es que pueda haber distintas «carreras profesionales» más intensificadas en una u otra labor, pero investigación 0 no es universidad.
2) En la docencia si se incorpora, si no el contenido de la investigación, si la «experiencia», hay mucha diferencia entre una clase de un profesor buen investigador y una de un «asociado». Quizá habría que explotar más la sinergia, pero existe sin duda.
3) Justo a diferencia de A.A. Faus, creo que en general el que es bueno lo es en todo, y que la correlación entre buenos docentes y buenos investigadores es alta. Aunque como en todo asunto humano hay excepciones exageradas en los dos sentidos. ((He prepuesto alguna vez explorar esa correlación con un gráfico de puntuación en la encuesta docente frente al ratio sexenios/trienios para un grupo grande de profesores, pero ningún vicerrector con acceso a esos datos me ha hecho caso))
Lo he dicho en otro comentario: creo que los quinquenios debería ser por méritos. Empezando por ahí.
Además, es triste decirlo, pero en España se paga por la docencia, no por investigar. Los criterios para que haya más o menos plazas suelen incluir las necesidades de investigación, pero no mucho. Muchos grupos de letras, ciencias sociales, etc, investigan poco, y como los criterios de reparto de plazas son para toda la universidad, se generan problemas a la hora de evaluar la investigación.
Es decir, al final lo que cuenta es el número de alumnos (la docencia) . Y, desde luego, el resto de profesores no va a consentir que alguien no haga docencia. En fin, antes de decidir si debería haber profesores más dedicados a la docencia que otros, parece razonable decir que sí, pero no es realista. Ni la universidad ni los criterios de acreditación (para los que es imprescindible investigar) están pensados para un sistema así. Habría que remodelarlo todo.
AFIRMACIÓN PRIMERA del Artículo:
Las 40 horas semanales (teóricas) de trabajo de los profesores se reparten (teóricamente) entre un máximo de 14 horas dedicadas a la docencia y 26 horas dedicadas a la investigación.
Corrijamos semejante disparate:
REALIDAD PRIMERA:
Las 25 horas (máximo) que un profesor de la universidad va a la semana, se reparten entre: unas 6 horas dedicadas a la docencia, 6 horas dedicadas al periódico, otras tantas al café, y unas cuantas más a leer revistas y entretenerse en Internet.
Empezar la discusión por la «Realidad Primera» … y luego seguir avanzando.
(( sin ánimo de trollear ni crear polémica: es la realidad tal cual es para el 80-90 por ciento de funcionarios de la universidad ))
Estimado OeL, leí en un libro de Marvin Harris -en cuya erudición confío- que los bosquimanos trabajan de diez a quince horas semanales. Si estos primitivos cazadores-recolectores pueden vivir así, ¿no crees que los profesores universitarios del s. XXI, los seres humanos más evolucionados que existen, debemos dedicar al trabajo aún menos tiempo?
Estimado Jose Luis:
Coincido contigo que a los profesores universitarios deberían enviarles el sueldo a casa, porque eso de trabajar es de plebeyos.
La docencia es incluso denigrante.
El profesor universitario español está para investigar: no hay más que ver el prestigio investigador de España, y los efectos sobre el I+D+I que tenemos en España, donde oleadas de investigadores desertan del «puesto de funcionario» y abandona su plaza y cama caliente y se van a montar empresas de alta tecnología.
Seguro que tú conoceras a cientos y miles de ellos, que se han dejado el sueldo de funcionario y se han ido a la empresa privada (o han montado la suya) para cambiar el mundo.
Oel, gracias, faltaba el comentario demagógico de siempre, descalificando porque sí, escudado en un tópico absurdo. Perdona pero estoy harto de gente que suelta barbaridades sin tener ni la más remota idea de qué está hablando.
Bueno Angel, el ir de «sobrao» por el mundo, tampoco te da la razón, por tanto lo dejamos en empate, ¿vale?
Ojo: En las universidades americanas (USA) los investigadores, por ejemplo de física, dan clase no solo a estudiantes de física, sino a ingenieros, personas en el sector salud, etc. En este caso no veo problema con que sean maestros y no investigadores los que participen (quiza en ingeniería puede aber problema, no estoy seguro).
Creo que sería un gran error pensar que las clases de física para físicos fueran impartidas por maestros y no investigadores.
Esa separación viene a ser como crear una universidad de listos y una de tontos.
