Ciencia para todos T05E12: El vuelo de los drones no es inocuo para la fauna

Por Francisco R. Villatoro, el 11 diciembre, 2022. Categoría(s): Biología • Ciencia • Noticias • Podcast Ciencia para Todos (SER) • Recomendación • Science

Te recomiendo escuchar el episodio T05E12, «El vuelo de los drones no es inocuo para la fauna», 08 dic 2022 [14:18 min.], del programa de radio “Ciencia para Todos”, en el que participo junto a Enrique Viguera (Universidad de Málaga), coordinador de Encuentros con la Ciencia. Esta sección semanal del programa “Hoy por Hoy Málaga”, que presenta Esther Luque Doblas (o en alguna ocasión Isabel Ladrón de Guevara), se emite todos los jueves en la Cadena SER Málaga (102.4 FM) sobre las 13:45. Enrique y yo intervenimos desde nuestras propias casas.

Entrevistamos a la doctora Margarita Mulero-Pázmány, profesora del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Málaga, al hilo de su reciente artículo Geison Pires Mesquita, Margarita Mulero-Pázmány, Serge A. Wich, José Domingo Rodríguez-Teijeiro, «Terrestrial Megafauna Response to Drone Noise Levels in Ex Situ Areas,» Drones 6: 333 (30 Oct 2022), doi: https://doi.org/10.3390/drones6110333; también recomendamos Jesús Jiménez López, Margarita Mulero-Pázmány, «Drones for Conservation in Protected Areas: Present and Future,» Drones 3: 10 (09 Jan 2019), doi: https://doi.org/10.3390/drones3010010.

Puedes escuchar el episodio en Play SER, «El aumento de plagas este otoño, otra consecuencia del cambio climático», 25 nov 2022 [14:04 min.].

Fuente: Drones (2022), https://doi.org/10.3390/drones6110333.

Isabel: «La semana pasada tuvo lugar la inauguración de las luces del centro de Málaga y también un espectáculo que usaba un recurso que ya lo vimos en la Feria de Málaga, la utilización de drones con luces intermitentes que dibujaban figuras en el aire, como la estrella de Belén o los reyes Magos. Todos estos espectáculos, lamentablemente tienen una cara B, y en este caso es que no son inocuas para la biodiversidad. Y no tanto por las luces en sí, sino por el ruido que hacen los drones. ¿No es así, Francis, Enrique?»

Francis: «Así es, Isabel, en un número especial de la revista Drones dedicado a la Conservación de la Biodiversidad que lideran la Dra. Margarita Mulero-Pazmany, del Dpto. de Biología Animal de la Universidad de Málaga, y la Dra. Barbara Bollard, de la Auckland University of Technology, se publica un trabajo de la primera en el que se estudia el efecto de los drones sobre la fauna. El estudio nace de la necesidad de recopilar datos básicos sobre la abundancia y distribución de plantas y animales que ayuden a comprender cómo se está produciendo esta tremenda pérdida de biodiversidad en el planeta Tierra a un ritmo sin precedentes. Los conservacionistas y gestores de la vida salvaje están cada vez más interesados en incorporar nuevas tecnologías que permitan recopilar datos de campo de forma eficaz y rentable».

«Los drones (sistemas aéreos no tripulados) equipados con cámaras visibles, térmicas o multiespectrales que proporcionan información de alta resolución espaciotemporal se han convertido recientemente en herramientas muy populares para realizar estudios, evaluar el estado de los ecosistemas y valorar los efectos de estos cambios. Son recursos más seguros para los investigadores, relativamente baratos y que permiten capturar una cantidad de datos sin precedentes. Así, en este número aparecen artículos científicos que explican cómo usan los drones para vigilar las poblaciones de la mantarraya o tortugas de mar en la Naturaleza, para la captura de insectos, para tomar muestras de ramas en bosques y poder detectar patógenos y uno que nos ha llamado la atención precisamente que versa sobre el efecto del sonido que emiten los drones en la megafauna».

Enrique: «En este estudio en el que participan además de la investigadora Margarita Mulero de la UMA, investigadores de Barcelona, Liverpool y Brasil, analizan la reacción de 18 especies de grandes mamíferos ante los ruidos emitidos por un dron en los grandes espacios en el Parque Zoológico de São Paulo, en Brasil. Entre estas especies encontramos el ciervo común, dromedario, elefante asiático, jaguar, tigre de Bengala, hipopótamo e incluso el rinoceronte blanco».

