La nota de ingreso en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos (ETSIA) de la Universidad Politécnica de Madrid(UPM) es de las más altas entre todas las ingenierías en España, todos los años. Por su prestigio, ganado a pulso desde los 1950s, en pleno franquismo, cuando el genial von Karman visitaba casi todos los veranos Madrid canalizando un gran intercambio científico entre una España «en tiempos difíciles» y unos EEUU en plena «lujuría de poder». Si en los 1950s y 1960s había investigación en España a primer nivel mundial, era en la ETSIA de la UPM. Hasta principios de los 1970s no empieza a «sentirse» la ciencia en «el resto» de la universidad española. Más aún, hasta el curso 2003-2004, la única Escuela Técnica Superior que impartía las enseñanzas de Ingeniería Aeronáutica era la ETSIA de la UPM. Sus alumnos son una «muestra» representativa de los mejores (en cuanto a notas de ingreso) de todas las Comunidades Autónomas Españolas.
El artículo «El fracaso de la formación científica en la enseñanza preuniversitaria y la L.O.E.,» de L. Conde, J.M. Donoso y E. del Río, Revista Española de Física, Enero-Marzo 2006 , presenta un estudio del rendimiento de los alumnos de las asignaturas de Física General I y Física General II en el primer curso de dicha carrera, y de la correlación entre los resultados en las pruebas de estas asignaturas y la nota de ingreso de los alumnos.
La tesis del artículo es que la nota de ingreso no es un buen predictor del rendimiento futuro de los estudiantes, presentando datos que contradicen este aserto. Las figuras 1 y 2 muestran «los resultados obtenidos por los alumnos de nuevo ingreso en su primer examen de Física General I y Física General II. La puntuación representada (…) es una media ponderada de seis ejercicios teóricos y prácticos diferentes, evaluados independientemente por distintos profesores.» Lo más significativo de las figuras es el bajo coeficiente de correlación (r=0.29) del ajuste por mínimos cuadrados, es decir, la dispersión de los datos es muy grande, que evidencia la mínima relación entre las variables consideradas.»
Conclusión 1: «el abandono de la asignatura (no presentados) se encuentra uniformemente distribuído y no depende de la calificación con que ingresa el estudiante.»
Conclusión 2: «el aprobado en la asignatura no guarda relación con la nota de ingreso: Estudiantes con notas de ingreso muy elevadas se muestran incapaces de superar el curso mientras otros con calificaciones inferiores sí lo hacen.»
Según los autores, «los resultados evidencian que −en lo que a la Física se refiere− elevadas notas de ingreso (…) no garantizan un buen rendimiento de nuestros estudiantes, y tampoco permiten predecir un buen rendimiento posterior. Los autores tienen fundados motivos para creer que este» resultado «constituye una característica común de todos los estudios de carácter científico o técnico» en España. «Estamos convencidos de que resultados muy semejantes a los de las figuras 1 y 2 se obtienen en todas las Facultades y Escuelas Técnicas.»
AÑADIDO: La crítica a este estudio es obvia, «que los físicos se dediquen a hacer física y que dejen a los pedagogos y psicólogos hacer su trabajo.» Bueno, para ahorraros buscar mucho por Internet, en este artículo tenéis un estudio de «ellos» mostrando que el Rendimiento Académico preuniversitario está muy bien correlacionado con el Rendimiento Académico en la universidad. Si buscáis encontraréis muchísimos más artículos con el mismo argumento.
No sé si la hipótesis defendida en “El fracaso de la formación científica en la enseñanza preuniversitaria y la L.O.E.,” de L. Conde, J.M. Donoso y E. del Río, es correcta o no. Puede. Pero los argumentos que se esgrimen son absolutamente falaces. Tras haber cursado las referidas asignaturas, recibiendo clases de sendos profesores, puedo leer las 2 gráficas perfectamente:
«La pésima calidad docente y la ceguera académica respecto al nivel de física en Bachillerato, del departamento de Física en la ETSIA, provoca un fracaso uniformemente distribuido entre los estudiantes»
Así que dejen de echarle la culpa a la LOE, la LOGSE o la LOCE. Y piensen por qué la mayoría de los estudiantes que aprueban lo hacen previo paso por academias (aprendiendo únicamente a resolver «problemas tipo», por cierto). Es una vergüenza que la cátedra de Física (precisamente una asignatura tan clave en ingeniería) sea, año tras año, la peor de la escuela.
¡Miren a su alrededor! ¿No creen que tal vez sea momento de cambiar? ¿No creen que los métodos académicos que funcionaron en la época dorada de los 50 ya están caducos?
La verdad, Estudiante, es que tienes toda la razón del mundo. Muchos profesores enseñan lo que les enseñaron a ellos, olvidando que ahora los estudiantes llegan al mismo sitio con otros conocimientos y otras competencias. Aprender de los estudiantes les parece tan difícil que prefieren refugiarse en «si a mí me lo enseñaron así, así tiene que enseñarse.» Una pena. Por fortuna, el profesorado joven suele tener otra visión sobre la relación discente/docente.