Los machos semélparos viven rápido y mueren jóvenes

Por Francisco R. Villatoro, el 22 octubre, 2013. Categoría(s): Biología • Ciencia • Noticias • Science ✎ 1

Dibujo20131021 brown antechinus - human - photo by andras keszei - univ queensland

Los dos mamíferos que se muestran en la foto tienen ciclos de vida muy diferentes. El antechinus marrón (Antechinus stuartii) tiene un ciclo de vida rápido y un ciclo reproductivo explosivo; los machos se aparean una sola temporada de cría y luego mueren de forma programada por un colapso letal de su sistema inmune. El humano (Homo sapiens) tiene una vida larga vida durante la cual los machos pueden aparearse hasta más allá de los 60 años de forma continua. ¿Por qué hay mamíferos con ciclo de vida corto y otros con ciclo de vida muy largo? En general, debido a la lactancia (que requiere un largo periodo de atención materna) la mayoría de los mamíferos tienen ciclos de vida largos que les permiten reproducirse de forma repetida (ciclo de vida iteróparo). Sin embargo, los machos de antechinus marrones son semélparos, sólo se reproducen durante una única temporada: viven rápido y mueren jóvenes. ¿Cómo se explica la semelparidad de estos marsupiales? Diana O. Fisher (Univ. Queensland, Australia) y sus colegas creen haber descubierto la respuesta en la selección sexual y la competencia por el esperma. Nos lo cuenta F. Stephen Dobson, «Live fast, die young, and win the sperm competition,» PNAS, AOP 18 Oct 2013, que se hace eco del artículo técnico de Diana O. Fisher, Christopher R. Dickman, Menna E. Jones, Simon P. Blomberg, «Sperm competition drives the evolution of suicidal reproduction in mammals,» PNAS, AOP 7 Oct 2013.

Dibujo20131021 mean index seasonal preditability in arthropod abundance

La primera idea del nuevo estudio es que la selección sexual puede desacoplar el ciclo de vida de los machos y de las hembras. Como los machos pueden aparearse con varias hembras, si el ciclo de apareamiento de todas las hembras está sincronizado y tiene una duración corta se produce una fuerte competencia entre todos los machos. Esto es lo que le ocurre a los grupos filogenéticos de marsupiales insectívoros con machos semélparos. La temporada de máxima abundancia de insectos dura poco tiempo, lo que reduce el periodo de receptividad sexual femenina; además, conforme aumenta la latidud y el hábitat es más templado esta temporada es cada vez más corta. Por todo ello la selección sexual favorece la poliginandria, que varios machos se relacionan de forma exclusiva con varias hembras (una especie de mezcla entre poliginia y poliandria), con lo que las camadas grandes (hasta 8 crías) suelen tener ejemplares inseminados por varios machos (hasta 4 machos). La competencia espermática necesaria para el éxito reproductivo amplifica la competencia entre los machos favoreciendo la semelparidad.

Dibujo20131021 mean scrotal width plotted against body mass of male insectivorous marsupials

La selección sexual favorece que los machos sean de gran tamaño, presenten grandes testículos (en relación con su cuerpo) y logren cópulas de larga duración. Pero todo ello tiene un coste, altas dosis de estrés, gran producción de hormonas y problemas de carácter inmunitario, lo que favorece la aparición de una serie de síndromes que aumentan la mortandad. Podría parecer una mala adaptación, pero los argumentos de Diana Fisher y sus colegas indican que se trata de una adaptación evolutiva sólida a un escenario ecológico excepcional.

Coda final. Yo nunca había oído hablar de la semelparidad y me ha resultado muy curiosa esta adaptación sexual. Por ello esta entrada participa en la XXVI Edición del Carnaval de Biología organizada por La Rueda de los Inventos. No sé si es una entrada apropiada para niños, pero espero que al menos resulte curiosa para los adolescentes.



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