«Es un estudio realizado en un entorno controlado, que era necesario como control para evitar el abuso en la utilización de esta herramienta de trabajo. El trabajo se realizó en estas instalaciones, lógicamente cuando no había visitantes y una vez identificada la especie en estudio, se bajaba suavemente el dron hasta que el investigador notara un comportamiento anómalo. Lógicamente, había una altura límite de 10 metros de altura que no podían sobrepasar. La sorpresa es que hubo que parar el estudio estudio mucho antes por su efecto sobre las especies de mayor biomasa, como los elefantes o rinocerontes, que incluso presentaban ese cambio de comportamiento cuando el dron estaba a mayor altura».

Isabel: «Enrique, ¿qué es un comportamiento anómalo?»

Enrique: «Buena puntualización, pues dependiendo de la especie se oían gruñidos y se observaban movimientos bruscos en el caso de los felinos, o balanceo de la cabeza por parte de los elefantes».

Isabel: «Hoy tenemos al teléfono a una de las autoras de este trabajo, la profesora Margarita Mulero del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Málaga. [Saludos] Muchas gracias por atendernos, ¿creo que está ahora mismo de vuelta de Doñana, no es así?»

Margarita: «Todavía estoy en Doñana, viendo llover, por cierto, que es una alegría para esta zona».

Francis: «¿Cómo diferenciáis, Margarita, que el efecto del dron es debido al ruido emitido y no al dron propiamente dicho, al impacto visual de ver un dron en tu entorno?»

Margarita: «En este trabajo ese era precisamente el reto, diferenciar el estímulo visual del auditivo. O dicho en palabras llanas ver si los animales reaccionan porque lo oyen o porque lo ven. Como a día de hoy no tenemos ni drones invisibles, ni tampoco dones que no hagan ruido diferenciar esto es complicado. Nosotros hemos jugado con varios factores. Por una parte, hemos grabado el sonido que hace el dron y lo hemos caracterizado; como sabéis el sonido se transmite en distintas frecuencias, en las que puede tener distintas intensidades, de manera que todo esto se ha grabado y se ha comparado con el ruido de fondo, pues hay que restar el ruido ambiental».

«Para obtener información acerca de lo que los animales escuchan hemos analizado los audiogramas que están publicados para muchas especies y que nos permiten caracterizar cuáles son los límites de audición las distintas frecuencias. Y para estudiar cuánto ven los animales como pueden detectarlo desde el punto de vista visual, hemos usado también información publicada; concretamente, se mide la agudeza visual y se compara con la humana. Asumimos o suponemos que si el humano no lo ve a 100 metros, un animal que tiene menos agudeza visual que el humano tampoco debería ser capaz de verlo».

Francis: «Habéis considerado la la diferente respuesta de distintas especies animales en función de su diferente sensibilidad. Puede que algunos animales oigan sonidos a baja frecuencia o alta frecuencia. Pero esto también puede depender de la edad, como ocurre en los humanos,  que los adultos no somos capaces de oír sonidos de alta frecuencia, pero los niños sí, siendo algo que se pierde con la edad. ¿Habéis tenido en cuenta este factor?»

Margarita: «Pues es una pregunta muy buena, pero esto no lo hemos podido controlar. La cantidad de individuos de cada especie disponibles en el zoo es la que es, no tenemos un rango amplio como para hilar tan fino. Lo que hemos comparado son distintas especies, incluso grupos de especies; los felinos con los bóvidos, con los elefantes, más bien a grandes rasgos. Las variaciones individuales son más complicadas de abordar. Pero bueno, queríamos tener una idea que fuera útil desde el punto de vista práctico».

«Si se quiere analizar con mayor profundidad, habría que hacer más experimentos, coger más variedad de individuos y también sacarlos del zoo; porque los animales en el zoo se pueden comportar de forma diferente a los animales en libertad. Queríamos tener a grandes rasgos, los límites a los que [influyena los drones]».

«Primero queríamos diferenciar si es el estímulo visual o el acústico, porque en función de eso podemos tomar medidas. Ahora que sabemos que a lo que reaccionan principalmente es al ruido del dron podemos enfocar el trabajo en utilizar drones más silenciosos. Si hubiera salido el impacto visual, habría que haber trabajado en el tema del camuflaje, para que el dron se viera menos. El estudio está enfocado a la utilidad práctica, tanto para nosotros que usamos los drones para el seguimiento de fauna y, por tanto, somos los primeros interesados en no molestar, más allá de por las cuestiones éticas, por la propia toma de datos. Si los animales se asustan la toma de datos no nos sirve».

«Pero también por todos esos otros usuarios de drones; estoy hablando de agricultura de precisión, de vigilancia, de seguimiento, de temas forestales, … hay muchos más usuarios que trabajan en zonas naturales y que pueden interactuar con la fauna, incluso sin querer o sin darse cuenta)».

Fuente: Current Zoology (2022), doi: https://doi.org/10.1093/cz/zoac029.

