El pasado 22 de febrero Twitter vibró con una noticia aparentemente espectacular, se había batido un nuevo récord de temperatura para un material superconductor (yo me enteré gracias a Mauricio @mezvan). Obviamente, ojeé el artículo original y le aclaré en un tuit de respuesta que no se había batido el récord en cupratos (unos 254 K) sino en pnicturos (el récord de la noticia era de solo 48 K). Sin embargo, nadie se enteró en Twitter de mi aclaración y todo el mundo retuiteó la noticia de Zeeya Merali, «Superconductor breaks high-temperature record,» Nature News, 22 Feb. 2012, sin leer la segunda línea «Iron-based crystal regains conducting properties under pressure.» Si en Nature News ponen como titular que es un récord en superconductores es porque es un récord en superconductores y punto, diga Francis lo que quiera. Así tiene que ser. Iba a escribir una entrada, pero me dije, para qué llevarle la contraria a todo el mundo. Pero ahora, al leer de nuevo el artículo técnico, publicado oficialmente en el número de hoy de Nature, me doy cuenta de que es un artículo muy interesante y que abre una línea de investigación prometedora a la hora de entender la superconductividad en pnicturos. Permíteme una aclaración al respecto, pero antes, el artículo técnico, que tiene un título muy esclarecedor, Liling Sun et al., «Re-emerging superconductivity at 48 kelvin in iron chalcogenides,» Nature 483: 67–69, 01 March 2012. Relee el título del artículo de nuevo, mira la imagen que abre esta entrada, no me puedes negar que es un resultado espectacular. Todo el revuelo provocado en Twitter entre el 22 y 24 de febrero es más que merecido. Pero no por batir un récord de chorra sino por lo que puede significar lo que han observado.
Un superconductor bajo presión reduce su temperatura crítica y si la presión aumenta acaba dejando de ser superconductor. Este fenómeno le ocurre a los cupratos y se pensaba que también a todos los pnicturos. Pero ahora resulta que estos científicos chinos han descubierto pnicturos (cristales de Tl0.6Rb0.4Fe1.67Se2, K0.8Fe1.7Se2 y K0.8Fe1.78Se2 crecidos mediante el método de Bridgman) cuya temperatura crítica (Tc) decrece con la presión aplicada desde unos 33 K a 1,6 GPa hasta anularse cerca de 9 GPa, para luego reemerger como ave fénix y alcanzar un increíble valor de Tc = 48,0 K a 12,4 GPa. La figura que abre esta entrada dejará boquiabierto a cualquiera. Aumentando aún más la presión, la superconductividad desaparece alrededor de los 13,2 GPa. ¿Cómo es posible? Un pnicturo con dos fases superconductoras SC-I y SC-II separadas por un estado no superconductor y cuyo parámetro de control es el incremento de la presión. ¡Increíble! ¿Cómo es posible? ¿Qué secreto se oculta bajo un fenómeno tan extraño? Un fenómeno que no podía ser imaginado por ningún físico teórico especialista en este campo. ¿Qué ideas teóricas serán necesarias para explicar este comportamiento? ¿Será típico de todos los pnicturos? ¿Habrá algún cuprato que presente dicho comportamiento? Infinidad de preguntas ocultas tras una serie de tuits alrededor de un titular sensacionalista y erróneo.
El secreto oculto tras la superconductividad de alta temperatura solo podrá ser desvelado gracias a hechos insólitos, inesperados, que rayan lo imposible. Hace 25 años un Premio Nobel fue concedido al descubrimiento experimental de un fenómeno cuya explicación resbala entre los dedos de los expertos como el agua fría del torrente. ¿Qué joven se atreverá a explicar el nuevo fenómeno descubierto por Sun et al. publicado en Nature?
Por cierto, he puesto un título horrendo a esta entrada a propósito. Si en Twitter se mofan del título, será la mejor manera de llamar la atención sobre uno de los grandes descubrimientos científicos del año 2012. Ya me daréis la razón en diciembre.
gracias por estas entradas, Francis..
Leo aquí http://www.rac.es/6/6_2_2.php?idC=402&idN3=30&idPromo=29 (hablando de pnicturos):
«…ha permitido alcanzar a un grupo de investigadores de la Academia de Ciencias de Pekín, temperaturas del orden de 50 K para el compuesto SmFeAsO0.85F0.15, más altas, incluso que las de los primeros cupratos.»
Saludos