Consejos para jóvenes científicos sobre cómo publicar y dónde

Por Francisco R. Villatoro, el 6 mayo, 2009. Categoría(s): Bibliometría • Ciencia • Docencia • Factor de impacto (Impact factor) • General • Política • Science ✎ 3

La revista de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM) publicó en diciembre de 2007 un monográfico sobre «El futuro de las publicaciones científicas» que incluye varios artículos que serán de interés para los investigadores más jóvenes:

Publicación científica: consejos para jóvenes científicos
Willy Stalmans

¿SE PUEDE SOBREVIVIR EN CIENCIA SIN PUBLICAR EN NATURE?
¿Hay esperanza para quien no publica en Nature? ¡Por supuesto que sí!
Josep Rizo
Publicar en revistas de alto impacto: un imperativo para los jóvenes científicos
Roger Gomis

Revistas científicas españolas: dónde estamos y hacia dónde podríamos ir
Juan Aréchaga
Problemas y oportunidades (tormentas de nieve y bellos atardeceres)
Peter Suber

¿Importar investigadores?
Julio Carabaña

«Hay que saber aprovechar la oportunidad que nos brinda el ERC» Joan Seoane y María Lois, starting grants del European Research Council
Xavier Pujol Gebellí

Juan Aréchaga: «El «producto final» de cualquier tipo de investigación científica o tecnológica es habitualmente un artículo en una revista. En la actualidad, los artículos científicos de calidad escritos por españoles aparecen, prácticamente de forma exclusiva, en revistas extranjeras. ¡Qué lejos están los tiempos de Cajal, quien nunca publicó en Nature o Science y siempre lo hizo en revistas españolas! Las revistas españolas debieran ser el vehículo natural de los mejores trabajos de los investigadores españoles. Sin embargo, en revistas españolas como The International Journal of Developmental Biology (índice de impacto 3.577 en JCR 2007), más del 95% de los autores son extranjeros. Los pocos artículos españoles que les llegan, lo hacen tras reiterados rechazos de sus artículos en revistas extranjeras. Hay un centenar de universidades norteamericanas subscritas a dicha revista, pero tan sólo cuatro españolas (datos de 2007).»

 

Curva generalizada de citación. (C) Willy Stalmans (SEBBM).
Curva generalizada de citación. (C) Willy Stalmans (SEBBM).

Willy Stalmans: «Si recibe un artículo con una carta de rechazo, no se desanime. Le pasa de vez en cuando a todo el mundo. En su libro «Reminiscencias y reflexiones,» Hans Krebs describe cómo su manuscrito original acerca del ciclo del ácido cítrico, uno de los pilares actuales de la bioquímica, fue rechazado por la revista Nature el 14 de julio de 1937, siguiendo el estilo típico de entonces (cuando no había revisión por pares): «El editor lamenta que, como ya tiene suficientes artículos para rellenar las correspondientes columnas de Nature durante siete u ocho semanas, no es posible aceptar más artículos actualmente…» Krebs envió su artículo dos semanas más tarde a Enzymologia, que lo publicó en un plazo de dos meses.»

Roger Gomis: «En la actualidad, publicar en las revistas científicas de más renombre se está convirtiendo en una obligación para que los jóvenes investigadores puedan acceder a la carrera científica. Sin embargo, los trabajos científicos adquieren su relevancia con el paso del tiempo y la mejor manera de valorarlos es, probablemente la mayoría estará de acuerdo, mediante el número de citaciones que reciben al cabo de unos diez años de su publicación y no por el factor de impacto de la revista donde se han publicado.» 

Julio Carabaña: «Simplificando mucho, podemos decir que la calidad de la enseñanza es fundamentalmente un asunto de esfuerzo, y por consiguiente abierto a cualquier individuo independientemente de su talento natural de enseñante, mientras que la calidad de la investigación requiere, además del esfuerzo, un componente esencial de talento. [En mi opinión] el único rasgo verdaderamente crucial de la enseñanza universitaria para la investigación es el nivel de la elite de los licenciados. Uno de los hallazgos empíricos más robustos de la investigación educativa es la constancia del aprendizaje académico en el tiempo: el mejor predictor del rendimiento académico es el propio rendimiento académico años antes. España debe buscar a los mejores estén donde estén, si queremos que nuestra ciencia esté entre las mejores y se gaste bien el dinero de los contribuyentes.»



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