Los listos no van a aceptar que (sobre todo en últimos años) les de clase alguien que no sea investigador. POor tanto nunca irían a una universidad en que los profesores fueran sólo docentes.
Los tontos irían a la universidad de solo docentes, que, básicamente, les aprobarían mas fácil y les exigirían menos. Si, habría menos fracaso en la de sólo docentes. Perola gente que saliera de ahí estaría peor preparada y además serían menos inteligentes.
Y claro, no es que las empresas tengan criterios demasiado sensatos de elección de empleados. Pero enseguida circulará el rumor de que los que salen de universidades de docentes valen poco y se demandará a los de las de universidades de investigadores. El alumno reaccionará e incluso los alumnos menos inteligentes querrán ir a las universidades de investigadores.
Por otro lado la función primaria de la universidad (en ciencias) es investigar. Como para formar un buen investigador hay que formar a muchos que no valen (y no es fácil predecir quien va a pertenecer a cada grupo) es necesario formar a mas gente de la que luego va a ser investigadora.
En fi, que es una tontería eso que proponen. Pero vamos, no pasa nada. Los países que hagan ese tipo de tonterías perderán competitividad y se irán al garete. Los que no lo hagan prosperarán y los alumnos buenos terminarán en esos paises, que tendrán mas dinero y podrán contratarlos. Así de fácil ;).
Decir que la funcion primaria de la universidad aunque sea en ciencias es investigar, bajo mi punto de vista es un disparate.
La funcion primaria de la universidad es formar a los universitarios y hacerlos buenos profesionales para que sirvan a la sociedad, no a la propia universidad investigando (viva la endogamia!..)
Obviamente, la función ¿primaria? de la universidad es la formación. Pero esta formación debe ser de alto nivel, de primerísimo a ser posible y, aunque bien es cierto que una buena docencia no tiene que correlacionar con una buena investigación ni a la inversa, sí que es necesario que el docente sea experto en la materia. ¿Cómo van a formar a universitarios, docentes que no están a la última en el ámbito de conocimiento en el que imparten docencia?
Tal vez Freelancescience sea algo exagerado en sus afirmaciones, pero no puedo dejar de estar de acuerdo con él. El profesor universitario debe ser también investigador, otra cosa sería hablar de que haya distintos perfiles de profesor, unos con mayor dedicación a la docencia y otros con mayor dedicación a la investigación, pero en ese caso, no querría como alumno tener a los primeros impartiéndome un postgrado, ya sea profesional o de investigación.
– No es cierto que un buen investigador sea un buen docente. Las habilidades requeridas en uno y otro caso son completamente distintas.
– Si alguno de los profesores que he tenido/tengo es investigador, os aseguro que no se ha notado. Insisto en el punto anterior, no es lo mismo transmitir que hacer.
– Los profesores que más me han gustado/gustan son aquellos cuya preocupación es el alumno. Quizá eso incluya la tarea de estar siempre al día.
Vaya por delante decir que hablo desde mi perspectiva como ex-alumno, por lo que mi visión puede estar altamente sesgada por una carrera particular de una universidad concreta.
¿Realmente incorporamos los profesores nuestra labor investigadora en nuestras clases?
Ni de coña. La mayoría de profesores que tuve hablaban de temas ya obsoletos con apuntes apergaminados que impartían año tras año. Nunca supe si alguno de ellos investigaba, ni en qué área.
¿Logramos los profesores transmitir a nuestros alumnos nuestra vocación investigadora, nuestra pasión por la ciencia?
Ni de coña. Si alguien motivado por la ciencia como puede ser mi caso, salió asqueado, no quiero ni pensar lo que puede pasar con alguien que no tenga un interés a priori en la ciencia.
¿Realmente los profesores tenemos que ser grandes investigadores para poder ser grandes docentes?
No. El docente debe saber transmitir un conocimiento, el investigador, generarlo.
Siempre he pensado que la universidad debe tener la diferenciación entre PI y PD; es beneficiosa para el colectivo de alumnos y de profesores. Los alumnos recibirán una enseñanza moderna y de calidad por profesores motivados para la docencia y la comunicación, y los investigadores podrán dedicar su tiempo en exclusiva a lo que les interesa, generar nuevo conocimiento. No tendría por qué ser exclusivo, permitiendo algunos puestos mixtos o la posibilidad de pasar de uno a otro cada cierto tiempo, pero tener dando clase «por cojones» a alguien que ni le gusta ni le interesa, es arruinar a muchos futuros científicos.