Isabel: «Margarita, me gustaría preguntarte una cosa, porque yo no tengo ni un rinoceronte, ni un elefante en casa, pero un perro sí. reino cer ni un elefante en casa, pero un perro sí. El uso de drones ¿puede afectar a los perros, a los gatos que viven con nosotros en la ciudad?

Margarita: «Afectar sí, pero como cualquier cosa. Me gustaría aclarar un poco la diferencia entre que un animal reaccione o que esa reacción sea realmente perjudicial. Como comentaba Enrique, los indicadores que hemos utilizado para saber si el animal percibe no el dron son indicadores comportamentales; digamos, un animal que está comiendo que deja de comer, un animal que sale huyendo, un animal que levanta la cabeza o que mueve las orejas. Eso me está indicando que el animal percibe el dron. Pero claro, también un animal percibe que tú te mueves, o que pasa un coche, o que entiendes una batidora. Y esto no necesariamente es una aceptación negativa o perjudicial para el animal. Sencillamente quiere decir que que es consciente de que hay algo ahí, que lo percibe y que se da cuenta. Entonces un perro va a escuchar un dron o lo verá si está, pero nosotros vamos al impacto y a su grado, que es lo que hay que evitar».

«Yo no diría que por volar un dron, digamos a 100 metros, tú vayas a causar un daño a un perro. Otra cosa es si acosamos a los animales con drones, si volamos supercerca, algo que se hace a veces para video divulgativos y demás, como perseguir a los animales para verlos corriendo porque las imágenes son más bonitas, ahí si entramos en un perjuicio que puede ser grave. Porque los animales se expresan tanto con el ruido de los dones como con un petardo o todas estas cosas que ya conocemos. Con lo que respecta a los dones habría que tener cuidado de no llegar a esos límites».

Isabel: «Margarita, por último, nos puedes dar algunas recomendaciones que se puedan hacer a los usuarios de dones después de analizar todo esto en el estudio».

Margarita: «La mayoría de las especies que hemos analizado no reaccionan cuando volamos a unos 100 metros de altitud. Entonces aquí habría que hacer una consideración: primero, observar lo que uno tiene alrededor, si estás volando un dron por cualquier razón y observas que la especie está afectada, que el individuo muestra cambios de comportamiento importante, o sale huyendo, habría que parar la misión, parar el vuelo, porque eso nos indica que lo está afectando».

«En las altitudes que nosotros hemos trabajado y las que se suelen usar para trabajos científicos, que son a partir de 100 metros, que ya las calidades de imágenes que se obtienen son buenas, en esas altitudes las especies que hemos estudiado apenas reaccionan; el vuelo es bastante seguro. Se recomienda trabajar a altitudes de unos 100 metros, respetando una velocidad constante y los vuelos se hagan de una manera, digamos, tranquila. Lo que hay que evitar son los vuelos dirigidos directamente hacia los animales».

Isabel: «Gracias por esta recomendaciones. Gracias a Margarita Mulero del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Málaga.  [Despedida] Y tenemos todavía tiempo para comentar antes de despedirnos que va a haber un ciclo de conferencias que organizáis en la Universidad de Málaga».

Enrique: «Pues sí, la tercera edición del ciclo “Los Nobel Contados por la UMA”. Son conferencias cuyo objetivo es divulgar la ciencia para la sociedad en general, a través del trabajo de los premiados con el Nobel del año en curso. Lo organizamos el profesor Antonio J. Morales y yo (Enrique Viguera) de la UMA. Hasta ahora eran cuatro charlas sobre los Nobel de Medicina, Química, Física y Economía, pero por fin hemos incorporado una charla sobre el Nobel de Literatura».

«¿Dónde son? En el Edificio del Rectorado de la UMA, en el Paseo del Parque, desde el lunes 12 hasta el viernes 16 de diciembre, a las 18:30, con acceso libre hasta completar el aforo. El lunes 12 de diciembre será la charla sobre el Nobel de Literatura a cargo de la profesora Carmen Cortés,  del Departamento de Filología Inglesa, Francesa y Alemana; el martes 13 sobre el Nobel de Economía a cargo de la profesora Ana Lozano Vivas,  del Departamento de Teoría e Historia Económica; el miércoles 14 sobre el de Medicina, que impartiré yo mismo, buscando nuestros orígenes en el genoma antiguo; el jueves 15 sobre el de Química, que impartirá el profesor Ezequiel Perez-Inestrosa, del Departamento de Química Orgánica; y el viernes 16 sobre el de Física, que impartirá Francis, sobre el entrelazamiento cuántico, desde Einstein hasta los ordenadores cuánticos».

[Despedida y cierre]



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