Las estelas de condensación (contrails) asustan a mucha gente (que en su sinrazón les llaman chemtrails). La industria aeronáutica quiere minimizar estos cirros artificiales producidas por los aviones comerciales. Se publica en Nature que una mezcla adecuada de combustibles y biocombustibles reduce entre un 50% y un 70% las emisiones de aerosoles de los aviones comerciales. Se ha verificado en laboratorio y en vuelos comerciales de prueba que su uso es prometedor.
Por supuesto la industria aeronáutica no está preocupada por los chemtrails. Les preocupa el efecto de los contrails sobre el cambio climático. Los aerosoles y el dióxido de carbono emitido por los combustibles fósiles tienen un impacto medioambiental según muchos estudios. La IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo) quiere alcanzar su pico de emisiones de carbono para 2020 y lograr una reducción del 50% en las emisiones para el año 2050. El uso de biocombustibles en aviación podría ayudar a alcanzar estos hitos y mitigar su efecto sobre el cambio climático.
El artículo es Richard H. Moore, Kenneth L. Thornhill, …, Bruce E. Anderson, «Biofuel blending reduces particle emissions from aircraft engines at cruise conditions,» Nature 543: 411–415 (16 Mar 2017), doi: 10.1038/nature21420.
Las nubes de tipo cirro (cirrus) producidas por las estelas de vapor de los motores de los aviones contienen aerosoles y dióxido de carbono. Para incluir su efecto en los modelos de cambio climático es necesario medir sus propiedades con detalle tanto en laboratorio como en condiciones de vuelo. El nuevo estudio aporta datos obtenidos a altitudes de crucero para motores convencionales usando diferentes mezclas de combustibles convencionales (queroseno JET A bajo en azufre) y biocombustibles (bioqueroseno BioJET HEFA, derivado de aceite de camelina). En concreto para un avión Douglas DC-8 que tiene cuatro motores CFM56-2-C1 en sus alas. Se ha comparado 100% JET A y una mezcla 50:50 de JET A y BioJET.
Las estelas producidas por el DC-8 fueron medidas en vuelo a 10670 metros de altura (35000 pies, o FL310), mediante aviones con sensores que volaban en formación a una distancia entre 30 y 150 metros, a alturas entre 9140 y 10970 metros (entre 30000 y 36000 pies). Se asume que las respectivas estelas no se mezclaban. Según cuentan los autores en el artículo de Nature, la reducción de las estelas era visible a simple vista. Por supuesto, se midió tanto la cantidad de aerosoles, como el diámetro de sus partículas. Ambos parámetros se reducen gracias al mezcla de queroseno y bioqueroseno en hasta entre un 50% y un 70% en condiciones de crucero.
En resumen, el primer estudio de las emisiones durante el vuelo cuando se usan biocombustibles indica que su uso es prometedor, pero aún no lo suficiente. Se requieren futuros avances en el desarrollo de biocombustibles para aviación que den lugar a gases de escape con partículas mucho más finas que los actuales, de modo que se reduzca mucho más la formación de estelas. Y con ellas su impacto en el cambio climático.
Por partes
350000 parece más FL350 que 310 😀
La reduccion de Carbono con el uso de bio combustibles dicen que es porque la produccion del bio keroseno es un ciclo cerrado. Con combustible fosil se extrae el combustible y se quema. con el bio combustible se supone que se produce el bio keroseno con plantas que absorven el CO2 que se produce al quemar el keroseno producido con esas mismas plantas. Por tanto, se supone que, al ser un ciclo cerrado el balance de CO2 es cero o casi cero.
El problema es que como el bio keroseno no tiene aromáticos se usa mezclado con keroseno normal, que sí los tiene, para evitar problemas con las juntas en los motores y los circuitos de combustible