Un aspecto interesante es que el PD podría ser también divulgador. Al fin y al cabo son áreas similares, donde uno se dirige a una audiencia motivada por el aprendizaje para transmitirles un conocimiento. De este modo, la evaluación del docente no sería sólo en cuanto a cómo imparte sus clases, sino a artículos en revistas divulgativas, desarrollo de herramientas para aprendizaje, documentales, libros etc…
De hecho incluso podría mejorar el aspecto investigador. Todos sabemos que en muchas ocasiones el «publish or perish» hace que se presenten estudios de dudoso interés/calidad simplemente por justificar el sueldo. Ofrece una vía docente/divulgadora de calidad y eliminarás parte de esos artículos «basura».
Un saludo
@Kanijo
Suscribo punto por punto tu post
Y añado:
¿Debería haber profesores universitarios dedicados sólo a la docencia?
No lo sé, pero actualmente para un gran numero de profesores universitarios es un hecho.
Para empezar, debo decir que hablo desde mi perspectiva de alumno de 3er año en la licenciatura de Física de cierta universidad, por lo que mi opinión estará referida a mi experiencia en estos años, y mi juicio puede no ser aplicable a otros casos.
Ahora bien, estoy totalmente de acuerdo con Kanijo en algunos puntos, pero discrepo ligeramente en otros. Empezando por el principio («¿Realmente incorporamos los profesores nuestra labor investigadora en nuestras clases?»), yo tampoco creo que los profesores incorporen en clase lo que aprenden investigando. Si nos referimos al contenido científico, lo que ellos investigan está muy alejado de lo que un alumno, aunque sea de matrícula, pueda entender sin haber acabado la carrera y hecho por lo menos un master o similar antes. Si nos referimos directamente al método, a algunos profesores no les importa absolutamente nada la docencia, o al menos eso es lo que dejan entrever en clase, que explican rápidamente la lección del día y se van corriendo al laboratorio (obviamente sí hay otros profesores muy involucrados y que se esfuerzan en ambas tareas).
Esto enlaza directamente con el punto dos («¿Logramos los profesores transmitir a nuestros alumnos nuestra vocación investigadora, nuestra pasión por la ciencia?»). Como dije, hay profesores que siendo buenos investigadores son buenos docentes, y es más, están comprometidos con ambas partes de su trabajo. Desgraciadamente no es así con todos.
3)(«¿Realmente los profesores tenemos que ser grandes investigadores para poder ser grandes docentes?») Completamente de acuerdo con Kanijo.
Por lo dicho parece que estoy totalmente de acuerdo en la separación PI/PD. Sin embargo también veo parte de razón en la opinión de Freelancescience. Es peligroso que sólo impartan docencia profesores alejados de la práctica investigadora de forma directa. Ahora bien, creo que podría funcionar un modelo de carrera con profesores esencialmente docentes para los primeros años y profesores investigadores dando las optativas finales de carrera y conferencias puntuales pero regulares durante los primeros años acerca de las últimas novedades en su campo, que eso tira mucho entre los alumnos y a la vez resulta atractivo entre los profesores investigadores (¿a quién no le gustaría sentirse como Carl Sagan dutante unos minutos?). Es decir, hacer la separación entre PI/PD, pero sabiendo que tanto para la labor investigadora como para la docencia hacen falta de ambos tipos de profesores, pero cada uno centrado en distintos ámbitos.
Y por cierto, estoy en completo desacuerdo con los dos últimos párrafos de Freelancescience. No creo que el primer objetivo de las carreras científicas sea la investigación. Y en todo caso, sería la investigación transgeneracional, lo cual pasa por tener buenos docentes para preparar a las siguientes generaciones. Si la universidad sólo tuviera interés en la investigación, durante unos años sería un referente, pero después caería en picado al no tener buenos científicos para ocupar el puesto de los que se vayan jubilando.
Y aun menos en lo de que para formar un buen investigador haya que formar a muchos que no valen. Eso se acabaría convirtiendo en una oligarquía que acabaría con todo el sistema.
Felicidades EmuleNews por introducir este interesante tema de debate. Soy matemático y profesor universitario desde hace más de 25 años. He pasado épocas dedicado mayoritariamente a la docencia, a la investigación o a la gestión (a una, a dos o a las tres). Siempre he dado clases de matemáticas, a futuros ingenieros, informáticos o matemáticos, desde primeros cursos hasta últimos años de carrera. Por lo tanto, mi opinión hay que tomarla teniendo en cuenta mi «entorno».
En primer lugar hay que concretar cuáles son los objetivos de la universidad: Investigación? docencia? formación de profesionales? transferencia del conocimiento? Creo que cada universidad debería establecer sus objetivos y preferencias. De todas formas siempre es bueno diversificar, es decir, que una buena política sería establecer distintos objetivos principales según qué ámbitos.
Creo que una universidad entera (no un centro de investigación) dedicada exclusivamente a la investigación y a la formación de investigadores no tiene mucho sentido, ya que tampoco hacen falta tantos ni la sociedad puede permitirse, a largo plazo, el lujo de formar y mantener un gran número de éstos. Una universidad que no se dedique, entre otras cosas, a formar profesionales que utilicen, fuera de ella, los conocimientos que ha recibido no tiene mucha razón de ser.
Sobre si hace falta la investigación para realizar una buena docencia, pues depende. Para explicar conceptos perfectamente establecidos en el siglo XIX o inicios del XX pero totalmente necesarios todavía, lo que hace falta es conocer muy bien los entresijos de dichos conceptos, un poco de historia de la ciencia, sus aplicaciones en distintos campos y estar al día de lo que se cuece científicamente por el mundo, después de todo eso, al profesor no le quedará mucho tiempo para dedicarse a realizar «grandes» y «punteras» investigaciones. Ahora bien, si hay que enseñar la demostración de Perelman de la conjetura de Poincaré (estoy exagerando), si no se es un buen investigador y de un campo muy concreto de las matemáticas no hay nada que hacer.
En la docencia y en la investigación, como en cualquier otra profesión, si uno intenta trabajar lo mejor posible, con dedicación, esfuerzo y con interés por el trabajo bien hecho, creo que se consiguen buenos (no necesariamente excelentes) resultados. Naturalmente siempre hay quien está mejor dotado por una cosa que por otra, pero las diferencias no deberían ser muy grandes. El problema aparece cuando un supuesto profesor no se toma su trabajo docente en serio bajo la «excusa» de que lo suyo es la investigación.
No concibo la universidad sin docencia, pues creo que es uno de sus pilares. Por lo tanto, si uno quiere dedicarse exclusivamente a la investigación, lo puede hacer perfectamente en un centro de investigación universitario, público, privado o mixto. Pero si da clases que lo haga decentemente. El problema aparece cuando es la propia universidad que te pide, casi únicamente, una investigación para promocionarte, desatendiendo, de esta forma, la docencia. Que hubiesen profesores dedicados exclusivamente a la docencia no me parecería mal, de todas forma habría que cambiar el sistema de profesorado universitario.
Otro aspecto que daría mucho de sí, es la motivación de quien recibe la enseñanza. Ya hace tiempo que a la universidad también llegó la corriente «motivadora»: «hay que motivar al estudiante». Esto me parece obvio en enseñanzas obligatorias, pero en una enseñanza no obligatoria el estudiante debería estar ya motivado «per se» y si no es así alguna cosa falla. Con esto no estoy diciendo que se le deba desmotivar. Es el profesor quien tiene que estar motivado por sus clases. Sin la motivación de ambos, profesor y alumno, no vamos a ninguna parte.
Me estoy «enrollando» demasiado, por lo tanto no sigo más.
De hecho, muchos se dedican sólo a la docencia, aunque también cobran por investigar.
Esto no es exactamente cierto, un profesor universitario fijo con categoría de doctor cobra un sueldo (sueldo y complementos específico y de destino) y una antigüedad (trienios) de modo similar a cualquier funcionario, sin ninguna distinción de qué parte del sueldo es para pagar su docencia y cual para la investigación. Después tiene otros complementos que son los quinquenios (en muchas universidades es automático) que se paga por cada 5 años de docencia a TC, pero normalmente sin dependencia alguna con la calidad de la docencia, y los sexenios (complementos de investigación que se evalúan cada 6 años y donde sí cuenta la calidad y cantidad de la investigación que se acredite). En todo caso, el peso de los quinquenios o de los sexenios suele ser pequeño en el sueldo.
Creo que las habilidades para enseñar, para investigar y para gestionar son totalmente independientes. Para mí, uno de los grandes problemas de la ciencia en España es que precisamente se espera que los buenos científicos sean buenos gestores, y es mucha casualidad que ambas cualidades coincidan en una sola persona. En la empresa privada esto es algo que se asume de toda la vida, y no se espera que un excelente albañil sea un excelente gestor de una inmobiliaria. A la ciencia le faltan una gestores eficientes de sus recursos económicos y humanos, gente que sepa usar el Microsoft Project, las agendas de los doctorandos, herramientas de bibliografía, de gestión de personas….es decir, potenciar la orientación a objetivos, alejar a la ciencia del funcionariado y acercarla a la eficiencia de la empresa privada.
Hola,
También soy profesor, y solamente tengo una cosa clara: que la figura del profesor-gestor debería desaparecer de la universidad. Cinco años (o más) de carrera + cursos de doctorado + tesis + oposiciones + etc., para acabar garabateando (firmando) papeles y poco más. Un simple módulo de FP serviría para eso, y además las universidades estarían dirigidas por profesionales, y no por meros aficionados. En fin, un verdadero despilfarro de recursos humanos que pagamos (y sufrimos) entre todos.
Eso de que el objetivo de la universidad no debe ser la investigación es muy discutible. Especialmente porque es prácticamente el único sitio dónde se puede investigar (en la empresa privada no hay prácticamente investigación y cuando se hace algo apenas es digna de llamarse así).
Mas cosas:
La docencia no se termina en la licenciatura/grado. Hay cursos de doctorado/masters y se imparten regularmente seminarios sobre temas recientes. Para impartir ese tipo de cursos, especialmente los seminarios especializados, es necesario que haya investigadores que estén al tanto de lo que se está haciendo en su campo.
Si tenemos profesores de medio pelo desaparecerían los seminarios y se tendría una universidad absolutamente descafeinada.
También es muy importante hacer notar que los investigadores de alto nivel tiene un efecto llamada. Los alumnos brillantes van a procurar ir a universidades dónde estén los mejores investigadores. Y esos alumnos suben el nivel general de la universidad. Por ejemplo, los alumnos de doctorado suelen impartir las clases de problemas. Tener buenos alumnos de doctorados asegura que esas clases se den apropiadamente (por ejemplo aseguran que los problemas estén correctamente resueltos y los expliquen en condiciones). Dado que para buena parte de los alumnos aprobar o no depende de que haya circulando buenas colecciones de problemas la existencia de esos doctorados asegura un mayor número de aprobados (otra cosa es que la gente que apruebe aprendiéndose de memoria colecciones de problemas puedan considerarse que entienden algo de la asignatura).
Y si vamos a nivel de prestigio general de una universidad este surge de tener en ella a los mejores investigadores. Uno quiere ir a Harward porque allí están Cunrum Vafa, Lisa Randall, etc, osea, la creme de la creme. El prestigio de una universidad le permite tener muchos mas recursos que, entre otras muchas cosas, se traduce en un mejor nivel de docencia.
Por último. El nivel de docente de un investigador se debe evaluar en las clases de nivel. Es mas normal que un investigador pueda aburrirse explicándose asignaturas muy elementales y de la apatía surga una docencia algo peor. Pero incluso en asignaturas elementales se puede notar la presencia de un investigador. Por ejemplo, en mecánica clásica de cuarto uno bueno tuvo la astucia de introducir un temario novedoso que venía de perlas para afrontar un montón de aspectos recientes de teorías de campos y de cuerdas. En una universidad en topología de licenciatura adaptaron la teoría de Seiberg-Witten que permite hacer una serie de cálculos de modo mucho mas sencillo que las teorías tradicionales. Es decir, que los docentes investigadores pueden introducir novedades que mejoren los planes de estudio tradicionales. Los profesores no investigadores, obviamente, viven en el pasado (y cada vez más en el pasado).
teşekkürler bilgi için…
Traducción del turco al español: «Gracias por la información …»
Ayer, hablando en la universidad con un compañero que es titular, le comentaba que había leído lo que dices de que «teóricamente» en el PDI las 40 horas semanales se reparten entre un máximo de 14 horas de docencia y 26 horas de investigación y no se lo acababa de creer (no la realidad, que evidentemente jamás es así, sino la misma teoría). ¿Me puedes decir de dónde ha salido ese dato? Gracias.